HOMO HABILIS (Hombre constructor) Parte once

in #spanish8 years ago

Al fin conseguí encajar el artefacto en su sitio bien nivelado. Descansé un rato satisfecho.
Me dediqué un tiempo, no recuerdo cuánto, a estudiar bien la instalación de los tubos, que para mí era harto complicado.

Después de pegar con cola especial para PVC el primer tubo, ya sólo me quedaba utilizar la sierra para cortar. No era tan difícil como había pensado.

Simplemente ir conduciendo los tubos a sus lugares y pegar las llaves de paso. Miguel el dependiente de la tienda de elementos de fontanería más cercano me daba consejos que seguí al pie de la letra. Y si tenía alguna duda, como con Andrés, el que había hecho todos los tubos de la casa, había formado una buena amistad, también se prestaba a responderme por teléfono cualquier duda. Pero en realidad lo llamé dos o tres veces nada más y se me ofreció a venir gratis a hacerme alguna empalme más difícil, pero yo le dije que no, que prefería hacerlo yo solo; únicamente lo llamaría si al final no me funcionara.

Así que seguí adelante más tranquilo.

MI inquietud estaba justificada dado el dinero que había gastado comprando los materiales que, por cierto, me resultaron baratos, pues al comprar cantidad y con mono de fontanero en la tienda siempre me hacían un buen descuento.

La verdad es que recordar los días en que hice la obra y ponerlo por escrito sacando las fotos que no había vuelto a ver, me está resultando tan divertido como escribir una novela de ficción. Esto es más fácil porque sólo consiste en hacer memoria de los detalles. Recuerdo todo con nitidez cuando voy sacando las fotos. Tengo muchas más, pero no quiero abusar para no aburriros.

Cuando terminé de instalar los tubos y los cables, no podía probar nada porque se necesita tener llena la piscina para ver si funcionaba todo este “relío”

En este momento, tengo que reconocer que me puse algo nervioso.

Antes de seguir con la albañilería para terminar los bordes y el resto hasta lo que iban a ser los alcorques de jardinería, había que decidirse por revocar con grano fino todas las paredes de la piscina y pintarla, o bien revestirlas de gresite. Me decidí por el gresite. Estudié la calidad de los gresites y supe que todos eran de la misma calidad. Lo que encarecía mucho eran los distintos tintes del vidrio de las teselas. Así que no dudé en comprar el más barato, de color azul celeste, y además creo que era el que más me gustaba: maté dos pájaros de un tiro.

Para colocar el gresite tuve que esperar un poco y ahorrar para el presupuesto que había encontrado: unos especialistas en la materia.

No me importaba esperar porque mientras estuve ahorrando, no recuerdo si dos o tres meses, estuve terminando muchas obras por dentro de la casa. Un baño grande en el sótano con gimnasio la pared entre el garaje y el salón grande, la pátina de los suelos de barro y muchas más cosas de menor cuantía. Todavía me quedaba la pintura interior que fue un capítulo muy importante en tiempo y ahorro de pintores.

Llegaron, por fin, los especialistas es colocar gresite. Estuve observando minuciosamente cómo hacían y la verdad es que hay que tener cuidado para hacer coincidir las teselas. El gresite viene en planchas de 30 x 30 centímetros. Hay que preparar la cola según las instrucciones del paquete, extenderla con una espátula e ir colocándolo encima.

En realidad no es tan difícil, aunque es un trabajo duro sobre todo al colocar las teselas del suelo, lo que comprobé, ya que, este trozo lo terminé yo.

Lo dejaron de un día para otro porque salían de trabajar a las seis de la tarde.

Le hice la foto.

Inmediatamente después de que se marcharon los especialistas me puse yo a terminarlo y a las once de la noche ya lo había casi terminado.

Me quedó igual que a ellos. Pero se habían llevado las tenazas para cortar los gresites en las terminaciones y no pude terminarlo completamente. Los remates en el encuentro con los sumideros las aristas curvas se los dejé para el día siguiente.

Se sorprendieron porque no esperaban verlo terminado a falta de las últimas teselas, y en una jornada hicieron el lecheo.

Me dieron ganas de pedirles un descuento y terminarlo yo mismo ya que el lecheo es lo más fácil, y ya había hecho yo muchos lecheos dentro de la casa, pero la palabra es la palabra, y ya no les dije nada. Quedó perfecto.

A los pocos días llegó la hora. ¡Los nervios!
La llené de agua para ver si funcionaba todo.

Ya no recuerdo las horas que el grifo estuvo abierto hasta llegar a los Skimers, para que entrara el agua hasta la bomba del motor y se llenaran todos los tubos con los niveles que durante la obra yo había calculado y ejecutado.

¡En este momento, me puse más nervioso que en mis exámenes de oposiciones ante un tribunal en Salamanca!

La instalación eléctrica la había llevado al cuadro eléctrico del circuito del sótano. Ese trabajo me llevó una jornada.

Ya solo tenía que bajar dos interruptores en el cuadro de luces del sótano.

La verdad es que no fui capaz por si explotaba todo y empezaba a salir agua por las soldaduras o por cualquier lado…

Me fui a tranquilizar hasta el paseo marítimo y relajarme mirando el horizonte del mar sentado en la terraza de un bar. No recuerdo lo que tomé, pero supongo que sería un café descafeinado.

Cuando ya estaba tranquilo me levanté y me dirigí para bajar los “dichosos” interruptores eléctricos.

Tengo que confesar que, tonto de mí, estaba inquieto y me subieron las pulsaciones.

En este momento no fue tan fácil como os prometía en el encabezamiento de estas descripciones:
“¿Construir una casa…? Pero, si es muy fácil….”

Mañana sigo. Tengo que buscar, en mis archivos de un disco duro de otro PC, algunas fotografías que no tengo a mano.

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Buen trabajo, te doy un voto.

Gracias. Estoy preparando el siguiente. Que para mí, fue quizás el de mayor
expectación personal.

Mi héroe 😝

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