Haciendo memoria del proceso de aprendizaje de pintor de cuadros (8 ) Exposiciones, encargos, ventas, también regalos de cuadros para bodas de familiares y amigos.

En la realización de este cuadro lo que más me interesaba era el estudio de la perspectiva para conseguir la lejanía. Por supuesto también el colorido del cielo utilizando la paleta con varias mezclas de colores, no así el colorido de la tierras al que no le di mucha importancia El pueblo tampoco me interesaba tanto, por eso está desdibujado y sin detenerme a remarcar nada.. Sin embargo la fila de postes es determinante en el efecto que quería conseguir.

Este fue el primer encargo de un retraso de una dama de Barcelona. No tiene elementos que merezcan la pena comentar, si acaso el atrevimiento con los colores del fondo pero poco más, pero con el aprendizaje en estos dos cuadros, ya tenía elementos para abordar un cuadro pequeño y sencillo, que ni lo vendí ni lo regalé, pues fue un apunte hecho en un rato de una de las playas de la ciudad de Málaga a los pocos días de aposentarme en este bella Costa del Sol. Eme concreto, este apunte, más que cuadro es una vista de la playa de la Misericordia en el oeste de Málaga cerca de la Térmica y de la salida hacia Torremolinos, aprovechando un hueco donde no había chatarra y restos de fábricas del siglo XIX

Necesitaba decorar un rincón de mi casa y aproveché un pequeño lienzo para aplicar las experiencias adquiridas con estos tres cuadros y otro que fue un encargo de un paisaje urbano de la ciudad de Sangüesa. Este fue un encargo muy particular como expondré más adelante.. Primero la marina, no convencional, que fue inventada totalmente sin salir de casa ni plantar el caballete en el embarcadero del primer plano. Con un dibujo sencillo de cuatro barcas, tres vacía y otra con aperos y utensilios, un pueblo pesquero a la derecha y lo que más mi interesaba en esta cuadro pequeño: el colorido del mar reflejo descolorido del cielo, en un supuesto día de marejadilla y amenaza de lluvia o tormenta

Por aquellos años en los que vivía de la pintura antes de examinarme de las oposiciones de profesor llegó el momento en el que vivía de lo que cobraba por mis cuadros y no sólo pintaba retratos, paisajes, marinas y bodegones sino que también aceptaba todos los encargos que me llegaran como este cuadro que fue una reproducción de esos soportales de un pueblo de Navarra y quien me encargaba el trabajo me proporcionó una fotografía en blanco y negro. No recuerdo el precio, pero sin duda no lo cobré muy caro porque me resultaba fácil pintarlo; no había más que copiarlo; no me supuso mucho trabajo, Pero nada es desperdiciable con vistas al estudio de sus formas, de sus perspectivas e incluso de los colores utilizados. Yo no desperdiciaba nada que supusiera cualquier acto de reflexión sobre lo que estaba pintando y siempre aprendiendo.

He buscado en internet pueblos de Navarra y en la página del Ayuntamiento de Sangüesa he encontrado algo parecido. Quizá sean los mismos soportales desde otra perspectiva.