En el arte de la Arquitectura no existen derechos de autor

Desde que nuestro Infante Don Juan Manuel, en el siglo XIV se empeñara en dejar su nombre inscrito como autor de su obra literaria para que nadie le usurpara su autoría, ya no existen obras anónimas de las que se pueda nutrir un plagista.

Todas las artes, menos la arquitectura gozan del derecho de autor.

Ahora, que millones de personas pasan por la provincia de León en su duro y largo peregrinar hasta Santiago de compostela, todo el mundo conoce dos obras arquitectónicas de Gaudí, una en León, y sobre todo, la joya de la arquitectura gaudiniana: El Palacio Episcopal de Astorga, hoy “Museo de los Caminos”

Estudiosos de la historia de la arquitectura, han encontrado influencias distintas en las obras de Antonio Gaudí. No seré yo quien discuta a quien ha dedicado mucho más tiempo que yo al estudio de la arquitectura de nuestro genial arquitecto.

Admitamos por tanto la influencia de la taracea musulmana en su primer proyecto recién licenciado, la famosa “Casa Vicens”. No obstante es tal el cúmulo de elementos innovadores en dicha influencia que el resultado final no deja de sorprender desde el más docto hasta el más lego en el arte arquitectónico.

Tampoco voy a negar otros estudios, unos más acertados que otros, sobre la influencia del gótico, en ese neogoticismo gaudiniano del Palacio de Astorga o la Casa de Botines de León. No sé si algún día viajaría don Antonio Gaudí al centro de Turquía, pero al ver desde lejos el tempo de la Sagrada Familia, se evoca, sin saber por qué, mucho más que un soplo de inspiración en las naturales torres trogloditas de Capadocia. Dejemos este tema para ulteriores reflexiones y posibles constataciones.

Lo cierto es que en Arquitectura no se puede esgrimir derechos de autor. El arquitecto tiene la opción de inspirarse e incluso plagiar otras obras sin penalización alguna.

Desde hace tiempo, al estudiar la historia de la persecución armenia a lo largo de la historia, contemplé fotografías de la capilla de San Lázaro en la isla de su nombre enfrente de Venecia, y quería cerciorarme “in situ”, de la primera impresión y sus consecuencias: Antonio Gaudí se inspiró para proyectar la capilla del Palacio episcopal de Astorga, en la Capilla de San Lázaro de los Armenios. Necesito un erudito biógrafo de Gaudí, que me certifique si el algún momento, al igual que Lord Byron, se pasó Gaudí algún tiempo de reposo espiritual en la quietud mística de este monasterio.

Esta es la capilla del Palacio (Gaudí)

Esta es la Iglesia del Monasterio de San Lázaro)

En tiempos de Gaudí, tener relación con los cristianos armenios estaba mal visto por las jerarquías eclesiásticas porque los armenios en un antiguo Concilio decidieron no someterse al Papa de Roma, y no sólo decidieron no someterse al Vaticano sino que siendo ellos los herederos de los primeros cristianos evangelizados por los apóstoles de Jesucristo San Bartolomé y San Judas Tadeo, decidieron seguir la ascesis cristiana bajo los auspicios de sus propios papas llamados los “Catolicós” o patriarcas religiosos.

Por eso no es extraño que Gaudí no divulgara su estancia en el monasterio armenio de la isla cercana a Venecia.

Unas imágenes comparativas no son suficientes para vislumbrar mi atrevimiento. Hay que contemplar las dos obras, la de la iglesia del monasterio armenio y la capilla del palacio de Astorga. Es más, veo en las nervaduras de los arcos ojivales del monasterio el precedente inmediato de las nervaduras fabricadas con cerámica vidriada de Jiménez de Jamuz en el entramado de arcos de todo el Palacio Episcopal de Astorga.

Nervios en el Palacio de Gaudí

Nervios en la Iglesia de San Lázaro

San Lázaro

San Lázaro

Sin duda, Gaudí superó la estructura, confiriendo a la capilla de ábside pentagonal del Palacio una inigualable explosión de luz a través de las vidrieras.

Es más: creo que la disposición del altar y la concepción de su forma y posición, es la misma que la del “Monasterio Armenio”. Y no sólo esto sino que los ángeles que había concebido Gaudí para coronar los pináculos del palacio de Astorga, y que actualmente custodian el pórtico no son serafines ni querubines sino ángeles adultos, guardaespaldas con alas, muy parecidos a los que jalonan el altar de los armenios, como si hubiera tomado unos apuntes y croquis a mano alzada sentado en el primer banco para diseñar las esculturas de Astorga.

Los ángeles de San Lázaro

Los ángeles de San Lázaro( Detalle)

Desde Venecia me hubiera gustado ir en góndola pero la isla de los armenios está demasiado alejada de la Ciudad, por lo que cogí un vaporetto para pasar varias horas contemplando la maravilla del templo que obtuvieron los armenios perseguidos mucho antes del genocidio del siglo XX y que se asentaron después de su huida del Islam en esta isla del Adriático. Tiene mucha historia este monasterio. No es de extrañar que Gaudí tomara unos apuntes del arte arquitectónico y decorativo de su Iglesia.