El Enigma de Baphomet. Novela. (49)
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Dijo el rubio:
—¿Por qué a unos nos acusan de adorar a Baphomet, a otros de uniones carnales entre caballeros, a otros de pisar la Cruz y a otros de actos obscenos con animales?
Yo no sé quién es Baphomet y ese es el único cargo por el que me condenaron a morir quemado. El inquisidor me preguntó, con la máquina de la tortura a mi lado, si había adorado a algún ser extraño que no fuera al Crucificado; y yo le dije que sí por el terror que me causaba aquel artefacto. Cuando Dios me asistió pudiendo zafarme milagrosamente, decidí venir a León y Castilla.
—¿Qué te impulsó a tan largo viaje, teniendo que sortear toda clase de peligros como perseguido? —preguntó el fraile.
—Un templario español del castillo de Ponferrada llamado Cerecinos me dijo moribundo...
Contrajo el fraile la espalda preguntando con los ojos fuera de sus órbitas:
—¿¡Moribundo...!?
El rubio vislumbró en el estupor del fraile una señal clara de que también había conocido a Cerecinos.
Se produjo un silencio hasta que el fraile siguió ofuscado:
—¿Es que tú eres curandero?
—He cuidado a muchos enfermos necesitados, tanto en los hospitales de las ciudades como en campos de batalla.
—¿Qué te hizo venir hasta los Montes Aquilanos?
—Únicamente la búsqueda de unos documentos. Tengo que encontrar los 62 pergaminos de los que el templario Cerecinos me habló en su lecho de muerte. Contienen un informe de hace casi un siglo, del año 1218, acerca del litigio que enfrentó al Temple de Ponferrada contra vuestro monasterio, el monasterio Benedictino de San Pedro. Tengo que encontrarlos. Me son imprescindibles pues me va la vida en ello. Me dijo que contenían las actas del juicio.
El fraile se sorprendió ante esta afirmación. Aseveró:
—Dios no asiste a nadie a no ser que su destino esté escrito proféticamente.
—¿Qué te ocurre, amigo?
El rubio se inquietó al observar su semblante obnubilado.
—Me estaba refiriendo a tu fuga de la cárcel.
Con esta aclaración convirtió la inquietud del rubio en templanza.
—En alguna parte estaba escrito que tú saldrías indemne de la cárcel, porque no había acabado la partida. El número 62 te asistía. No siempre Dios interviene en nuestra existencia. Dios deja que los números actúen.
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Interesting! I like it!
Muchas gracias.
thanks for sharing...
Gracias a ti
¿estás escribiendo una novela por entregas?
Muy bueno, sigue así.
No la estoy escribiendo. Ya está escrita y publicada en la editorial Bohodón. La maqueto por entregas para la comunidad de steemians y, de paso, la releo descubriendo en ella muchos aspectos de mi personalidad de los que no era consciente.
Ok no conocía esa editorial, te deseo muchos éxitos como escritor.
@jgcastrillo19 This is actually some incredible function!.
@jgcastrillo19 What a wonderful and heartwarming Tale..