El día que me quedé sin celular: Crónica de un crimen

Estaban pasando las vacaciones de verano del 2016, más precisamente, era agosto. Un gris lunes donde lo único que se respiraba era aburrimiento fue cambiado por una llamada repentina de Erney, un viejo amigo. Conocí a Erney en circunstancias donde los dos, a pesar de estar en el mundo audiovisual, también ocupamos gran pasión por la música. Ese lunes Erney necesitaba que yo le grabara varias tomas para un videoclip de una canción suya.

Pasadas las dos, estaba en el edificio donde vive Erney, estábamos instalados en el salón de fiesta con la cámara, algunas luces y una tela verde para hacer chroma key. Mientras estábamos preparando todo para grabar Erney sacó una pipa y un poco de marihuana, me dio el yesquero (encendedor) y fuimos por separado a fumar un poco en la parte de atrás del salón. Mientras disfrutábamos la nota y seguíamos preparando todo para grabar empezamos a hablar de un montón de cosas que hicieron que la conversación llegara a mencionar a ´´la plaza de los museos´´. Erney me contó como hace varios meses lo habían robado en esa plaza, hice un par de comentarios sobre el tema e incluso le dije que estaba de acuerdo en que era un lugar bastante inseguro para ese momento, y que ya habían robado a varios amigos ahí. Esa tarde luego de terminar de grabar con Erney mientras esperaba el metro para regresar a casa, me llamó Cristian, otro viejo amigo.

Cristian me dijo que estaba en Los Caobos, un parque bastante cercano a mi casa, estaba con su hija y un primo y sería bueno si yo fuera hasta allá para pasar el rato y fumar marihuana juntos.

La plaza de los museos conecta con la entrada del parque en donde estaba Cristian. Producto de la ignorancia, de la inocencia o quizás de la misma nota de la marihuana omití el hecho de tener que pasar por la plaza de los museos, de hecho, ni siquiera lo pasé por mis pensamientos en aquel momento. Ese día no sucedió nada, fumamos y pasamos un buen rato como habíamos quedado, en la noche llegué a casa y todo estaba bajo control.

El día siguiente, un martes bastante soleado a eso de las dos de la tarde me llama Cristian, me pidió que lo acompañara a llevar a su hija a casa de su madre y luego podríamos fumar y pasar el rato como el día anterior. Llevamos a la hija de Cristian, luego pasamos por su barrio, nos encontramos con algunos amigos de Cristian y terminamos fumando en una especie de patio abandonado bajo un techo que parecía un albergue de yonkis. Luego de fumar y estar en nota durante un rato, ya me aburría estar con Cristian, en su barrio y pasando el rato prácticamente haciendo nada. Mi idea en primer plano fue irme, pero el dijo que si fuéramos a Los Caobos podríamos pasarla mejor. Yo por mi parte acepté porque no quería llegar con tanta nota a mi casa y pasar el rato con los muchachos no me sonaba a tan mala idea.

Nos hicimos en la plaza, Cristian, una amiga de él, su primo y yo. Entramos al parque, dimos unas vueltas hablando tonterías y cuando no había nada más que hacer, decidimos irnos. Al salir del parque nos hicimos nuevamente en la plaza, pues, como les dije anteriormente, ésta está conectada con la entrada del parque. Ya estábamos a punto de salir de la plaza cuando un grupo de sujetos llaman a la amiga de Cristian, a quien de ahora en adelante nos referiremos como ´´La gorda´´. Estábamos a punto de dejar atrás la plaza cuando la gorda nos llama y entonces ésta se acerca con varios de los sujetos que la habían llamado. Llegaron en buen tono todos, nos saludaron y empezaron a contarnos que habían estado robando bastante en el parque, ellos eran dealers y dijeron que eso dañaba bastante la imagen del sitio y de ellos. Poco a poco se fueron tornando más agresivos hasta el punto donde nos estaban amenazando, en ese momento, el primo de Cristian y yo decidimos irnos y uno de los tipos del grupo me detuvo, mientras que el primo de Cristian se marchaba rápidamente. Los tipos optaron por decir que nosotros estábamos robando en el parque, fue entonces cuando nos empezaron a revisar, en un momento tenía la mano de uno de estos tipos en mi bolsillo sacando mi celular. Mi celular en ese entonces era un Samsung S3 mini, el tipo que lo había sacado de mi bolsillo lo veía como una joya.

´´Lo revisaremos, si es tuyo te lo regresaremos.´´

En pocos instantes el tipo desapareció con mi celular. La situación seguía tensa y enviaron a Cristian a buscar a su primo y regresar, yo mientras tanto me quedé con la gorda. Estábamos bastante asustados los dos, la situación había empezado cuando aún quedaba un poco de luz del atardecer, pero ya a estar alturas todo estaba bastante oscuro.
Uno de los tipos del grupo de quienes nos tenían acorralados empezó a cruzar palabras con nosotros, dijo que nos tranquilizáramos y luego nos obligó a fumar marihuana con él. Después de un rato de fumar nos iban a meter al parque, no había ningún rastro de luz, y tanto yo como la gorda teníamos bastante miedo por lo que pudiera pasar, del susto, ya no tenía nota. De un momento a otro unas luces de policía se empezaron a ver desde dentro del parque, se dirigían hacia la entrada, fue entonces cuando todo aquel grupo que nos tenia prisioneros, se dispersó y desaparecieron en cuestión de segundos. La gorda y yo aprovechamos cuanto antes para irnos del sitio, buscar ayuda con la policía para recuperar mi celular sería algo total y absolutamente inútil, así que mejor nos fuimos.

Llegue cuanto antes a mi casa, mi madre estaba de viaje y le dije a mi padre que me habían robado en el metro. Aquella noche me invadía una sesión terrible de culpa, de impotencia y de molestia conmigo mismo.

Nunca supe si fue una trampa de ´´La gorda´´, desde entonces no he querido volver a ver a Cristian y gracias a eso estuve bastante rato sin volver a fumar marihuana. Ya ha pasado más de un año y sigo sin celular y gracias al hecho de que estudio muy cerca de donde sucedió todo, en varias ocasiones he visto el tipo que me robó.

Muchas gracias por leer. Nos vemos en los comentarios.