LA CIUDAD MALDITA I (Cuento)

in #spanish6 years ago

Eleonor trabajaba como anfitriona en un pequeño teatro de los galpones en el puerto de su ciudad, donde siempre era de noche. Su falta de interés por la vida en aquélla urbe lúgubre se veía recompensada por la catarsis de los espectadores que sentían profundamente cada una de las obras que tuvo el placer de escribir, y que conseguía montar acostándose con los directores.

Una fría noche de invierno, Lola, preocupada por los episodios depresivos de su amiga Eleonor, la invitó al bar de un callejón sombrío por el que caminaban después del trabajo.

Unos tipos interesantes con sweaters tejidos y desgastados se acercaron a la mesa de las chicas buscando compañía para sus camas, especialmente por el aire obscuro de Eleonor: el cabello rojizo y ondulado le caía por un lado del rostro contrastando con la tez pálida, sus ojos delineados de negro se apaciguaban en los extremos por el peso de unos párpados decaídos y aquéllos labios finos de poca sonrisa incitaban a ser degustados sistemáticamente.

Eleonor dejó de prestar atención al autoproclamado poeta que le hablaba sin cesar sobre la coerción social cuando el recinto se tornó del color que llena el campo visual al cerrar los ojos. La luz blanca retocada con evanescencias de cigarrillos arropó a un sujeto que se sentaba en una banca de madera sobre la pequeña tarima. El mismo lucía todavía más espectral que Eleonor: su cabello era bastante largo, azabache y lacio, envolvía el escuálido cuerpo en un sobretodo negro de lino que le llegaba a las rodillas, y calzaba botas de miliciano roídas por el tiempo.

Sin presentar al extraño personaje comenzaba el show. Aquél hombre empezó a trazar con las manos delicadas siluetas en el aire, de sus dedos brotaban hilos de un fuego rojizo que se unían al ritmo manso de la música formando una bola incandescente que manipulaba como si bailara con ella a movimientos exquisitos de sus muñecas.

Eleonor se había enamorado a primera vista. Mientras el acto transcurría el hombre la miraba intensamente a los ojos, dedicándole el pequeño y mágico espectáculo, hurgándo cada rincón de aquélla alma, que de mutuo y tácito acuerdo, ya le pertenecía.

Llegado el alba Lola se marchó con uno de los bohemios. Eleonor distraída nada más pensaba en encontrar a ese vampiro mental que le chupaba el ser con sólo verla; entre tanta gente alguien alcanzó halarla del brazo y al volverse lo reconoció de inmediato, así que sin mediar palabra se dejó arrastrar hasta el hotelucho donde se acostarían.

Cuando Eleonor despertó por la mañana su amante no se encontraba. Pensó en que tal vez tuvo que irse a trabajar o algo por el estilo, ni siquiera sabía su nombre y no le importaba; pues ese tipo de detalles no trascienden con uno en la entrega espontánea de su ser.

Después de contarle lo sucedido a Lola, todas las noches las amigas iban al bar esperando encontrar al artista del fuego, del que su amiga no conseguía recordar absolutamente nada. Sólo hallaban a los aburridos poetas con aires de superioridad intelectual. Eleonor sólo quería encontrar a su amor platónico; incluso habló varias veces con personal del local, pero nadie se acordaba de que semejante acto de magia se hubiese llevado a cabo en ese lugar, de hecho ni conocían a alguien con la descripción detallada que ella les proporcionaba.

Despechada y aburrida, Eleonor intentó volver a su vida de dramaturga aficionada, pero nada volvería a ser igual. Un mes después del suceso comenzaron los dolores en su vientre, que se iban haciendo cada vez más fuertes. La prueba del laboratorio dio positivo.

Cuando habló con Lola, ésta le recomendó abortar al supuesto hijo del tipo que no existía, pues de verdad ésta creía que su amiga lo había alucinado todo en un trance sicodélico, y que el bastardo podía ser de cualquiera en las tablas. Pero Eleonor estaba perdidamente enamorada como para hacerle eso al hijo del hombre que esperaba apareciera algún día.

Pasaron seis meses de embarazo. El vientre no parecía muy grande pero debido a los intensos dolores tenía que guardar reposo en cama. Los exámenes médicos tampoco arrojaban algo fuera de lo común por lo que no fue recetada con nada especial.

Una de esas noches Eleonor llamó desesperada a Lola, pues el dolor era tremendo, decía sentirse como si la rajaran desde adentro. Sudor y lágrimas mezcladas con maquillaje negro corrían por sus mejillas. Lola intentaba calmarla mientras marcaba el número de emergencias, tal vez el parto se adelantaba. Eleonor comenzó a gritar espantosamente mientras se apretaba la inflada panza, su amiga no podía más que exhortarla a aguantar mientras la secaba con una toalla y apretaba sus manos en señal de apoyo hasta que llegara la ambulancia.

Hubo un instante en el que Lola abrió los ojos como si hubiese visto un espanto y se alejó del lecho de su amiga sin darle la espalda. Eleonor no paraba de restregarse por el dolor. Las formas de los deditos del bebé se marcaban en la piel de la barriga preñada como si éste intentara salir y un bulto más grande generado por la cabeza, impulsaba la carne hacia afuera. Atónita, Lola no creía lo que veía. El pequeño empujó con tal odio y fuerza que una chispa de sangre surgió poco más arriba del ombligo, donde otras gotas espesas se derramaron manchando las sábanas blancas. Eleonor miraba aterrada e histérica como su propio vástago asomaba parte de la carita al mundo exterior; no estaba bien formado todavía, era un pequeño feto compuesto de musculatura básica y tejidos grasos. La nariz y los labios se vieron en primer lugar, tenía unos dientecitos afilados con los que iba mordisqueando y devorando la carne del vientre de su madre, masticaba con torpeza los tajos de piel emitiendo un sonido asqueroso al deglutir con la boca abierta. Lola estaba paralizada, temblaba de temor al ver como moría impotente su compañera, que cambió los gritos por chillidos, y luego por silencio absoluto.

El pequeño feto terminó de salir incómodo del cuerpo muerto, resbaló con la sangre al piso muriendo también de un golpe crujiente que le partió el malformado cráneo.


Por Jesús Pulido. Gracias por leer.
Sígueme para más relatos!!!!

cuentosyeso.jpg

Coin Marketplace

STEEM 0.18
TRX 0.15
JST 0.029
BTC 62647.29
ETH 2439.61
USDT 1.00
SBD 2.66