MOMENTOS INOLVIDABLES

Estamos en este mundo de forma temporal, una vez escribí un artículo declarando que la vida se nos da por fragmentos, uno de esos fragmentos puede convertirse en un momento inolvidable según decidas usarlo. Mis mejores momentos son esos fragmentos que me ha dado la vida y he compartido con mi familia, con seres que siempre han estado ahí para darte apoyo y te muestran un amor incondicional, estos por lo general son familiares que te extienden la mano de forma desinteresada, que por el convivir se han creado vínculos fuertes y que con cada fragmento de vida compartido se fortalecen más esos vínculos, para mí sin duda alguna uno de los vínculos mas fuertes que tengo con un ser humano es el amor de hijo por mi madre.

Mi madre no solo es el ser que Dios uso para darme la vida, sino que además me ayudó a conservarla, los que leen mis artículos saben que fui desahuciado por el doctor que atendió a mi madre por haber nacido demasiado prematuro, estoy seguro que en la memoria de mi madre existen muchos recuerdos cuando cuidaba de mi con la esperanza de que pudiese salvarme y ese amor y cuidado lograron mantenerme con vida gracias a Dios, tal vez por ser niño no noté durante mi crecimiento lo duro que fueron las cosas para ella, tener que cargar sola con 7 hijos en edad temprana, su esfuerzo por multiplicar lo poco que se conseguía, por cumplir el rol de padre y madre intentando mostrar el carácter suficiente para que sus hijos viéndose ya adultos no se desviaran por mal camino, entre todas esas tareas y la falta de recursos económicos se nos fue la vida compartiendo solo en casa, de vez en cuando íbamos a algún río pero mi madre siempre tenía el estrés de que debía cuidarnos, es decir, no disfrutaba el viaje sino que se esforzaba por nosotros. Luego que ya fui adulto, profesional y con un buen salario (antes que todo se pusiera horrible en el país), pensé en todo lo que he comentado hasta ahora, y me di cuenta que nunca había salido con mi madre a un lugar donde ella realmente pudiera disfrutar así que la invite a almorzar, ella por supuesto a la vez invito a mi hermana menor que aún vive con ella y mi hermana menor invito a mi hermana un poco más mayor que a la vez llevó a su hija :) tal vez al ver esa cantidad de comida en la imagen anterior pensaron que mi madre y yo comíamos bastante, pero era un plato familiar para todos los que fuimos!

Creo que ese fue un día para montar en un cuadro y guindar en la sala, la felicidad en el rostro de mi madre fue mayor a la esperada, no porque la hubiesen invitado a almorzar, sino porque aquel hijo que una vez pensó que no sobreviviría ya había crecido y estaba ahí con ella, como una persona que se había superado y tenía la capacidad de llevarla a un sitio así (en realidad el sitio era pollos Arturos, pero era entonces ya un lugar no accesible para algunos, hoy la verdad dudo que vayan tantas personas por como están los precios). Ese sin duda fue un día mágico, y para mí un momento inolvidable, repetir de nuevo ese día en la actualidad representaría el salario de 3 meses de un trabajador, por eso estoy feliz de haberlo hecho cuando pude, y aún espero poder hacerlo muchas veces más. Eso no significa que no comparta con mi madre, y entiendo que no son necesarias las cosas costosas para pasar días buenos, pero cómo hubiese podido hacerla sentir orgullosa si estoy seguro que no había ido a un sitio así desde que papá murió, ella se merece eso y más, por supuesto yo soy feliz de verla feliz, actualmente luchamos por la supervivencia de la familia dentro de un mundo país que empeora cada día, pero con la fe puesta en Dios y aprovechando los fragmentos que se nos dan para compartirlos en momentos así.

Gracias por leer mi artículo. Que Dios te bendiga mucho.