EL Manicomio (y los espejos... concurso por @nicklaus)

Ella comenzo el dia como cualquier otro, salió temprano del cuarto, luego de que el despertador sonara, esa mañana no había problema alguno, siempre a las 7 am sin falta sonaba el despertador y en un instante ella se incorporaba como si nada, al salir de la habitación tenía la tendencia de saludar a su madre quien rara ves no se encontraba ya despierta y lista para entregarle su taza de café recién colado y decirle con una una sonrisa en la cara, “hoy sera un buen dia” . Ella pasaba normalmente sus mañanas frente al monitor de su computadora donde escribía sin parar idílicos pensamientos poéticos, todas aquellas cosas ocurrentes que le viniesen a la mente para compartir luego con su familia y amigos, habia dias en los que llovía, eran esos días en los que le gustaba salir corriendo al patio para mojarse con las gotas de lluvia y ver el arcoiris, pero tambien habian dias en los que no, eran esos días en los que llegaba su amigo del alma el cual por cierto era doctor, con quien disfrutaba pasar las tardes en amenas y calidas conversaciones sobre cantidad de temas de interés, cultura, mundo, en fin... estos eran sin embargo dias perfectos los cuales tendían a terminar con una deliciosa cena acompañada de sus hermanos y hermanas, todo para volver nuevamente a su habitacion calida y segura donde dormiría para empezar nuevamente a la mañana siguiente.

Esto que describo no es más que un buen dia en la vida Maria Josefina, la reclusa número 323434 del Manicomio general Padron Cajigal, si como dije eso es un dia bueno, por que los dias malos pues son un tanto diferentes, comienzan con ella despertando en la habitacion de un sanatorio mental, atada de manos y pies pues es simple, ellos dicen que de esta manera no se hara daño a si misma ni a los demas, no es exactamente un despertador lo que la despierta todas las mañanas de los dias malos, si no un sadico y maldito guardia que disfruta viendo a los enfermos retorcerse de hipotermia al tirar baldes de agua helada sobre ellos. Al momento de que la sacan de su habitación la recibe habitualmente una enfermera todas las mañanas, quien lo hace con una sonrisa en la cara mientras le dice, “hoy sera un buen dia”, y pasa a entregarle un vaso con agua y además junto con este varias pastillas y cápsulas que no son mas que esos deliciosos medicamentos que la doparan lo suficiente como para ayudarla a soportar el infierno en el que vive. Maria en los días malos se sienta no frente a un monitor de computadora, si no frente a una ventana manchada que queda en el ala este del manicomio y que de vista da a un jardín marchito y un tanto lúgubre por falta de cuidados o tal vez un jardinero con algo de amor por el mismo, se sienta a pensar en los poemas tristes que le resitaca su padre cuando pasaba a través de sus peores episodios de depresión, en los días malos a Maria le toca; en unos ser obligada a bañarse sin la mas minima privacidad o dignidad cual si fuera un animal en duchas compartidas por otros 50 reclusos mentales todos al mismo tiempo y en otros pasar horas con su psiquiatra quien entre electrodos cargados y charlas banales descarta cada ves más la cordura de Maria, todo esto en ves de caminar bajo la lluvia o ves de ser visitada por su amigo doctor al que quiere tanto, y para terminar el dia no hay más que una cena insalubre y insabora comiendo porqueria que casi ni parece hecha para consumo humano, bien acompañada de sus otro hermanos y hermanas de poca cordura solo para después ser amarrada en su cama nuevamente hasta el dia siguiente.

Eso es un dia malo para Maria , y es cierto a veces Maria tiene días buenos y a veces días malos, los días buenos no son sino aquellos en los que se permite caer por completo presa de la demencia que la retiene en un sanatorio mental, y asi logra escapar de su triste existencia, los días malos en cambio terminan siendo esos en los que ella inevitablemente choca con la realidad, al nuevamente y en efímeros momentos encontrar esa cordura que tenia perdida!!! y así va ella con un dia bueno y un dia malo por ves.