Es terrible. Cuando reviso mi agenda de teléfonos, cuando dos amigas y un amigo el mismo día te dicen que al día siguiente se van a Cúcuta, o cuando leí que Mauro, estudiante de la USB, murió por falta de medicinas para la bronquitis. Sorprende cómo hay que despedirse con dolor para poner distancia porque la gente no quiere morir, como era el lema de la protesta de hoy de transplantados y pacientes renales. E irse no lo da todo. Una amiga me dice que consiguió un gran trabajo en Argentina pero está de reposo psiquiátrico por estrés post traumático. Algo que según es muy común en quienes han emigrado los últimos años desde Venezuela. Te acompaño.