Poesía: Pisciano - Ariana

Lograr el ansiado trofeo de tu devoción,
forjar una mutua obsesión, ser cómplices participes del amor.

¡Cuántas veces podría ahora lamentar,
no habernos encontrado antes!
Esas tormentas que nunca pude calmar,
las torrenciales lluvias que provoqué...

Nunca pude pedir perdón, dar un abrazo,
un beso de reconciliación... tan deseado por mí,
tan indeseable para ti, con la herida abierta, dolorosa e infectada...

Lo lamento infinitamente, haberte fallado,
no poder haber sido el carbón encendido,
que pudiese conquistar segundo a segundo,
y en todos los momentos, tu indómito y potente corazón ariano.

Otoño e invierno se fueron apoderando de mis palabras,
y nunca más sentiste ese abrazo intenso y repetitivo que yo te enviaba,
con mi clara incomprensión... se es tonto y uno prefiere decir que no lo entiende...

Porque siento, creo, imagino, que el amor y el espíritu nunca murieron, nunca se hundieron ni ahogaron.
A pesar de tanta lluvia...

Aunque gélidas sentiste mis palabras, aunque insuficiente mi amor.

Ahora yo pago mi inconstancia, mi falta de obstinación,
la escasez de defectos deseables y fantaseados,
el no haber cumplido tus deseos y tus exigencias,
tu falta de satisfacción.

Porque ahora no soy nadie, o casi nadie.
y muchas veces habré de pagar.

Con eterno servicio, con valor auténtico,
en penitente sinceridad.

La primavera llegó de repente a nuestros corazones,
y como pequeños animalitos, sentimos temor, miedo a lo desconocido
y no deseamos asomar nuestras pequeñas narices,

(sino los colmillos)

fuera de nuestra guarida (adornada de flores y hojas)

Tengo la vida eterna, así como la tienes tú,
y aunque mucho dices quererme, no es intensamente,
lo aprendimos juntos.

Diré que nunca tuve oportunidad, porque ahora temo que sea verdad,
y no sé como perdí, ni siquiera cuándo ni cómo,
porque mis esfuerzos fueron infinitos,
y aún así, perdí la batalla sin estar allí.

Allí, donde tú lo deseabas y como tú lo querías,
lo merecías,
Y solo ruego, a mí, a ti, a la vida,
-para no sonar perverso sino honesto-
que nunca me separen de ti, porque este amor no se acaba,
no se muere, ni abandona, aunque ya no podamos hacer nada...
y aún así tenerlo todo.

Tengo otro miedo, el que vuelvas a dejarme,
el que vuelvas a pensar que no soy yo.
Que el invierno vuelva infinitamente,
y creas (sepas) que no pienso mas en ti,
o que quieras pensar en alguien más,

El miedo de algo que (ya) sucedió.