El último día del mes de octubre, ese momento en el que las brujas se reúnen con sus trajes negros y sombreros picudos para realizar su aquelarre en la noche, se me ocurrió salir a comprar dulces y golosinas con los cuales agradar a los niños que los solicitaban de puerta en puerta. ¡Vaya mala esa costumbre mía de olvidar todo y dejarlo para el último momento! Dirigí mis pasos hacia la tiendecita de la esquina; allí don Nicolás tiene de todo un poco y me sacaría del apuro.

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La calle estaba muy oscura y solitaria lo cual era muy extraño porque la ocasión ameritaba risas, disfraces y algarabía. Cuando llegué a la tienda entré sonando la campanilla de la entrada, la cual emitió un aterrador quejido desacostumbrado. En una esquina estaba parado don Nicolás que hizo caso omiso a mi llegada. Y lo más raro era que el hombre estaba rodeado o más bien envuelto en una telaraña gigante.

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Me acerqué con cautela y sobreponiéndome al miedo que sentía lo miré a los ojos los cuales abrió en ese preciso momento para decirme: Hola Marisela te estaba esperando. No me queda mucha mercancía porque hoy se vendió toda. Ten el último caramelo para que te lo comas tu. Acaban de visitarme las brujas y me tienen listo para su banquete. No quise irme sin despedirme de ti. Ahora corre sin volver la vista atrás o también te llevarán a su fiesta. No me olvides y recuerda comprar todo a tiempo. Corre ahora. Y que pases un feliz Halloween.

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Gracias a @edmanuelwild y @manuelramos por esta iniciativa que echará a volar la imaginación de todos los participantes del concurso. ¡BYE!

@javert68justice