[Arte y Cultura] ¿Es el amor suficiente?

in #spanish7 years ago (edited)

¿Es el amor suficiente?

James R. Cantre


El amor suele ser dogmático; sólo se nos ha permitido amar. El odio ha sido condenado al fondo de una cueva y se nos ha inculcado respetar su duermevela, pues si nos acercamos merodeándolo, cual Pan, podría ahuyentarnos y hacernos caer en pánico. Nunca nos dijeron cómo articular el odio. No me refiero a cómo suprimirlo, evadirlo y todas esas técnicas burdas que se repiten en los manuales por una mejor vida, sino a plantearnos el odio como posibilidad válida, como agente positivo de cambio y no como un demonio que anda incesablemente buscando cuerpos para atormentar. ¿Cómo vinimos a parar aquí, a esta postura tan sumisa por un sentimiento tan nuestro que hasta el más santo de los santos entiende, y dudo que por referencia ajena?

En el Antiguo Testamento, interesantemente en el Eclesiastés, se le da cabida a la posibilidad de odiar u aborrecer. Sin embargo, el amor profesado en el Nuevo Testamento (ágape) es incondicional, inclusivo; este contrasta con el amor filial y el amor eros: generalmente hablando, en el primero se excluyen a los enemigos, y, en el segundo, a las personas con las cuales no se tiene una relación íntima o romántica):

Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen (Mateo 5:43-44).

Veamos ahora qué nos tiene que decir el confucionismo al respecto:

Sólo un hombre benevolente puede amar y odiar a los demás” (Analetas 3:4).

Una manera creativa de interpretar este pasaje es haciéndonos la siguiente pregunta: ¿si una persona ama a la totalidad que compone la otredad, puede esta ser considerada benevolente y justa? En otras palabras, ¿puede ser justa una persona incapaz de odiar? Puesto que sólo la persona benevolente puede amar y odiar, fallar en una de las partes implicaría por lógica su falsedad. Recordemos, cuando la i griega es utilizada como conjunción lógica, ambas preposiciones tienen que ser verdaderas para que se mantenga el valor de verdad. Demos un ejemplo concreto. Si a usted le prometen que por realizar determinado trabajo le remunerarán con un carro y quinientos dólares en efectivo, y, al llegar la hora de pago sólo le entregan quinientos dólares, usted dará la promesa por incumplida, puesto que no le dijeron un carro o quinientos dólares.

Solamente el hombre justo y dotado de la virtud de la humanidad es capaz de amar y odiar debidamente a los hombres” (Gran Saber, 14).

En este pasaje que casi replica verbatim al anterior, nos encontramos de nuevo con la figura de la persona justa que ama y odia. Al decirnos “debidamente” queda dicho entrelíneas que hay una manera correcta e incorrecta de amar y odiar. Pasemos a la siguiente cita:

Alguien preguntó: «¿Qué piensas de devolver bondad por odio?» El Maestro respondió: «¿Y con qué devolverás la bondad? Más vale devolver justicia por odio, y bondad por bondad.» ” (Analectas 14:34).

Este pasaje contrasta y hasta pareciera que ataca directamente al pasaje de Mateo que vimos anteriormente. Al devolver bondad por odio se comete injusticia hacia la persona que se ha esforzado por dar bondad. En otras palabras, no se es justo si premiamos por igual al dador de bondad y al dador de odio.

Haciéndonos eco del filósofo Fung Yu-Lan, en cada gran religión hay una filosofía y, por aquello de definir y demarcar, la filosofía está supuesta de deshacerse de las superestructuras, las supersticiones y los dogmas. El cristianismo, indudablemente, cobija bajo sus dogmas filosofías de tradiciones diversas, siendo tal vez el platonismo y el estoicismo las fuentes más directas. En cuanto al confusionismo en China, es interesante observar su evolución, pues la misma tradición que se articuló como filosofía política durante el periodo de los Reinos Combatientes, creó una religión de sí misma, aunque por camino separado. La existencia de esta bifurcación acrecienta la confusión y el debate taxonómico: ¿es el confusionismo una religión o una filosofía? En estos momentos es de poca valía contestar a esta última pregunta, e independientemente si profesamos religión alguna o no, lo cierto es que la mayoría de nosotros crecimos bajo la tradición de algún credo, y aún anclándonos del todo en la razón, pudiéramos cargar vestigios dogmáticos. Sucede que muchas veces sentimos o actuamos bajo el embelesamiento de la tradición, de ciertos valores y paradigmas que quedaron impregnados en nosotros en una especie de entendimiento pre-ontológico del cual es más difícil desasirse.

Lo cierto es que estamos atravesados por la tradición, pero al reconocer sus límites se está en mejor posición para transgredirla. Es hora de mirar cara a cara nuestra tradición, cuestionarla. Por milenios nos han dicho que después de ser abofeteados, debemos poner la otra mejilla. ¿Cómo podemos reconciliar este subyugado proceder con el furor proporcionalmente inverso de querer trastocar un paradigma, o quizás, tan sólo de servir justicia? ¿Es posible ser justo tan sólo amando? ¿Es el amor suficiente? Proponer el odio como complemento válido del amor conllevaría asumir un alto grado de responsabilidad, pues habría que pensar en las formas coherentes de su puesta en escena. No es casual que el confucionismo haya elaborado toda una filosofía política sobre la guerra justa.

Con esta reflexión no pretendemos favorecer al confucionismo como ideología adecuada para incitar cambios sociales. Me queda claro que el confucionismo, por elementos ajenos a este texto, pudiera ser visto como una filosofía que propugna la inmovilidad social. Tanto el Movimiento por la Nueva Cultura y la Revolución Cultural en China se levantaron directamente en contra del confucionismo debido a su conexión con los modos de la antigua sociedad feudal. No obstante, abrirnos a otras tradiciones nos permite descubrir nuestras manías ideológicas y aquellos patrones de comportamiento que damos por universales sin serlos. Junto al tabú del odio tendríamos que también reflexionar sobre el miedo. Al menos con la reflexión de hoy pudimos constatar la existencia de una civilización que por milenios le dio paso al odio y nunca le llovió fuego.

James R. Cantre
Shanghái, China.


Fuentes:

BibleGateway. (n.d.). Recuperado 19 de junio del 2017, de https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%2B5%3A43-48&version=RVA

C. (2016). ANALECTAS. S.l.: CREATESPACE INDEPENDENT P.

Foto: libre de derechos de autor bajo la licencia Creative Commons CC0.

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Buenas tardes @jamesrcantre
Muy buen artículo.
Sería interesante que mencionaras las fuentes de las imágenes empleadas así como las de cualquier bibliografía que hayas podido consultar para plasmar tu contenido.
Gracias y bienvenido a la comunidad.

@don.quijote Saludos. Le hice una actualización incorporando su recomendación. Gracias por la observación y por tomarse el tiempo de leerme. Espero poder seguir contribuyendo desde Shanghái a la comunidad hispanoahablante.

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