Muchas han sido las circunstancias adversas que he vivido desde mi infancia, sin embargo, aqui estoy de pie gracias a la fortaleza que Dios me ha brindado.

Hoy en dia, a pesar de la situación que vive nuestro país y nuestra gente, no pierdo la calma y me he puesto en las manos de Dios, sé que él tiene cosas buenas para nosotros, y que este mal tiempo pasará en cualquier momento, todo ocurrirá tal cual el señor lo tenga determinado.

Admito que no ha sido facil sobrellevar la situación. Escuchar las quejas a diario sobre los costos de los alimentos, las fallas de algunos servicios públicos, despedir a seres queridos que se van del país, entre otras cosas más, sin duda alguna ejerce una presión sobre mi manera de ver las cosas, sin embargo, no puedo permitir que los problemas externos influyan en mi personalidad, por ello cada dia repaso la palabra dispuesta en la biblia para fortalecer mi mente, gracias a Dios siempre consigo un mensaje de fortaleza, una frase o una palabra que enciende mi optimismo y mi esperanza. La biblia ha sido para mi como un manual de instrucción para la vida.

En Filipense 4 podemos resumir y darnos cuenta que “la paz de Dios que está sobre todo pensamiento guardará sus corazones y sus mentes mediante Cristo Jesús”. Como esta paz viene de nuestro Señor, nadie la puede alcanzar por sí mismo meditando o tratando de mejorar su personalidad. Además, su poder es tan grande que “supera a todo pensamiento”. En otras palabras, sobrepasa nuestros temores e inquietudes, que muchas veces se deben a una visión limitada o errónea de las cosas. Incluso cuando no encontramos la salida a nuestros problemas, la paz de Dios nos dá tranquilidad, pues tenemos plena confianza en sú palabra de que pronto desaparecerán todas nuestras dificultades.

Como podemos leer en Romanos 15, nosotros, los fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no buscar nuestro propio agrado. Por ello, de manera humilde busco darle cumplimiento a este mandamiento, haciendole ver a los demás un modo diferente de ver las cosas, y que nada ni nadie podrá derrumbar una mente llena de fé ni mucho menos lleno de la palabra de Dios, porque él es fortaleza y es sabiduría.