En un humilde pueblo existía una casa desolada que pertenecía a un anciano brujo, los moradores daban fe de los extraños sucesos que allí se podían observar, y como no conocían el nombre del señor, le apodaron "El Brujo". A aquel anciano solo lo acompañaba un gato travieso al cual llamaba "Gosú", al gato de vez en cuando le gustaba salir a la calle.

Un día Gosú impulsado por sus travesuras logro subir hasta la cima de un árbol pero en pocos momentos se vio en aprietos para bajarse de allí, en eso, un niño llamado Miguel (humilde y muy respetuoso) pasaba y escuchó el maullido de un gato, levanta su mirada y se da cuenta del peligro que corría el animal montado entre las ramas. Miguel decide subirse para rescatar a Gosú, ya en la cima logra sostener al gato y procura bajar cuidadosamente pero se resbala y cae al suelo, Gosú sale ileso pues cayó encima de Miguel quien recibió todo el golpe por eso se fractura el brazo.

Gosú de una manera extraña percibe que Miguel se accidentó por culpa de su travesura, por eso comienza a ronronear y rozar el cuerpo de Miguel lentamente y lame las heridas de su cuerpo, milagrosamente Miguel se da cuenta que el dolor pasó y le da gracias al gato sin saber como se llamaba mientras sigue su camino.

Continuando Gosú en su aventura callejera se encuentra a otro niño, Pedro se llamaba y era conocido en el pueblo por ser grosero y malvado. Pedro sin mediar palabras toma al gato, lo amarra y se lleva a Gosú hasta su casa, el gato impaciente y angustiado maúlla sin cesar. Pedro lo mantiene amarrado en su habitación y se le viene una idea alocada, calentar un hierro para dejarle una marca a Gosú, en ese momento, el gato se enfurece y rompe las cuerdas que lo ataban, se vuelve una bestia imparable al verse amenazado y arremete contra el cuerpo de Pedro.

Pedro llorando sale rápidamente en busca de ayuda, encuentra a su padre Pablo y le comenta que el gato lo atacó sin haberle hecho nada, le muestra los rasguños que le ha dejado. el padre de Pedro llama y reúne a todos los representantes del pueblo para decidir sacrificar al gato por violento ya que según Pablo el gato estaba poseído por ser el animal del anciano brujo, los presentes aceptan la consideraciones presentadas por el padre de Pedro y proceden a sacrificar a aquel animal que solo intentaba defenderse de su atacante.

Ante tanto alboroto y extrañado por la ausencia de su gato, el anciano sale a buscarlo y se da cuenta de la situación, un grito soltó aquel hombre, desafiando a los que intentaban hacerle daño, el silencio se hizo llegar hasta que fue interrumpido por Pablo, quien insistía sacrificar al gato. Echaron violentamente al anciano y prosiguieron a actuar sobre Gosú, en ese preciso instante sale Miguel y les pregunta a la gente el porque atacaban al gato, -El es bueno, dijo - me ha salvado la vida, continuó. el anciano vuelve a aparecer y les explica que Gosú actúa según como es tratado, tal vez el niño Pedro le quiso hacer daño por eso el respondió del mismo modo. Todos los presentes escucharon la versión vivida de Miguel (honesto y bien portado) y comparándola con la historia de Pedro (Grosero y malcriado) deciden dejar tranquilo y en libertad al gato "Gosú".

Desde ese dia, Miguel, Gosú y el anciano son grandes amigos y se cuidan mutuamente.