Me llevaste a recordar el pueblo donde me crié. Allá escuchábamos caer arena sobre el techo, luego sonaban como piedras y después de eso venía el gran ruido, era como una piedra que caía y hasta hundía el techo. Nosotros nos asustamos mucho y más cuando sentíamos los pasos. Mi papá gritaba eso: "Ven mañana por sal" y enseguida se oía cuando se iba. Horrible!