El mundo a su manera

¿Y si en vez de azul, el cielo fuera rosado?
¿Si en vez de blanco, las nubes fueran violetas?
El mar no tendría ese color, sus aguas no fueran turquesa
ni el césped tuviera ese verde que para el picnic sirve de mesa.

¿Y si los árboles en sus hojas se tiñeran de un marrón?
El planeta parecería hecho de puro cartón,
los frutos que la tierra daría fueran tan solo de papel,
hasta las flores perecían al sentir la lluvia caer.

Es el pensamiento de un niño, ahí todo puede suceder,
hasta las más locas ideas que un adulto no puede conceder,
en su más pura inocencia, ven el mundo de juguete,
mientras uno se preocupa para que nada les inquiete.