La crisis nos consumió.
Ya no me quedan amigos, todos se fueron del país.
Cada día que pasa, me despierto y tengo menos ganas de levantarme, cada día veo a mas personas comiendo de la basura, niños de edades tan cortas pidiendo comida, los policías robando a civiles, la delincuencia, la combustión, el caos y la decadencia. Cada vez veo a mi madre, mis hermanos, mi familia y el entorno ser consumidos por esta crisis, ser consumidos a todo pulmón.
Cada vez me asquea más observar a mi alrededor, me da asco verla basura en las calles, me da asco ver a personas sin conciencia aprovecharse de esta crisis, me da asco ver a las adolescentes embarazadas, la falta de conciencia en general, me da asco respirar en este ambiente tan contaminado y lleno de miseria.
Hasta el día de hoy, 20/04/20018, puedo decir que lo único que me queda es una madre consumida por la crisis, una pareja que adoro pero que puedo perder en cualquier momento y una familia rota y dispersa por el mundo. Nacer y vivir en Venezuela, no me ha dejado más que tres lecciones; aprecia lo que tienes, aférrate a lo que te haga sonreía y siempre vela por ti mismo.
A pesar de todas las personas buenas que hay en el mundo y esos lugares maravillosos que sé que existen allá afuera, vivir aquí me ha demostrado lo más sucio y bajo que puede llegar el ser humano, perteneciendo a una sociedad de ignorantes, que triste ver como se matan unos a otros cada día y más triste aún, tener que quedarse fijamente siendo infeliz y en constante peligro por no poder salir del infierno.