El valor de un producto hecho a mano en Venezuela y el Mundo.
Saludos comunidad Steemit, hoy les contaré un poco sobre mi experiencia como creadora y la dificultad que representa el ponerle un precio a mis productos artísticos y artesanales. Bien es sabido que los artistas y creadores no todo lo hacemos por amor al arte, es decir, de algo tenemos que vivir y tener dinero como sustentarnos, esto le ocurre tanto al artesano que vende sus creaciones en las calles como a los artistas famosos que en un tiempo incluso fueron criticados por darle importancia al comercio de sus obras como parte de la finalidad artística, como el caso de Andy Warhol .
Hablando en términos de artes, se ha creado desde mucho tiempo una gran diatriba en cuanto lo que debería ser considerado arte y lo que no, desde inicios de arte contemporáneo, el arte conceptual en ese aspecto ha sido muy criticado, sin embrago en este post no profundizaré en ello. Sin embargo, en mi opinión personal considero que los límites se desdibujan en el arte y que ponerle etiqueta a todo en muchas ocasiones no es beneficioso. Hablemos entonces de donde se encuentra el verdadero valor de un producto hecho a mano. A continuación planteo una serie de aspectos que me parecen importantes para valorar un producto hecho a mano y tener una idea real de su valor.
Uno de los argumentos mas comunes que se suelen utilizar por las personas que diferencian a la artesanía del arte y la consideran una inferior a otra, es la reproductividad y el carácter manual o de oficio que requiere una artesanía, es decir, según este criterio los artesanos que comúnmente vemos en las calles o que hacen vasijas por ejemplo, lo hacen con una perspectiva de oficio o trabajo y no desde la perspectiva creadora, en ello se suelen criticar la reproductividad o producción en masa de las artesanías, es decir que sus productos son iguales entre ellos y que no hay artículos originales, sin embargo, a este criterio me enfrento con la idea de que algo hecho a mano nunca es igual a otro incluso siendo ambos hechos por la misma persona, es decir, cada detalle, cada pincelada, cada hilo o movimiento que se haga con una aguja, pincel o instrumento de creación, puede dar un resultado diferente cada vez cuando la técnica es manual, es decir aprender a valorar cada detalle nos da una idea de que es lo verdaderamente original en una pieza y que hay que valorar esos detalles. Entonces es necesario darle verdadero valor a las cosas desde el punto de vista en que fueron concebidas y realizadas y no infravalorar los objetos con el criterio de la reproductividad cuando se trata de algo manual.
Por una parte parece surgir una tendencia común a opinar que existe un arte de primera o de élite y arte de segunda, incluso hay personas que aun consideran los productos artísticos dependiendo solamente de quien los hace, es decir, que si un artesano realiza un cuadro al óleo lo verán como una artesanía de menor valor, por otro lado hay otra tenencia a considerar que dichos productos artísticos entran dentro del arte ingenuo o popular. Aspectos a considerar hay muchos, pero en mi opinión personal creo que antes de la fama hay que considerar el esfuerzo, la calidad técnica y la creatividad, no soy de las que apoya un producto artístico que no requirió ningún esfuerzo técnico ni conceptual en dado caso, solo por el hecho de haber sido realizado por un artista con etiqueta de artista, es decir alguien con fama o ponderaciones, para mí un vaso de agua puesto una galería de arte de élite no tiene un gran valor comparado con un sombrero tejido por un Warao con unas fibras de palma moriche, aun cuando el primero tenga un conocimiento profundo del arte y el segundo en cambio lo haga porque lo aprendió de sus antecesores, lo vea como solo un medio de vida y haya hecho muchos en su vida, aun cuando ese sombrero en particular no tenga un significado profundo o ritual de su etnia, aun cuando lo haga solo con fines comerciales, para mí el esfuerzo y la técnica que ese sombrero tiene es de mucho más valor que el primer ejemplo.
Aquí nos enfrentamos con un aspecto netamente económico, es decir, calcular el precio de un objeto hecho a mano en mi caso a representa muchas veces un gran dilema, por un lado está el amor que coloco a cada una de mis piezas y el otro el valor monetario que debería colocarles, he consultado con muchos amigos expertos en el aérea de administración, marketing, contaduría e incluso economistas, y gran parte de ellos siempre van por la misma opinión, es el caso de la triada entre: valor de materiales, costo de producción o mano de obra y ganancia, esta ultima siempre suelen coincidir en que debería ser un 30% sobre los otros dos aspectos.
Sin embargo en el caso venezolano es algo difícil incluso calcular lo primero en la presente inflación de precios, ellos varían a diario y hay que enfrentar también muchas veces que los materiales no se consigan , esto dificulta ponerle precio a un producto sobre todo cuando es un encargo, debido a que hay que estar actualizados a diario sobre los aumentos de material, ya que calcularlos sobre una inflación relativamente estable seria perder el tiempo, para ello considero que debe existir una comunicación real y sincera con el cliente, es decir, hacer que el cliente entienda las dificultades que representa darle un precio estimado aun cuando un producto similar los hayas vendido hace un día, cabe destacar que no todos los cliente son iguales y hay personas que incluso suelen ser desconfiadas , en tales circunstancias solo hay que saber lidiar con ello y nunca molestarse, simplemente atender a las necesidades reales de un cliente requiere hacerle entender que si desea un producto de calidad es mejor esperar tener una perspectiva real de los materiales con que le puedes realizar el encargo y un vez efectuado el trato ambas partes queden conformes.
Estamos en la sociedad el conocimiento, entonces, aquí ya no se trata necesariamente de la mano de obra en bruto como se solía hacer antes, es decir calcular el valor de un producto hecho a mano solo por el tiempo que se le dedico a veces suele estar sobrevaluado, es decir, hay ocasiones en que yo particularmente puedo realizar trabajos en un solo día y otras veces que puedo tardar más para generar un muñeco con muchos detalles, sin embrago, mi experiencia y conocimiento en el área tiene más valor que el tiempo de realización, es decir yo no vendo el tiempo que invierto en realizar un muñeco por decir un ejemplo, entonces algo que para una persona que no tiene tanta experiencia significaría mas tiempo para mi podría ser apenas unas horas, esto no quiere decir que mi trabajo valga menos porque no haya invertido tanto tiempo, al contrario el hecho de que puedo hacerlo más rápidamente es precisamente lo que hay que valorar y la prontitud con que puedo entregar un encargo es incluso una sorpresa agradable para algunos clientes, tal ocurre en el caso contrario, cuando en cliente sabe apreciar el valor del producto sabe esperar que el creador tarde lo que tenga que tardar. Aun mas sabiendo que no se está comprando cualquier cosa, se esta comprando la idea de una persona que bien pudo haber conseguido dinero de otra forma, es decir, esta persona decidió vender algo que elaboró desde cero, es decir en lugar de comprar algo y revender decidió dedicar su vida crear y generar algo.
Particularmente, siempre he sido partidaria de que ganar algo es suficiente, es decir, tampoco hay que exagerar cuando se coloca un precio, incluso cuando uno tenga mucha estima y confianza como creador, muchos me critican por vender productos baratos, es decir, me enfrentan con la idea de que no valoro mi trabajo, sin embargo, a mi me mueve la musa antes que la moneda incluso cuando esté pasando por carencias económicas. En este sentido a veces, una de las cosas que me solían desanimar era cuando la gente se sorprendía por el alto precio que consideraba le ponía a un encargo, eso me ponía triste, porque por una parte estaba la necesidad de crear y la emoción de emprender un nuevo trabajo que incluso podría representar un reto y por otro lado estaba la posibilidad de que simplemente el cliente desistiera y no decidiera mandar a hacer nada.
Solo quiero decir que si alguna vez algún creador se enfrenta a esto, no discuta con el cliente ni defienda lo que ya tu sabes tiene un gran valor, simplemente, sea amable y si el cliente desiste simplemente déjelo marchar, nunca insista, porque hay por el contrario clientes ideales, esos que te llegaran sólitos y que se sorprenderán por el precio de tu producto, te encargaran cosas y cuando reciben el trabajo quedan tan encantados que incluso te pagaran mas porque consideran que supera sus expectativas, lo valoran sin tu tener que decirles nada, te pagaran mas porque así lo quieren así que ¡Animo!, si eres creador y te has enfrentado con malos clientes, pues recuerda que hay mucho más valor en el esfuerzo que en la moneda y que los clientes ideales te lo hacen saber , te sentirás satisfecho siempre de ofrecer lo mejor de ti a la gente que verdaderamente lo valora.
muy buen post, sigue haciendo lo que te gusta a pesar de los retos ....
Muchas gracias por el apoyo y el comentario :)
Wao! Tu aporte es excepcional, explicas con mucha claridad la situación, expones con gran objetividad los argumentos al tiempo que demuestras tanto destrezas artísticas como elocuencia discursiva. Me sorprendiste, te felicito y te sigo.
Muchas gracias por el apoyo, para eso estamos, para compartir lo que nos gusta y con esfuerzo hacer lo mejor cada día. :)