Relato Erótico: "Sed"

in #spanish6 years ago

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No se cuánto he aprendido, no se cuánto he conocido, no se hasta donde he llegado; pero nunca había sentido tanta sed.

Haberla visto llegar con ese vestido rojo... ¿por qué rojo?, podía ser blanco, negro, azul, verde, pero, específicamente rojo... lujurioso y pícaro rojo, esa mirada asesina, que hacía que mis botones dejaran de servir, que me hacían sentir que la camisa cada vez me apretaba más, me asfixiaba.

Debía quitármela.

Y a la velocidad de un relámpago, ya estaban sus labios recordándome porque amaba ser mortal, y porque tenía una cita en el infierno unas dos horas más tarde.

Sentí esos labios marcar cada milímetro de mi piel desnuda, erizada, sudada y a su vez, sentí mi espíritu ser invadido y acosado... me sentía inválido, mis brazos no reaccionaban.

Y así iba detallando con mis ojos como un leve mordisco auto inducido la elevaba a un nivel de éxtasis tan grande, que ya debía aceptar el hecho de que debería ir a rehabilitación, porque esa dosis de morbo y lujuria, ya no la olvidaría más nunca.

Pasaban los minutos, años disfrazados, y nos íbamos calentando tanto que ya los rayos solares se volvían estacas de hielo en nuestra luna de miel...

Y así vi reencarnar a una Afrodita llamando a su Asmodeo a una batalla de pasión, donde los suspiros iban delatando quien iba perdiendo, pero ¿quién habla de perder cuando de un orgasmo se trata?

Posiciones, latidos, suspiros, sudor... mi nombre, ese secreto, y descubrir la gloria entre sus piernas, tan delicadas, tan frescas, tan tibias...

Pensé:

"He de estar muerto, porque no se puede sentir tan extasiado, eufórico e irónicamente tan vivo, en una realidad donde la negatividad nos usa como corcel de carreta..."

Cada gota de sudor, que conocería a su contraparte, a su complemento, y ella solamente quejándose porque necesitaba más... sentí como si se me fuera a salir el corazón, los músculos me gritaban auxilio, pero ella gritaba más fuerte.

Sentí odiarla por unos segundos, ella me rasguñaba, me quería abrir la espalda, y yo solo la miraba, la insultaba, y ella... parecía disfrutarlo... así que seguí.

Luego esa pausa, ese silencio.

Ese último gemido...

Pero yo aún tenía sed, aún sentía ganas de saciarme, mis ganas de pecar carnalmente eran tan inmensas que ni el infierno entero valdría como castigo por dicha blasfemia.

Pero en ese momento, me valía media mierda Dios.

Si nos creó con ganas ¿por qué no saciarlas?, si le das a un animal hambre y le das su alimento, ¿por qué está mal que éste coma?

No pensé en más nada, y mi lengua buscaba sus ríos. Un sabor un tanto amargo rondaba por mis papilas, que sabor tan adictivo, tan sublime, tan... ella.

Feminidad y maldad, gracia y malevolencia, ternura y violencia, ese olor a fuego, y yo con un olfato tan inflamable.

Dentro de todo ese suceso, cada vez las horas demoraban, sentí eterna esa noche, las sábanas ya no nos soportaban y ella ahí, tan extasiada, y yo ahí, tan agotado. Pero hasta que ella no saciara su sed, la mía valdría el doble, pues ésta batalla no la podía perder, eran sus ganas contra las mías, era su ser contra el mío.

Como le gustaba sentirse poderosa, siempre buscaba la altura, yo me sentía tan sumiso, tan esclavo, pero por ella no me importaba, sentía sus heridas entre sus orgasmos, sentía su pasado entre sus delirios, sentía su dolor.

Y ella solo sentía como yo lo borraba todo.

Hacía de su vida algo nuevo, le recordaba lo que era nacer de entre los inmortales, le quitaba ese puesto en el olimpo como deidad, para unirla mortalmente a mí y yendo así al clímax de nuestro hermoso momento se desvaneció entre mis brazos, sentí su espíritu decaer.

Creí escucharla llorar...

Creí escucharla suspirar y extrañar...

Y recuerdo aquella noche, que esas sábanas volvieron a mí y me recordaron lo que era ese frío.

Y ahí me quedé pensando:

¿Quién era esa enigmática diosa ninfómana?

Escuché mi nombre a lo lejos, volví a mirar a aquel lugar donde solía verla... y estaba ahí.

Saludando.

Sonriendo.

Y esos labios me besaron por última vez...

Y esa última vez... fue la primera vez que el amor nos hizo a nosotros...

Y se disfrazó...


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De sed.

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@Ilazramusic

¡Muchas gracias por leerme!, síganme para estar al tanto de mis publicaciones, estaré subiendo escritos, poemas y contenido musical, saludos y bendiciones para todos.

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Me encantó, es un post sexy y elegante.

Gracias totales por el comentario, de verdad.

Excelente... ¡ Ovación de pie..!

Un honor total viniendo de su parte, saludos y bendiciones.

Un relato fuerte, apasionado que no peca para nada en lo vulgar y que tiene un contenido erótico sublime, me encanto poder leerlo.

Gracias por tu opinión hermano, un verdadero honor el ser apoyado por tan buenos gustos.

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