Reflexión | 3 Razones para celebrar mi existencia el día de mi cumpleaños.

_fuente.
       El 9 de mayo de 1984 fue el día en que me tocó nacer, no digo que fue el día que vine al mundo porque estoy completamente seguro de que el día anterior a ese ya me encontraba aquí, lo que pasa es que antes de esa fecha todavía estaba envuelto en papel de regalo. Es por esto que aprovecho la oportunidad de compartir con ustedes lo que significa para mí nuestro nacimiento, y previo a eso el inicio de nuestra propia existencia.


_fuente.

Eres único.

       Muchos hemos oído que cada ser humano es único pues no existen dos personas exactamente iguales. Incluso los gemelos idénticos tienen huellas dactilares diferentes. Esto es cierto, no hay nadie como yo y ciertamente no hay nadie como tú. Cada uno de nosotros representa una combinación genética casi imposible de repetir. Según la bióloga Tegham Lucas de la Universidad de Adelaida en Australia, la cual condujo un estudio donde fueron examinados 4 mil rostros, la probabilidad de que existan dos personas iguales es de una en un billón [1]. Estoy convencido de que todos somos una obra de arte de Dios, especial, irrepetible, original.

_fuente.

13 Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre.

14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.

15 No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra.

16 Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.

(Salmo 139:13-16)

       Pero los rasgos genéticos representados en las características físicas son solo la punta del iceberg. Al igual que en estas grandes masas de hielo, lo que se ve es una mínima porción de quiénes somos. En nuestro interior yace un tesoro escondido, lleno de talentos únicos y potencial, depositado ahí en el momento de nuestra creación como la materia prima necesaria para alcanzar el propósito de nuestra vida. Cada cosa creada tiene un propósito de existir, y tú también, no eres una casualidad, no naciste por error o por producto del azar. Toda persona es buena en algún área, todos pueden destacar en algo. Hay algo en este mundo que sólo tú puedes hacer, sólo debes descubrirlo.

Eres un vencedor.

       Nuestra mera existencia implica de antemano que somos especiales, únicos e irreemplazables, también que hemos nacido por un propósito. Pero si aún no te he convencido te daré una razón más para celebrar tu vida.

Una de las competencias más impresionantes en la naturaleza es la que ocurre entre los espermatozoides a través de un entorno hostil, hasta que llegan a fecundar al óvulo. En el semen pueden encontrarse 20 millones de espermatozoides por milímetro cúbico. De los miles de millones que inician la carrera, sólo habrá un ganador, muchos perecen en el camino. [2]

       El hecho de que hayas sido engendrado y hayas nacido es evidencia de que eres un ganador. Tu vida comenzó en victoria pues fuiste formado a partir de un espermatozoide que se abrió camino entre millones de su clase. Fuiste el primero en llegar a la meta, fuiste el vencedor en la carrera más importante de tu vida. Cada vez que te sientas desanimado recuerda esta verdad acerca de tí mismo.

Mi victoria personal.

       Como todos ustedes soy especial sólo por existir, tal como lo he planteado en esta publicación. Permítanme añadir una razón adicional por la que personalmente celebro mi vida. En el año 1983 nacía mi hermano mayor, el primogénito, después de poco tiempo de estar casados mis padres. Sus planes inmediatos no contemplaban el nacimiento de un segundo hijo con el primero aún usando pañales. Supongo que ellos querían disfrutar la experiencia de tener un solo hijo que cuidar y no necesitaban complicarse más la vida en ese momento. Por esta razón recurrieron a uno de los métodos anticonceptivos más usados para la época: el Dispositivo Intrauterino (DIU).

Un dispositivo intrauterino (DIU) es un método anticonceptivo. Previene el embarazo, al dañar o matar a los espermatozoides de un hombre, o al impedir su ingreso al útero de una mujer. [3]

El DIU libera iones de cobre que inmovilizan a los espermatozoides y les hace difícil moverse dentro de la matriz, pero no impide que los ovarios formen un óvulo cada mes. [4]

_fuente.

      Se reporta que la tasa de éxito de este método es de 99% [3][4], por lo tanto la probabilidad de que un espermatozoide destaque de entre millones y además sobreviva al ataque de un DIU es bastantre pequeña. En resumen, una de cada cien mujeres puede quedar embarazada usando el DIU. En tal caso el espermatozoide ya habrá vencido a millones de competidores. Pues bien, esa era precisamente la situación al momento de mi concepción. Las probabilidades estaban en mi contra, yo no debería existir. Sin embargo, aquí estoy contándoles la historia. Por eso celebro mi vida, por eso celebro mi existencia y nacimiento, por eso estoy seguro de que tengo un propósito que cumplir.

_fuente.