Escrito corto: Fasta matrona (Prosa)

Entraba al tenso camino árido de abundantes encrucijadas que amenazaban con desviar su camino, pero la fasta matrona ágil no vacilaba ante la tarea angustiante de llevar adelante aquel proyecto descabellado, aunque consecuente en la realidad, que a veces se olvida por algunos. Ella era astuta al superar topes mal impuestos siendo inmutable en su objetivo primo: dar a bien el desarrollo incomprendido de la vitalidad que se torna urgida y se desprende de una amalgama pasional única en su clase, pero los elementos no fundidos acabaron por separarse en el momento más crucial a escaso avance del camino, haciendo cuesta arriba la labor noble que ella osaba irreverentemente conciliar.

Con dos semillas en tierra tocaba dejar las primeras aguas caer sobre un terreno que abonaba la matrona cuanto podía y, dejando al brillo solar dar su apoyo, germinaron poco a poco un par de arboles que cuidó con recelo, ese fue su único motivo de desvelo durante mucho tiempo, su obsesión era ver ambos arboles imponerse sobre cualquier bosque. Aun ante amenazantes tormentas, aún en agresivas sequías, ella cuidaba tallo y follaje, la fasta matrona tan noble seguía en su tarea inmutada y firme, decidida a lograr que sus arboles superaran los riesgos que corrían, decidida a dejar un regalo para quien posase su vista sobre aquel horizonte, decidida a dar los mejores frutos para quien visitara aquel árido campo. Tras tantos años de vicisitudes y penas la incansable matrona hizo a ambos arboles crecer erguidos, para otorgarle finalmente la sombra que tanto merecía.