Represa de Palmar

La rivalidad entre argentinos y uruguayos es ancestral, proviene fundamentalmente del fútbol porque en muchas otras cosas somos tan parecidos y fraternales que es difícil distinguirnos cuando un porteño de este lado del charco y del otro se juntan.

La represa de Palmar y amigos pescando

Hay muchas más cosas que nos unen que las que nos separan, el mate, el tango, el Río de la Plata y por supuesto el gusto por la pesca.

Hace muchos años un amigo virtual de Rocha, República Oriental del Uruguay se contactó conmigo para participar en una lista de correos donde hablábamos de pesca y fundamentalmente de pesca con mosca.

Mi amigo Sumo el organizador de la visita y una mosca para dorados atada por El

En Uruguay era más incipiente el uso de esta modalidad de pesca y solo juntaban un pequeño puñado de entusiastas pescadores, pero este amigo virtual era uno de los más activos y quería por todos los medios participar y colaborar con el crecimiento de este deporte en su país.

Así fue como lo invitamos a venir para Buenos Aires y participó de un cónclave de equipos de pesca con mosca que por aquella época se realizaba todos los años en nuestra capital, y no solamente vino como oyente sino que también expuso sobre la pesca de tarariras en su país. Fue un éxito y aprendimos que aquí no le dábamos la importancia suficiente a esa especie, tan obnubilados estábamos con las truchas y dorados.

Los peces los devolvemos con el menor daño posible pero de algo hay que alimentarse

Unos años después mi amigo uruguayo al que todos conocíamos por su apodo de Sumo nos invitó a visitar su tierra y pescar en el río que se forma aguas debajo de la represa de Palmar, una central hidroeléctrica que aprovecha las aguas del más importante río de ese país, el Río Negro.

Por supuesto que allá fuimos y el programa se componía de la visita adicional a un arroyo que según mi amigo era especial para la pesca del dorado, otra pasión que compartimos.

El río que se encuentra de este lado de la represa tiene grandes cambios de caudal, dependiendo de si se está generando energía y el agua acumulada del otro lado en el gran lago artificial es liberada para pasar por las turbinas o si por el contrario no hay generación de electricidad y solo se deja pasar un caudal mínimo ecológico para que los peces no se mueran.

Nos tocó en suerte que la represa no estaba erogando agua así que se podía cruzar todo el cauce con agua no más arriba de las rodillas y los peces se encontraban casi atrapados en pozos profundos a la espera de la crecida.

Demás está decir que la pesca fue muy productiva y se tomaron gran cantidad de dorados y tarariras azules, era como estar pescando en una gran pecera. Por supuesto que todos los peces fueron devueltos al agua, cosa que los lugareños no hace, pero eso es así en todas partes.

El arroyo al que nos llevaron al día siguiente realmente era especial y tuve la gran suerte de pescar un hermoso dorado que muestro en alguna fotografía.

Un lindo dorado del arroyo cercano a la represa

Pasamos unos días muy lindos entre amigos de allá y de aquí y tan bien nos fue que luego repetimos la experiencia al menos en otras dos oportunidades.

Hoy por suerte la cantidad de uruguayos que practican esta modalidad de pesca va en aumento y se han convertido en especialistas en pesca con mosca en el mar, la conformación de sus costas marítimas los ayudan, nosotros no tenemos esa suerte de este lado y si queremos mejorar en esa variante tendremos que continuar con nuestras visitas.

Las fotografías son de mi propiedad

Héctor Gugliermo

@hosgug