Permiso
Hola, amada comunidad de Steemit:
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Tal vez debería preguntarle a Taltiu y a Danae
si a ellas se les pidió permiso
para que sus terrenos fuesen arados,
inseminados y que sus frutos
fuesen destinados para uso público.
Ellos dicen que lo que dejaron atrás
no recibirá su nombre y ni descansará alguna vez sobre
sus rodillas en las ágoras del orbe
hasta que eso cumpla con su deber.
Mientras tanto,
el Ungido y yo debemos hacer las cosas a tu nombre,
el cual no recibiremos hasta que tu hijo muera según tus términos,
hasta que su vida valga algo... Según tus términos.
Tal vez debería preguntar a Alcmena
si el placer sentido contigo se sintió igual que
con el hombre cuya faz robaste.
Me pregunto si ella alguna vez habrá escuchado
la historia de la creyente de la diosa de la Sabiduría
que fue humillada bajo su sagrado techo a los ojos de su imagen.
Su sufrimiento fue coronado con mirada asesina y cabellos de serpiente.
Este es el mensaje que debí darle a tu mensajero:
no pondré tu voluntad por encima de la mía
ni el bulto con el que decidiste cargarme.
De haber sido un hombre cualquiera
hubieses convertido mi nombre en sinónimo de vergüenza.
¿Quién te dijo que eras el mejor postor a quien debía dedicarle el resto de mi vida?
El impulso natural de San José de huir
al presenciar el abultamiento de mi vientre
está presente en la naturaleza de todo hombre.
Probablemente, él no dijo que,
de forma silente, empezó a contar en reversa.
Quien pertenezca a su gremio no puede culparlo:
en aquel entonces no habíamos dormido juntos
la sangre ajena no es merecedora de su nombre.
No creo que haga falta decir
que él aceptó tu voluntad
sólo para que el tiempo no se olvidara de él.
Acaso debo hacer lo que han hecho muchas mujeres:
decidir entre vivir poluta el resto de mi vida
o vaciar mi cálice en las sombras
y seguir con mi vida, callar la visión de un homúnculo indeseado,
calcinado y devorado por los buitres del sol de Nazareth.
Alquimistas celosos crean vientres de cristal
esperando replicar mi poder natural:
la fantasía de un mundo desligado de lo venusino
es considerado más loable que nueve meses de gravidez.
No es necesario ser una prisionera
en el Palacio de los 1000 vientos
para ser tratada como objeto de comercio:
para ser una señora se requiere un valor en cabezas de ganado
pero para ser un hombre sólo se necesita un cromosoma de diferencia.
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El poema de hoy se titula "Permiso". De la misma naturaleza de "El Ungido", la voz lírica habla de las mujeres más importantes en las diferentes religiones -extintas o aún con creyentes- del mundo y de su papel condicionado por el hecho de ser la que porta la vida.
Fuente
Permiso
si a ellas se les pidió permiso
para que sus terrenos fuesen arados,
inseminados y que sus frutos
fuesen destinados para uso público.
no recibirá su nombre y ni descansará alguna vez sobre
sus rodillas en las ágoras del orbe
hasta que eso cumpla con su deber.
el Ungido y yo debemos hacer las cosas a tu nombre,
el cual no recibiremos hasta que tu hijo muera según tus términos,
hasta que su vida valga algo... Según tus términos.
si el placer sentido contigo se sintió igual que
con el hombre cuya faz robaste.
Me pregunto si ella alguna vez habrá escuchado
la historia de la creyente de la diosa de la Sabiduría
que fue humillada bajo su sagrado techo a los ojos de su imagen.
Su sufrimiento fue coronado con mirada asesina y cabellos de serpiente.
El gesto de su infelicidad
decora la constelación de aquél que la asesinó por última vez.
Creo que Ixquic y Marjatta deberían dar su opinión también:
comer de los frutos de un árbol no debería ser un peligro.
Un dios convertido en baya o la calavera parlante de un
hombre que busca venganza...
"¡No se les pidió permiso!"
grita la Coatlicue cristianizada.
no pondré tu voluntad por encima de la mía
ni el bulto con el que decidiste cargarme.
De haber sido un hombre cualquiera
hubieses convertido mi nombre en sinónimo de vergüenza.
¿Quién te dijo que eras el mejor postor a quien debía dedicarle el resto de mi vida?
al presenciar el abultamiento de mi vientre
está presente en la naturaleza de todo hombre.
Probablemente, él no dijo que,
de forma silente, empezó a contar en reversa.
Quien pertenezca a su gremio no puede culparlo:
en aquel entonces no habíamos dormido juntos
la sangre ajena no es merecedora de su nombre.
No creo que haga falta decir
que él aceptó tu voluntad
sólo para que el tiempo no se olvidara de él.
decidir entre vivir poluta el resto de mi vida
o vaciar mi cálice en las sombras
y seguir con mi vida, callar la visión de un homúnculo indeseado,
calcinado y devorado por los buitres del sol de Nazareth.
Alquimistas celosos crean vientres de cristal
esperando replicar mi poder natural:
la fantasía de un mundo desligado de lo venusino
es considerado más loable que nueve meses de gravidez.
en el Palacio de los 1000 vientos
para ser tratada como objeto de comercio:
para ser una señora se requiere un valor en cabezas de ganado
pero para ser un hombre sólo se necesita un cromosoma de diferencia.
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