Teoría de mi caos y el maestro Abreu.
La mayoría de ustedes debe tener una noción de lo que es la "Teoría del Caos" y/o el "Efecto Mariposa". Si no, o no estás seguro de lo que es, es mejor que hagas uso de tu buen amigo Google y leas un poco al respecto.
Dicho eso, a lo que vine.
Hemos perdido a un grande. "No sólo en el ámbito musical, sino en el mundo". Ha sido un duro golpe para muchísima gente, demasiada gente. Me ha costado ver a muchos de mis compañeros músicos sentir tan intensamente la pérdida de éste personaje. Unos más que otros, y por supuesto, muchos más que yo.
No porque yo sea insensible o no me importe su muerte, para nada. Pero no puedo dármelas de que me ha destruido el corazón su partida, pues no le conocí y tampoco estaba tan empapado de su historia como lo estoy ahora. Así que por respeto a quienes sí tenían un más estrecho vínculo sentimental con él, me abstengo de expresar un duelo mayor del que realmente siento.
Sin embargo, he reflexionado mucho acerca del maestro José Antonio Abreu. Su vida, su trabajo, sus sueños y metas cumplidas, su visión y la infinidad de cosas que logró para toda una nación. Y me di cuenta de algo que me dejó helado totalmente:
No sería siquiera la sombra de quién soy en este momento, de no ser por todo su trabajo.
Desde que tuve la edad suficiente para que fuese evidente, me ha gustado la música. Mi familia siempre me cuenta historias de cómo, siendo tan sólo un pequeño que apenas sabía caminar, podía pasar horas y horas escuchando música. De las tantas veces en que me levantaba temprano y lo primero que hacía era sentarme junto al equipo de sonido y reproducía aquél CD que tanto me gustaba en ése momento.
De cómo siempre tomaba prestado el discman de mi papá, junto con los audífonos, y me acostaba en el sofá o en mi cama a escuchar música. De cómo a veces, mientras jugaba algún videojuego, dejaba el control por un rato solo para escuchar la música de fondo de alguna parte en específico (Aún lo hago jajaja siempre amaré el File Select theme de Super Mario 64 ). De cómo me llevaba un (no tan pequeño) radio a la cama todas las noches para escuchar música por al menos dos horas antes de dormir. En fin, ¡me gustaba demasiado la música!
Un día, teniendo unos 7-8 años, mi papá llegó a la casa con una caja larga y grande. Me la dejó en el cuarto y dijo que era para mi. Cuando la abrí, encontré al que sería mi Kokiri Sword en este mundo, mi primer teclado. ¡Creo para ese momento habría sido el mejor regalo que me habían dado en la vida!
Tenía solo 4 octavas, pero para mí era perfecto. (Claro que, en ese momento, no tenía idea siquiera de lo que era una octava jajaja). Así que allí mi interés en la música comenzó a maximizarse poco a poco. No estudié música como tal hasta que tuve 12 años, por lo que antes de eso, todo lo que hacía en mi teclado lo hacía a oído totalmente. (Lo cuál me ayudó increíblemente a desarrollar un buen oído musical). Me entretenía tocando las canciones que escuchaba en mis videojuegos, las melodías de mis canciones favoritas. Otras veces simplemente colocaba un ritmo a sonar y me ponía a "improvisar".
Usé mi teclado casi cada día desde entonces.
Entonces, como dije, a los 12 años fue que comencé a estudiar música realmente. Yo vivo en un pueblito de Aragua que queda a media hora de Maracay (la ciudad). Así que allí no había como tal un núcleo de El Sistema. Sin embargo, en la Casa de la Cultura del pueblo daban clases de teoría y solfeo, piano, guitarra, arpa, cuatro... Todas éstas cátedras que eran impartidas por profesores que se formaron en El Sistema y que asumieron la responsabilidad de enseñar en la localidad, a pesar de no ser un núcleo formal.
Así que allí fui a parar yo... Comencé a aprender a leer música, a solfear, mejorar mi oído musical. Así como también con mis dos profesores de piano comencé a aprender técnica y habilidad. Me enseñaron las primeras obras que sé. Uno de ellos era ciego de nacimiento, y nunca he conocido a nadie con un talento como el suyo. No sólo en el piano, sino en todo lo que tuviese que ver con música. Él era quien asesoraba todos los montajes que se hacían siempre.
Estuve allí durante un año y medio, aproximadamente. Hacia los últimos meses me comenzaron a delegar estudiantes para que yo les enseñara a tocar el piano. Nunca me consideré apto para la tarea, pero hacía lo mejor que podía.
Pero bueno, llegó un momento en el que ya había alcanzado el límite de mis profesores y/o de las cátedras que enseñaban, puesto que tampoco había mucho nivel de exigencia. Los aproveché hasta su máximo. Así que comencé a considerar inscribirme en algún conservatorio en la ciudad. Realmente quería continuar mis estudios musicales y avanzar.
De la forma más abrupta choqué contra una super pared: Solo admitían estudiantes hasta los 12 años.
¿QUÉ?
Nunca entenderé esos conservatorios que me dieron esa respuesta. Pero bueno, en uno de esos lugares alguien le recomendó a mi mamá averiguar sobre las inscripciones para entrar en el núcleo de Maracay de El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles. Así que para allá nos fuimos. Y para resumir:
Madrugué haciendo cola para alcanzar un cupo. Hice la audición con todos los nervios del mundo. Me aprobaron. Me inscribí.
Y allí me encontré en un nuevo dilema: Luego de haberme inscrito (por los meses de junio-julio) el liceo en el que había estudiado hasta entonces, decidió cambiar el turno de 4to y 5to año para la tarde, y yo estaba terminando mi 3er año... Así que, o me iba del liceo o no estudiaría música.
La decisión era bastante obvia, y en el fondo ya había decidido irme desde el momento en que me enteré. Pero aún así no dejaba de ser un tonto adolescente que no quería dejar a sus amigos de tanto tiempo. It was hard.
So I left. Y eso cambió drásticamente todo el curso de mi vida. Otra variable, otro aleteo. Me fui a un liceo en la ciudad. Todo para poder asistir en las tardes a mis clases de música. En el nuevo liceo me encontré con un nivel de exigencia considerablemente mayor, lo cual me cambió totalmente como estudiante. Me encontré con quienes se convertirían en dos de mis mejores amigos (y gracias a una de ellos conocí a mi super parabatai @Blablajam), me encontré con un buen grupo de buenos amigos, gracias a los cuales conocí a la que en un punto llegó a adueñarse de todos mis sentimientos y corazón.
Siempre quise ser médico, desde muy pequeño, así que muy probablemente habría terminado estudiando medicina de una forma u otra. Sin embargo, estoy total y ciegamente seguro de que, de no haber cambiado de liceo, habría estudiado en otra universidad. Con el fin de prepararme mejor para presentar las pruebas de admisión en las universidades a las que quería ir, me retiré de mis estudios musicales (decisión de la que siempre me arrepentiré, porque sé que pude sobrellevar la carga y dedicarme a ambas cosas).
En la universidad en la que estudié me encontré con muchísima gente, pero unos pocos influyeron significativamente en mi vida, de tal manera que sería completamente otra persona si hubiese estudiado en otra universidad. Gracias a ciertas situaciones dentro de mi universidad, comencé a tener algo de tiempo libre y un día decidí volver a inscribirme en el núcleo de Maracay de El Sistema.
De eso ya ha pasado un año y ahora soy un tenor del Coro Sinfónico de Aragua, y desde entonces mi vida musical ha cambiado y ha mejorado considerablemente. He conocido a personas increíbles, conseguí a uno de mis mejores amigos. Y si, también estoy cursando el 4to año de mi carrera universitaria. (Dormir nunca había significado tanto en mi vida jajaja).
Tantas cosas que me han pasado, tanto que he visto, aprendido, escuchado. Tantas personas que he conocido... No me imagino sintiéndome completo sin uno solo de todos esos acontecimientos. Y el fin de contarles todo eso no fue solo para contarles mi vida; el fin es que analicemos lo siguiente:
Si el maestro Abreu no hubiese fundado El Sistema, la Casa de la Cultura donde comencé mis estudios musicales no habría contado con los instrumentos para hacerlo y quizás tampoco con los profesores. Y suponiendo que si, si el maestro Abreu no hubiese fundado El Sistema, no me hubiese inscrito el liceo en la ciudad. De no haberme inscrito en ése liceo, no conocería al 95% de las personas con las que he hecho vida todos estos años. Ni siquiera estaría escribiendo este post. Si el maestro Abreu no hubiese fundado El Sistema, yo no fuese músico.
Y si no fuese músico, sería un ser incompleto cargado de frustración.
Puedo escribir párrafos y más párrafos de cosas que no fuesen en mi vida si Jose Antonio Abreu no hubiese fundado El Sistema. Su trabajo, perseverancia y compromiso fue la variable definitiva en mi vida. Él fue ese aleteo de mariposa que creó el caótico tornado que dio paso a cómo se han dado todas las cosas en mi vida post infancia.
Y así como la mía, hay millones y millones de historias. (Sin contar a los cientos de miles estudiantes de El Sistema).
Así que, ¿razones para estar agradecido por quién él fue y por su legado?
¡Me sobran!
Lindo lindo 💓 Siempre haciéndome reflexionar también. Un abracito 💕
Interesante y ajetreada historia amigo, yo también soy amante de la música, pero no tuve la oportunidad de instruirme como tú lo pudiste hacer, siempre digo que me hubiera encantado tocar algún instrumento de viento-metal... Por otra parte , y disculpa que sea entrometido...¿Qué estudias? ¿Medicina?
Tranquilo jaja. Si, estudio Medicina.
Y hey, ¡nunca es tarde para aprender música!
En efecto @havs, el maestro ha ayudado a la formación músical y al crecimiento personal de muchos estudiantes del sistema, por eso hay que darle gracias por crear ese universo de conocimientos y personas increibles de la cual formamos parte.
Así es, @josephblond.
meow! meow!
¡Siempre iba a los conciertos de la orquesta en mi ciudad! todo mágico<3
Hola hola, Coca-Cola :)
Hello, girl c: