Un par en la oscuridad

La noche era calurosa a pesar de la brisa que soplaba, la avenida estaba como siempre a medio iluminar, no había mucha gente solo algunos en la esquina esperando el transporte. Yo caminaba a paso rápido cuando me fijé en un señor que estaba parado en el medio de la acera, su apariencia era completamente desprolija, él se me quedó mirando de manera extraña lo cual me incomodó, caminé por la orilla tratando de alejarme lo más posible de éste, justo cuando lo pasé comenzó a seguirme y vociferar cosas.

-Los homosexuales no obtendrán la gracia de dios - fue lo primero que gritó - tienes que arrepentirte, pide perdón por tus pecados …

Me siguió un par de metros hasta que llegué a donde se encontraban las personas reunidas, caminé entre ellas sin ver hacia atrás en ningún momento, crucé la calle y continué mi camino. Esa escena me había alterado un poco, odio los gritos, el hecho de que alguien levante la voz aun cuando no sea a mí me pone nerviosa.

Dos cuadras más adelante me encuentro caminando completamente sola no hay nadie a mi alrededor, miro hacia los lados y nada, sostengo ambas correas de mi mochila cada una con una mano y trato de caminar un poco más rápido, cuando de pronto alguien sale de una esquina y casi me tropiezo.

-Ten cuidado dios no siempre está viendo - dice sin detenerse

Siento las manos sudadas porque estoy casi segura que es el mismo hombre, sus ropas son parecidas, la verdad no detallé mucho al otro pero por lo menos son el mismo color, la voz es diferente, ésta es más ronca y calmada, aun así siento escalofríos, sé que la próxima calle está completamente a oscuras y no quiero pasar pero no tengo otra opción. Continúo y oigo un siseo, no me atrevo a voltear siento un poco de molestia.

-Lo que me faltaba, que me roben- pienso mientras me muerdo los labios

Ya estaba al tope de la tensión, mi respiración completamente agitada, vuelvo a escuchar el siseo mucho más cerca y volteo solo con la intención de terminar con ello, no veo absolutamente nada, cuando vuelvo la cabeza están ambos hombres frente a mí, doy un paso hacia atrás, solo eso, una sensación fría recorrió mi espalda y me paralizó, mi mente se queda en blanco, el miedo se apodera de mí y me hace vomitar. Ambos se acercan murmurando una letanía no puedo entenderles pero por alguna razón estoy segura de ello, se detienen a unos poco centímetros de mí y comienzan contradecirse.

-No serás salva... -Haz lo que quieras… -Confiesa tus pecados…-Vive con libertad…

Comienzo a caminar hacia atrás intentando a alejarme pero no sé si realmente puedo escaparme de ellos, de pronto las luces de un carro me ciegan completamente, me tapo la cara con mi brazo derecho y froto mis ojos contra éste, al volver a abrirlos no hay nadie, corro el resto del camino hasta la casa, la puerta estaba entreabierta así que entro y cierro lo más rápido que puedo, me detuve en la ventana para recuperar el aliento y los veo seguían ahí observando desde donde nadie más podía verles.