Angelus
Un día cualquiera, en cualquier sitio, suena el canto de un pájaro. El día está por terminar: lo dice el cielo, preciso desde los inicios. Son las seis de la tarde, buen momento para una pausa. Mi oído me lleva al sitio de donde sale el trinar; al lugar común, cotidiano, en el que transcurre la monótona vida. Es tiempo de sequía, los árboles resisten la dura temporada, concentrados en resguardar las semillas. A lo lejos, los pinos saben que es abril, porque endulzan el aire con su cítrico aroma. La palabra Angelus ocupa mi mente, tal vez porque es domingo, tal vez por el ser alado.
Aquí abajo, pegada de la tierra, también oteo.
Fotografía propia
La fotografía fue tomada con una cámara Panasonic, Lumix, DMC-FZ40
Me despido, agradeciendo su visita.
Me gustó mucho tu post, @gracielaacevedo. Un texto muy poético, con hermosas y sensible imágenes, que recrea un momento puntual del alma de adentro y de afuera. Un canto sereno a la tarde, al recogimiento. La fotografía, también bella, lo realza y hace visible. Gracias por compartir.
Muchas gracias a ti por tus palabras motivadoras y gratas, @josemalavem. Algo sabían los antiguos que nosotros olvidamos, por ejemplo, parar para contemplar el mundo (aunque la tradición cristiana del rezo del Angelus es relativamente nueva). Observar el mundo, como meditación o en forma de reverencia o reconocimiento puede asumirse como una necesidad de estos tiempos. Fotografiar ayuda. Un abrazo