Felicitaciones por esta excelente y reflexiva publicación.
Sin lugar a dudas, la calidad moral de una sociedad se mide por la forma en que trata a sus niños, a sus animales y a sus ancianos, es decir, por la forma en que trata a los seres más inermes, frágiles y vulnerables que forman parte de su entorno.
El maltrato y la desatención de nuestros ancianos, no solo representa un bochornoso acto de cobardía y de desidia, sino que además nos priva de un caudal de sabiduría tan rico y tan poderoso, que nos condena como sociedad a repetir una y otra vez los mismos errores.