Empezando por no saber dónde empezar, esperando sin saber que esperar con claridad,
una tempestad que aflija o una paz que no sea real.
Una lágrima escondida o una sonrisa fingida.
Un silencio que dé paz o un sonido que dé calma.
Luces que guíen el alma u oscuridad para dejar salir lo que daña
Soledad que dé descanso o no descansar para no sentirme sola.
Agotar el cuerpo para que no sienta el corazón o dejar sentir al corazón aunque dañe mi alma.
A veces solo a veces los deseos que grito en silencio entienden cada dilema de decisión…
Un abrazo que dé fuerza o una voz que me reprenda.
Vacios que alguien alguna vez lleno o espacio que nunca ha estado lleno
Respuestas que antes tenía o preguntas que apenas van surgiendo
Algo que perdí o algo que sin saber siempre he buscado
Tiempo que sobra o vida que me falta
Música que agrade a mi exterior o música que silencie mi interior.
Profundidad que exprese o simplicidad que llene.
Miradas pérdidas o sentimientos encontrados.
El azul del amplio cielo que no es más que del mar un reflejo
y tambien el verde de un frondoso árbol o su vigor para nutrirse de humedad y sol, de tempestad y calma…
Una verdad que humedece y un cuerpo que carece del afecto que no encuentra, de las personas que le faltan y de las tempestades que le estorban, de los errores del tiempo, de simple destino y azar de vida.
Lo amargo y caliente del café me hacen sentir que sin azúcar no es el mismo sabor, así es la vida misma se necesita cada emoción, cada proceso, cada ingrediente que nos de la escencia de lo que somos, que defina nuestro carácter, que de guía a nuestros sueños más profundos… sé que soy palabras, soy las letras inspiradas por lo húmedo de una lagrima que en compañía de un café hoy broto en mi… sé que soy sentimientos inefables. No, no es depresión es solo un ingrediente del café de mi vida, hoy salió un grano amargo quizá mañana brote de mi una sonrisa de azúcar.
Jeremías 31: 25 “Porque satisfaré al alma cansada y saciare a toda alma entristecida”.
Gracias a Dios y gracias a quien me lee.
