Tarazona. Reportaje fotográfico.

in #spanish7 years ago

Tarazona es un municipio español perteneciente a la provincia de Zaragoza, en la comunidad autónoma de Aragón. Es la capital de la comarca de Tarazona y el Moncayo, cabeza del partido judicial homónimo y sede episcopal de la Diócesis de Tarazona desde al menos el año 449.3​

Ocupa un espacio geográfico que históricamente ha sido frontera entre los reinos de Castilla, Navarra y Aragón. Esta singularidad, unida a que la comarca es un paso natural entre la meseta castellana y el valle medio del río Ebro, han otorgado a Tarazona un carácter estratégico durante siglos. La ciudad se convirtió en la Edad Media en un enclave de referencia para las relaciones comerciales, diplomáticas, militares y religiosas —la Diócesis estaba conformada por territorios de tres reinos distintos--. Sin embargo, la progresiva unificación de las Coronas de Castilla y Aragón fue devaluando ese valor estratégico. Hasta entonces, Tarazona fue testigo de bodas reales, pactos, guerras y celebraciones de Cortes.

La fundación prerromana de la ciudad —así como su temprana designación como sede episcopal— han ido conformando el casco antiguo como un espacio monumental y con un gran valor histórico-artístico. La convivencia pacífica durante décadas de comunidades cristianas, judías y musulmanas ha enriquecido todavía más el conjunto urbano. El patrimonio turiasonense abarca desde el siglo I a.C. hasta el siglo XX. Tarazona cuenta con una larga tradición industrial, de cuyas numerosas fábricas quedan importantes vestigios de patrimonio industrial.

Francisco Martínez Soria, mucho más conocido como Paco Martínez Soria, (Tarazona; 18 de diciembre de 1902-Madrid; 26 de febrero de 1982) fue un actor y empresario de teatro español.

Nació en Tarazona, Zaragoza. Hijo de policía,1​ en 1908 su familia se trasladó a Barcelona,2​ donde comenzó sus estudios y, tras ellos, su trabajo como dependiente y, más tarde, como comercial. Durante esta época compatibilizó su trabajo con actuaciones en grupos de aficionados del barrio de Gracia.

Contrajo matrimonio el 24 de octubre de 1929, con Consuelo Ramos Sánchez con la que tuvo cuatro hijos: Natividad, Francisco, Consuelo y Eugenia Martínez-Soria Ramos.

En 1934 colaboró como extra en la comedia en blanco y negro Sereno... y tormenta del director Ignacio Farrés Iquino, con quien colaboraría, como actor, en otras once películas.

En 1936, el Gobierno de la República emitió un decreto de afiliación sindical obligatoria y Francisco Martínez Soria se afilió a la CNT.3​

Durante la Guerra Civil Española dejó su trabajo y se centró en el teatro como actor profesional. En 1938 debutó en el Teatro Fontalba con la compañía de Rafael López Somoza con la obra El infierno, de Antonio Paso.

Su primer papel de cine como actor principal fue en 1938, en un mediometraje cómico producido por el sindicato anarquista CNT titulado Paquete, el fotógrafo público número uno.3​ Continuó participando como actor secundario en muchas películas hasta 1944, en que retornó por completo al teatro como actor y empresario.

Había fundado su propia compañía en 1940 instalándose en el Teatro Fontalba de Madrid, junto a María Francés y Ricardo Fuentes. Inició entonces un repertorio de obras cómicas que empezó con Tu mujer no es cosa mía, de Iquino y Prades. Entre los años 1942 y 1944, fue nombrado director y primer actor de la compañía de comedia titular del Teatro de la Zarzuela. En 1960 adquirió el Teatro Talía de Barcelona. Durante las cuatro décadas de la dictadura franquista, fue uno de los actores teatrales más aclamados por el público, tal vez por amoldarse a los nuevos cánones marcados por el régimen gubernativo e interpretando decenas de comedias, entre las que pueden mencionarse La tía de Carlos (1946-1967), de Brandon Thomas, El abuelo Curro, Anacleto se divorcia, Bonaparte quiere vivir tranquilo (1964), La educación de los padres, Te casas a los 60... ¿y qué? (1974) y ¡Guárdame el secreto, Lucas! (1977), las dos últimas de Dionisio Ramos.

Plaza de toros vieja, construida con planta octogonal entre 1790 y 1792 en el antiguo prado de la ciudad, era un edificio de 32 viviendas cuyos dueños alquilaban los balcones cuando había festejos. Hoy sigue habitada en su totalidad dado que las actuaciones se trasladaron a la nueva plaza en 1870. Desde 2001, esta plaza de toros posee la declaración de Bien de Interés Cultural.

Tarazona contó con un barrio judío32​ cuyo entramado primitivo es conocido desde el siglo XII y se denomina Judería Vieja. La trama está formada por la calles Judería, Aires, Rúa Alta de Bécquer, Rúa Baja de Bécquer, plaza de los Arcedianos y plaza de la Mata (o de los Corderos). Estas calles han mantenido su encanto medieval, sinuosas, estrechas, empredradas y con callizos, característicos de las juderías.

El barrio judío estaba fuera del Cinto amurallado pero disponía de su propia muralla, con puertas de acceso que se cerraban por la noche. Estos portones se situaban en la entrada desde la plaza España (Puerta de la plaza Nueva), bajo los arcos del palacio Episcopal (Poticiella) y en las escaleras de subida al Cinto.

La Rúa Alta era la calle en la que vivían las familias de la elite cultural y económica de la aljama y es probable que en ella se encontrasen las dos sinagogas que hubo: la mayor y la de las mujeres. En la plaza de los Arcedianos tenía lugar la celebración judía del sucot.

En el siglo XV se produce una expansión de la judería por la cuesta de los Arcedianos y placeta de Nuestra Señora. Esta ampliación se denomina judería nueva y contaba con dos puertas: la de Santa Ana, cuyo arco aún se conserva, y otra en el extremo contrario de la plaza. En esta parte se pueden observar dos callizos, uno de los cuales todavía es público y transitable.

La judería de Tarazona fue una de las más importantes de Aragón y llegó a albergar a 70 familias. Entre sus vecinos se encontró Moshé de Portella, judío turiasonense de gran relevancia en el siglo XIII. Fue Bayle y Merino de Tarazona e incluso Bayle General de Aragón bajo el reinado de Pedro III, el Grande. Fue el judío más relevante de esta aljama y el centro de interpretación de la cultura judía de Tarazona lleva su nombre. Este museo está a punto de ser reabierto en la Casa de los Capitanes, sede de la institución comarcal, tras unos años cerrado.

Esta es la única judería aragonesa que forma parte de la Red de Juderías de España.33​ Desde hace unos años se ha investigado el pasado judío de la ciudad, se han editado publicaciones, se han restaurado muchas viviendas y se organizan cada año las jornadas de la cultura judía "El retorno de Sefarad a Tarazona".

El «Cipotegato» es la tradición más conocida de Tarazona y tiene lugar cada año el 27 de agosto. Las fiestas, en honor al patrón San Atilano, se alargan hasta el 1 de septiembre. Esta tradición fue declarada de interés turístico regional en 1998 y de interés turístico nacional en 2009.

Unas horas antes del mediodía del día 27, la plaza del Ayuntamiento aparece concurrida de gente y minutos antes de la salida del esperado personaje, se comienza a vitorearlo con cánticos. A mediodía, el Cipotegato —mítico personaje turasionense encapuchado y disfrazado de arlequín con los colores amarillo, rojo y verde— irrumpe en la plaza a través de un pasillo abierto entre la multitud por amigos y antiguos Cipotegatos. Atravesando la plaza, es perseguido por la muchedumbre que le arroja tomates. Si sale triunfante, será subido a la escultura erigida en su honor en la misma plaza. El Cipotegato es elegido anualmente en un sorteo realizado entre los jóvenes de la población.

La conclusión de las fiestas tiene lugar el 1 de septiembre con la denominada «quema del sapo», en donde se quema la imagen de un sapo o rana en una maqueta relacionada con algún hecho acaecido en Tarazona o en el resto del país.

La fiesta aparece documentada a principios del siglo XX en el archivo municipal en donde consta el pago de seis pesetas al encargado de representar el personaje del Cipotegato. No es hasta la mitad del siglo XX cuando comienza la popular tradición de arrojar tomates al Cipotegato. Sin embargo la tradición turiasonense está documentada en el archivo de la Catedral de Tarazona a finales del siglo XVIII. En ella, un personaje llamado «el Pellexo de Gato» persigue a los niños durante la fiesta del Corpus Christi.

El Cipotegato significa el pistoletazo de salida a seis días de festejos. Entre las activiades más destacadas se encuentra la procesión de la reliquia de San Atilano y la ofrenda de flores y frutos a la patrona, la Virgen del Río, del día 28. La Feria Taurina de Tarazona, los castillos de fuegos artificiales o la quema del sapo, como acto final, estructuran una semana de actividades festivas. Las charangas, los conciertos y las verbenas nocturnas o los almuerzos populares animan el ambiente de la ciudad. Además, existen cinco grandes peñas oficiales: El Desbarajuste, La Dominguera, la Chalibes, los Sapillos y la Garrafus que organizan un amplio programa de activiades como el baile del clavel, la subida de los toros, comidas de hermandad, etc. Es tradicional, como en numerosos municipios de la zona de Navarra y Aragón, vestir durante estos días con ropa blanca y, en este caso, pañuelo y faja azules, color de la bandera de Tarazona. La comparsa de gigantes (siglo XVII) y cabezudos que desfila estos días es una de las más antiguas de España.

Fotografías por @germanaure

Camera:

Canon IXUS 950 IS

Fuente:

https://es.wikipedia.org/wiki/Tarazona

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