Alguien más. Diario número 3: Alguna vez fui abuela.
¿Ven a esos hermosos cachorros que hay en la foto? Pues, fui la orgullosa abuela de 7 cachorritos. Desde que mi familia vive en una casa con el suficiente terreno como para tener a un feliz perro corriendo de un lado a otro, he querido tener a un perro hembra (Solía tener solo dos perros macho) y un día, mágica mente o por obras del destino, llegó a mi casa quien al día de hoy, todos la conocen como "La Mancha" y yo, como ni niña linda y hermosa.
Como mencioné antes, siempre habíamos tenido perros macho en la casa y no sabíamos nada acerca de los perros hembra (Fechas del celo, cuando aparece el primer celo) y pues, un 2 de Enero del 2014, mi querida hija me bendijo con 7 hermosos y sanos perritos, en serio, fue uno de los mejores momentos que e vivido en mi vida, no saben (O si lo han experimentado, cuéntenmelo) lo maravilloso que era tener ese montón de patitas por todas partes, cada uno con 7 personalidades distintas y con ocurrencias muy distintas.
Cuando cumplieron su primer mes, ya sus personalidades estaban completamente formadas y decidimos ponerle un nombre temporal a cada uno. Empezando por Harry, el único perrito que ve fijamente la cámara en la foto, era el más grande de la camada pero al mismo tiempo, era el más torpe y de todos. Luego estaba Aguila, la perrita que tiene su cara completamente blanca, le dimos ese nombre porque era la única de la camada que tenía la cabeza completamente blanca y el cuerpo negro, ademas, heredó el carácter de su querida madre y los dominaba a todos. Después estaba Artemisa, el nombre fue mi idea, solo me gustaba, así que no tiene un motivo en especial, es la perrita con la pequeña mancha marrón en la cara, era la que mejor sabía como salirse de su jaula. Estaba Pandora, el nombre se lo colocó mi mejor amigo; era la más pequeña de la camada y la única completamente marrón (Se ve en el fondo de la foto) además de ser la única que actualmente conserva su nombre original. Estaban Vaquito y Daniel, eran dos hermanos inseparables, Vaquito tenía manchas como las de una vaca y Daniel era el más revoltoso (Como Daniel el travieso), comían, dormían y jugaban siempre juntos; Y por ultimo, pero no menos importante, estaba Doky, fue el primer perrito que dimos en adopción y el nombre se lo puso la pequeña niña que actualmente es su dueña.
Con el tiempo, tuvimos que encontrarle nuevos hogares a cada uno, fue doloroso pero tenían que llevar sus propias vidas fuera del nido. Aun hay dueños que me dejan ir a visitarlos de vez en cuando, sobre todo a Aguila y Pandora, a los que no puedo visitar, por lo menos sus dueños me suelen mandar fotos, han crecido mucho, debo admitir.
Fue una hermosa parte de mi vida, poder cargarlos y achucharlos era el mejor desestresante que podía tener y aunque ya no estén conmigo, siempre los llevaré en mi corazón.