“Ceretones de la cascada el Vino” espíritus nocturnos. Mi Dossier Viajero (+ilustración)

Fuente Cascada el Vino, Lara-Venezuela. Foto de @geocesar.

Hola amigos en este maravilloso planeta de Steemit, esta vez les traigo una gran anécdota de mochilero y viajero soñador. Fue durante la semana santa del 2017 en gran travesía de viaje que me llevo a recorrer el estado Lara y sus principales atractivos naturales. Para eso de un viernes santo parto con mi grupo de mochileo “Globetrotters” de Maracaibo hasta Barquisimeto y de allí a Barbacoas un pueblo que representa el turismo de una región muy hermosa y diversa venezolana, teniendo como principal atractivo la “Cascada el Vino”.

Fuente Paisaje en la vía hacia Barbacoas, Lara - Venezuela. Foto de @geocesar

Ese día llegamos a Barbacoas a eso de las seis de la tarde, un manto de niebla nos presentó el camino del pueblo a la Quebrada donde existe aproximadamente media hora de trayecto en automóvil, pero nosotros como buenos “Globetrotters” decidimos ir a pie, con una marcha muy lenta ya que estábamos en ascenso. Cuando llevábamos caminando una hora las chicas del grupo se quejaban del dolor en los pies y muslos por la fuerte pendiente por lo que decidimos descansar debajo de unos pinos abrazadores en medio de la niebla y el olaje de frio.

center>Fuente Zona en la que decidimos descansar Barbacoas-Cascada el Vino. Venezuela. Foto de @geocesar

Durante el momento de descanso una de las chicas ve con asombro hacia una mediano árbol que se ubicaba a un lado del camino, señalando hacia su raíz se ubicaba una ropa muy llamativa y diminuta que parecía traje de un bebe adulto. Decidimos ir a ver de qué trataba, abriéndola con asombro vimos como una especie de traje pequeño travieso que decidió dejar allí sus trapos.

center>Fuente Zona entre Barbacoas-Cascada el Vino. Venezuela. Foto de @geocesar

Seguíamos el camino que se hacía cada vez más nublado donde la noche nos empezaba a arropar y tenía combates con nuestras linternas, la camina era cada vez más larga se hacían las nueve de la noche y nuestros estómagos ya roncaban de ardor, por lo que decidimos hacer una segunda parada en el camino donde vimos el confort de un lindo riachuelo para comer unos sándwiches con diablito que traíamos de Maracaibo, recuerdo un olor a jamos endiablado muy fuerte que al llegar a mi paladar dilato mis pupilas dándole un sabor a gloria.

center>Fuente Zona en la que decidimos un segundo descanso entre Barbacoas-Cascada el Vino. Venezuela. Foto de @geocesar

Se hacían las nueve de la noche y ya no se veían nuestras sombras, los nervios comenzaban a plasmarse en nuestras miradas, surgía la discusión en el grupo de que estábamos perdidos, había miedo y con el caras pálidas, hasta que vimos una pequeña lucecita a lo lejos del camino, fuimos a ella y allí nos esperaba la gaceta de IMPARQUES, un salvavidas a nuestras penumbras.

El personal de IMPARQUES nos orientó sobre el parque nacional “DINIRA” un atractivo natural que excita el corazón ante tanta expresión en belleza. Un miembro de esa institución al que llamamos “Bert” nos llevó hacia la cascada que se ubicaba a aproximadamente media hora de caminata, ya se hacían las diez de la noche y la misma chica que vio la ropa en la vía ahora nos decía que escuchaba silbidos y llamados que escucháramos pero la verdad que no veíamos nada.

Hasta que Bert a quien apodamos así por Bear Grylls el famaso aventurero de “ A prueba de todo” nos habló de pequeños seres que vivían en una cueva detrás de la cascada y que salían en las noches a abusar de las mujeres siendo enamorados y juguetones los cuales causaban misterio en las noches.

center>Fuente área entre Barbacoas-Cascada el Vino. Venezuela. Foto de @geocesar

Al escribir este texto recuerdo la impresión de mi amiga Criss quien había conseguido la ropa en el camino y también había escuchado las voces, todos reíamos menos ella, nos pareció una fábula más de los pueblos Venezolanos y asíamos alusión al afamado “Carro e´ Dracula” de Emilio Lovera.

Al llegar a la cascada no la veíamos por la neblina pero sentíamos en nuestra alma aquella energía con la que cae el agua y ese gran silbido de la cascada en la noche que nos hacía ver como no estábamos solos, al llegar a la parte baja de la cascada había mucha gente acampando, ya muchos dormían mientras otros bebían. Los Globetrotters decidimos armar nuestro campamento prender dos fogatas, una para la comida y otra para acalorarnos.

center>Fuente noche de fogata en la cascada el vino. Foto cortesía de: LaCepa.com

Dos chicas decidieron ir a acostarse un rato mientras el resto preparábamos la comida, hasta que escuchamos un grito, era Criss decía que alguien la estaba tocando, y le mordió por lo que todos los focos fueron a su pierna donde tenía un pequeño mordisco. Volvió a nosotros el recuerdo de los Cerotones, ya no habían carcajadas, solo reía el guía Bert, al que creíamos incrédulo.

En los años siguientes años me he dedicado a leer y estudiar historias de los Cerotones o duendes sádicos de esa región del país, siendo muchas las anécdotas de viajeros y especialistas en el tema, con los años fui a hace tres meses fui a la península de Paraguaná donde se dice que surgieron esos seres y están sus primeras leyendas, escuchando a viva vos los viejitos de Pueblo Nuevo ese pueblo donde surgió todo aquello que aterra a las mujeres de esas zonas.

Fuente @geocesar en la Cascada el Vino. Foto de @phosgenex.

Fuente @geocesar en la Cascada el Vino. Foto de @phosgenex.

La ilustración intenta expresar el retrato de lo que Criss recuerda de aquella noche y como yo lo vi en un sueño tiempo después.

Desde hace algunos años quería que dejara de ser una historia para mis alumnos y fuera anécdota de mi vida para todos.

Muchas Gracias a todo el mundo STEEMIT por permitirme compartir este post intentando demostrar un hermoso país con grandes atractivos naturales e historias únicas por lo que más allá de las situaciones difíciles que se viven, el recordar que tiene lugares mágicos y llenos de vida. :) GRACIAS TOTALES :)