El anarquismo económico: una aproximación pragmática.

in #spanish7 years ago




El anarquismo económico se basa en una premisa fundamental: no se puede lograr una revolución política ni social si no se modifican primero las leyes de oferta y demanda que regulan los mercados. Cada vez son más los que creemos que el mejor medio para lograr un cambio en las estructuras más profundas de las relaciones interpersonales, es través de un cambio radical en las estructuras económicas que rigen los modelos sociales en los que convivimos. Es decir que, si buscamos el origen de las relaciones, podemos ver que se basan en un simple y auténtico interés: oferta y demanda, desde el intercambio de bienes materiales hasta las relaciones emocionales y comunitarias. La política, la sociedad, se construye sobre la base de intercambios individuales que buscan de forma natural el bienestar individual. De tal forma que aún construcciones tan complejas como trabajo o capital se basan en un simple concepto motivado por necesidades y voluntades: oferta y demanda.

La idea absurda de que el hombre puede escindirse de las actividades económicas y funcionar meramente con sus atributos políticos y sociales, es una ilusión que han creado los sistemas socio-económicos actuales, especialmente el capitalismo. El capital, como ente regente de la dinámica global, es una falacia delirante construida por el monopolio gobernante. El trabajo, como una necesidad inherente del ser humano, es otro delirio de los sistemas que centralizan el poder y el capital. La mejor forma de entender la dinámica global es mediante la oferta y la demanda como motivadores dinámicos de la conducta humana. Es un simple concepto de necesidades y voluntades.

Sin embargo los sistemas autoritarios se han encargado de indicarnos cuales son nuestras necesidades y cual debe ser nuestra voluntad. Se han creado artificialmente mediante bombardeos, constantes e ingeniosos pero mórbidos, de propaganda y marketing. La realidad es que detrás de estas construcciones artificiales subyace la necesidad de control del individuo y sus comunidades. Conceptos como masa, población, identidad y estratos económico no son más que malignas ilusiones que buscan desvanecer la verdadera unidad de la humanidad: el individuo.

Y, sin embargo, en la oscuridad de nuestra cotidianidad, está implícita esta simple regla social: la oferta se crea con demanda y la demanda con oferta. Y bajo esta simple regla se dan todos los eventos que  conmueven nuestra existencia. El que mueve la oferta y la demanda, mueve a la humanidad; el que manipula la oferta y la demanda, manipula al ser humano


Es triste verlo y aceptarlo, pero es liberador reconocerlo: los sistemas económicos actuales controlan la oferta y la demanda de todo: del hambre, de la guerra, de los sueños, de los bienes. Un pequeño grupo de privilegiados se ha hecho, a base de manipulación, del impulso natural del ser humano. Los sistemas políticos están diseñados para proteger a este grupo privilegiado y los sistemas sociales se han diseñado para marginar al individuo. Mientras no estemos conscientes de esta perversión cultural, jamás podremos ser libres. Gobiernos han sido derrocados, bancos han desaparecido, culturas aniquiladas pero esencialmente un genio maligno dirige los destinos del hombre y se beneficia perpetuando nuestra ignorancia. 

¿Quién no ha escuchado la famosa sentencia: La verdad os hará libres? El problema es que la verdad no se puede revelar mientras exista un grupo privilegiado que construye la realidad sobre valores falsos que permiten que la gran mayoría de los individuos sean sujetos a la voluntad de unos pocos, esclavos sí, pero peor aún títeres, sin consciencia auténtica de que están siendo utilizados para el provecho de unos cuantos.   

El mundo nos vende la libertad, la igualdad, la fraternidad en cada trabajo que nos ofrece, en cada producto que nos vende, en cada dios que nos cuida. Pero la realidad, la triste realidad, es no somos libres, ni iguales, ni solidarios. Al contrario, estamos cada día más alienados, excluidos y enajenados entre y con nosotros mismos.


La premisa fundamental del anarquismo económico es que la forma más eficiente de destruir ese complejo aparato de control social, moral, económico, político y religioso es a través del eslabón más débil: el económico. Y es el más débil porque es el más dinámico y porque impacta de forma directa en nuestras necesidades más fundamentales.

Quien haya leído El Banquero Anarquista de Fernando Pessoa encontrará que ahí se dibuja a groso modo la lógica anarquista. La realidad es que creer que un individuo puede atacar al aparato de control desde sus cimientos políticos se va encontrar se va encontrar con un sistema de censura tan fuerte que va a borrar toda huella de su historia. Probablemente lo aniquile a él y a todo la gente cercana a él. Creer que la confrontación violenta en contra de los gobiernos puede ser una solución es, en todas sus formas, una contradicción que sólo puede terminar en la difusión del individuo, su aniquilación, su muerte. Los sistemas de control son tan eficientes que incluso la religión nos vende la idea de que existe un mundo inmaterial donde todos somos iguales, donde existe la auténtica felicidad y amor. ¿Qué ser humano, en su cordura, puede destruir un Dios? ¿Qué individuo con suficiente inteligencia puede siquiera creer que puede atacar instituciones tan antiguas como la civilización? Y sin embargo “el opio de los pueblos” como suelen llamarle connotados comunistas es quizá la herramienta más eficiente para el control del individuo y sus comunidades.

No. Una revolución no se puede iniciar en los planes sociales o políticos. No sé puede forzar a una sociedad a vivir de acuerdo a una ideología, aun esta sea la anarquista. El verdadero anarquista sabe que la revolución se da del individuo hacia la sociedad. El verdadero anarquista sabe que la mejor manera de iniciar una revolución es infiltrándose en el eslabón más débil del sistema. Y ese eslabón es el económico.


Entonces, volvemos a la premisa del inicio: solo modificando las leyes de la oferta y la demanda se puede iniciar una autentica revolución anarquista. Porque, la economía, por más compleja que parezca, es sólo eso en principio: oferta y demanda.

Desde luego que atacar al sistema financiero no significa que no se derrame sangre; y tanta sangre a derramado el dinero como la religión o las creencias políticas. Existe un riesgo alto de que el sistema reaccione violentamente para detener cualquier infiltración peligrosa en el sistema económico. Y hemos sido testigos a través de la Historia de como innumerables intentos de modificar las leyes económicas terminan en cruentos episodios de sangre y muerte. Mucho mas intentos fracasados que los que ha logrado la lucha religiosa o política. La diferencia es que mientras los valores anarquistas permanezcan intocables la luz siempre prevalecerá en la oscuridad, aun un pequeño haz de luz en una habitación obscura.

En las luchas religiosas y políticas se pueden lograr cambios de forma, pero en el fondo, siempre es un pequeño grupo que tiende al control, que manipula de acuerdo a sus intereses la información para lograr los efectos deseados. Se puede ver en la Historia de la Independencia de Estados Unidos de Norteamérica, se puede ver en la Revolución Francesa. Al final libertarios se vuelven verdugos y los sistemas prevalecen en su control y manipulación. Nuevos actores, mismo sistema.   Y quizá podríamos decir de los sistemas económicos. Detrás de todo sistema de gobierno hay un brazo de control eficiente que se expande hasta donde necesita expandirse y que contiene a quien necesita ser contenido. La característica fundamental de los sistemas autoritarios es que logran controlar la información, el flujo, la dinámica, de los individuos. Los controlan mediante la manipulación, el soborno o, en ultima instancia, la represión.

Howard Zinn al final de su libro La otra historia de los Estados Unidos hace una reflexión muy acertada sobre la inconsciente cooperación entre ese grupo privilegiado y millones de personas seducidas con migajas: 


...el establishment no puede sobrevivir sin la obediencia y la lealtad de millones de personas a las que se otorgan pequeñas recompensas para que el sistema siga funcionando: los soldados y la policía, los maestros y los ministros, los administradores y trabajadores sociales, los técnicos y los obreros, los médicos, abogados y enfermeras, los transportistas y los trabajadores de los medios de comunicación, los basureros y los bomberos. Estas personas —los que tienen trabajo y de alguna manera son privilegiados— forman una alianza con la élite. Se convierten en los guardianes del sistema, y hacen de amortiguadores entre las clases alta y baja. Si dejan de obedecer, el sistema se derrumba.”

Un sistema que aparenta funcionar. Recompensas que muestran su lado frívolo cuando uno se enfrenta a la implacable realidad de la vida. Y aun así tantas personas soportan sin consciencia ese establishment. ¿Es que acaso la gente es inherentemente estúpida? ¿Existe una tendencia natural del ser humano a vivir sometido y ser manipulado? 

¡Por el contrario! Si algo nos muestra la Historia de la Humanidad es que las grandes reformas son producidas por individuos. El cristianismo, la imprenta, el luteranismo, el motor de combustión, la electricidad, el cinema, la televisión, las ventas por internet, las criptomonedas. 

Lamentablemente cada vez que se logra una reforma inmediatamente se encuentra la forma de controlar, de restringir y de manipular. Milenios en una lucha contra el control y la represión. Cientos de millones de personas que han sacrificado sus vidas por libertad, por sus creencias. Y la lucha persiste. Y todo por un principio tan básico como lo es la oferta y demanda: ¿Existe demanda de libertad religiosa, se crea la imprenta? ¿Existe demanda de transportes más eficientes? Se crea el motor de combustión. Cada reforma, cada salto cultural, científico, social en la humanidad obedece a esta necesidad y voluntades instintivas. Y al final, ¿qué son estas reformas sino intentos creativos de mejorar la información? De agilizar la comunicación, de difundir ideas, de compartir pensamientos, de transmitir de forma más eficiente esa información previamente concentrada en unas pocas manos con el poder.


Así, el anarquismo económico entiende que toda dinámica de cambio se da en base a la oferta y demanda; también que todo cambio tiene un costo y que todo costo es calculado en base a los principios económicos de riesgo/beneficio. El anarquismo económico reconoce al sistema monetario y financiero como el eslabón más débil de los sistemas de control social y busca, de forma coherente y congruente, modificar las reglas que arbitrariamente han implementado los poderosos. El anarquismo económico reconoce en la tecnología y ciencia una valiosa herramienta para lograr el objetivo último: un sistema social basado en el acuerdo entre partes y sin intermediarios, censores,  represores, manipuladores ni controladores. 


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Qué artículo tan bueno! Me quito el sombrero y te felicito amigo, por un análisis excelente sobre el pragmatismo económico.
En lo personal, siempre pienso más que en oferta y demanda en Mercados. Un mercado es justamente todo aquello donde se produce un crecimiento sostenido, que evidentemente impulsa la demanda y la oferta. Justo allí es donde actúan todos esos entes que tú mencionas que tratan de controlar al individuo y la sociedades, introduciendo la nefasta INTERMEDIACIÓN.
Más que controlar la oferta y demanda, se dedican a introducir intermediarios (controles) para aprovecharse de esos mercados, manipulándolos y sacando máximo provecho de ello, al explotar a los oferentes y demandantes, que en últimas somos los individuos.
De aquí es que surge mi amor por el blockchain, porque hasta ahora representa lo más peligroso que se ha inventado la creatividad humana para evitar los intermediarios. Te imaginas una elección sin un intermediario, o el presupuesto de una nación sin el que pule los números que se muestran. Al correr peligro la intermediación en cualquier ámbito de la actividad humna, en igual medida irán desapareciendo los que se aprovechan de los que estamos obligados a participar en esos mercados, como tú mencionas para satisfacer nuestras necesidades a través de la oferta de los demás.
Gran artículo que mueve a la reflexión y a buscar esos nichos tan particulares que pueden realmente mover la revolución económica, entendiendo la economía en su justo concepto más allá de la simple matemática monetaria.
Saludos

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