Minutos de Sabiduría: Buscando una mejor forma de convivir.

Una ola de calor nos pone a sudar y nos hace desear tener frío, por eso llega a nuestra mente el rocío de la lluvia y nos hace estar más tranquilos; la escasez de alimentos nos hace sentir hambre y vienen imágenes de suculentos platos que alguna vez saboreamos; la tristeza llega a nosotros y es capaz de derribar lo que hemos construido, haciéndonos añorar esos momentos de risas, bailes y compartir que hacían de nuestra vida un lado feliz; el desamor nos invade y nos sentimos abandonados, es allí cuando recordamos aquel gran amor que nos brindaron y que nunca valoramos.

Cuando reflexionamos en situaciones simples pero a la vez significativas como esas, nos damos cuenta que algunos de los escenarios que se nos presentan son ajenos a nuestras propias decisiones, se producen del resultado de nuevas circunstancias.

Sin embargo, también son notorias las muchas consecuencias a las que nos enfrentamos por no hacer las cosas de la manera correcta, por no darle el debido reconocimiento al entorno y a las personas que forman parte esencial en nuestra calidad de vida.

A veces sucede que guiados por el gusanito del orgullo pensamos que tenemos el control de todo y que somos dueños de nuestra forma de vivir; pero cuando logramos entender que estamos equivocados nos damos cuenta que ya es un poco tarde para recuperar el tiempo perdido y reparar algunos daños emocionales ocasionados. Nos hemos acostumbrados a aprender por las malas, haciéndole reclamos injustificados a la vida por los golpes que recibimos.

Muchas son las ocasiones donde nos hacemos victimas de nuestros propios desacierto, nos encanta culpar a otros por lo malo que nos sucede y cuando resulta lo contrario, hacemos alarde de nuestra inteligencia y logros. De allí mis queridos amigos que se toman el tiempo para leer mis líneas, es que surge la importancia de buscar el verdadero equilibrio, ese que nos orienta y nos gradúa, el que nos hace ver cuando nos excedimos y cuando nos quedamos cortos o fuimos lentos.

El equilibrio adecuado es capaz de darle un mejor sentido a nuestra vida, nos permite reconocer virtudes, cualidades y el esfuerzo de quienes nos rodean, también nos hace pasar por alto sus errores cometidos, poner en la balanza lo bueno y lo malo nos ayudara a ser más justos y a juzgar menos. Somos muy apresurados cuando se trata de criticar y menospreciar, pero para reconocer y valorar a veces como que cuesta un poco mas de tiempo.

No olvidemos que durante el paseo por la vida a veces somos nosotros a los que nos toca estirar la mano para que nos ayuden a ser levantados, buscaremos ser disculpados y perdonados; esperamos tanto de los demás que nos olvidamos que debemos dar. Nunca será tarde para recapacitar ni para cambiar, es simplemente una decisión de valentía y tomar la oportunidad que se nos brinda para mejorar quienes somos y de encajar de manera agradable en el mundo que escogimos para vivir.