Las ranas que desean un rey

Las ranas vivían tan felices como podría estar en un pantano pantanoso que les convenía; salpicaron sobre no preocuparse por nadie y nadie se preocupaba por ellos.

Pero algunos de ellos pensaron que esto no era correcto, que deberían tener un rey y una constitución adecuada, por lo que decidieron enviar una petición a Jove para que les diera lo que querían.

"Mighty Jove", gritaban, "envíanos a un rey que nos dominará y nos mantendrá en orden". Jove se rió de su croar, y arrojó en el pantano un enorme tronco, que cayó chapoteando en el pantano.

Las ranas se asustaron de la vida por la conmoción que se produjo entre ellos, y todos corrieron a la orilla para mirar al horrible monstruo; pero después de un tiempo, al ver que no se movía, uno o dos de los más audaces se aventuraron hacia el Registro, e incluso se atrevieron a tocarlo; Todavía no se movió.

Luego, el héroe más grande de las ranas saltó sobre el tronco y comenzó a bailar arriba y abajo, y todas las ranas vinieron e hicieron lo mismo; y durante algún tiempo, las ranas se ocuparon de sus asuntos todos los días sin prestar la menor atención al nuevo King Log en medio de ellos.

Pero esto no les convenía, así que enviaron otra petición a Jove y le dijeron: "Queremos un rey real, uno que realmente nos gobierne". Ahora esto hizo que Jove se enojara, así que envió entre ellos una gran Cigüeña que pronto se puso a engullirlos a todos. Luego las ranas se arrepintieron cuando ya era tarde.

Mejor no hay regla que la regla cruel.