PORQUE SUFRIMOS

Según la Palabra del Señor, el sufrimiento es inevitable para quienes vivimos en esta tierra, porque convivimos con malos espíritus, enemigos de la verdad, antagonistas de Dios.
Todos los sufrimientos se generan en las malas obras de las personas que actúan influenciadas por los demonios.
Es más, la Biblia señala que aquellos que decidimos seguir a Jesús, seremos perseguidos. Ciertamente, si persiguieron al mismo Jesús y desecharon su palabra, pues con mayor énfasis y ensañamiento seremos perseguidos y nuestra palabra ensordecida por los gritos de quienes nos odian.
Esa es la fuente de tanto sufrimiento: el odio y la maldad de quienes se encuentran bajo la influencia del maligno.
Pero el sufrimiento NO es malo en sí mismo, nos enseña a ser pacientes, las tribulaciones nos hacen más fuertes para perseverar hasta el fin. Entonces, la paciencia será manifestación y prueba de nuestro carácter, devenida en esperanza porque el Espíritu Santo habrá derramado el amor de Dios en nuestros corazones.
Por ello, se nos llama a no sorprendernos ni angustiarnos por el fuego de prueba que viene a probarnos, porque en el sufrimiento reconocemos el padecimiento de Jesús, otorgándole la gloria que su sacrificio merece.
Si participamos de su padecimiento también participaremos de su gloria.
Los sufrimientos nos hacen más fuertes y pacientes.