Segun la página https://lamenteesmaravillosa.com/, la resiliencia es ''la capacidad de afrontar las adversidades y lograr adaptarse ante las tragedias, los traumas, las amenazas o el estrés severo. Que seamos resilientes no significa que no experimentemos dificultades o angustias, ya que en algún momento de nuestras vidas todos sentimos tristeza, incertidumbre, malestar o dolor, ya sea físico o emocional, sino que a pesar de todos los obstáculos que se nos presenten y el gran impacto que tengan las situaciones en nosotros, aun así, somos capaces de sobreponernos e ir adaptándonos bien a lo largo del tiempo.''

No es más que la capacidad para mejorar a raíz de las adversidades. Mientras la resiliencia por sí sola es la habilidad para seguir adelante a pesar de alguna coyuntura, la resiliencia transformadora es la destreza mediante la cual no solo se busca salir de la problemática por la que se esté pasando mediante la adaptación a la misma, sino también aprender de ella a fin de evitar que una situación igual o similar ocurra de nuevo en el futuro. No volver a tropezar con la misma piedra, pudiéramos decir.

En este sentido, te hablaré de seis fases que habrás de experimentar respecto a un antes, durante y después de una dificultad, y que si eres sabio(a), sabrás reconocer y actuar en consecuencia. Estas son:

Todo parece funcionar a la perfección, tu cotidianidad se desarrolla en el marco de lo que consideras debería ser. En la vida se debe identificar el punto medio de las cosas a fin de evitar los extremos. En este sentido y más alla de las condenas que hayan hacia la zona de confort, cabe destacar que la mayoría de ellas van direccionadas hacia este aspecto. Es decir, debe existir un cierto grado de comodidad en nuestro hacer, pero siempre manteniéndonos en contexto. No cabe dudas de que el confort hasta cierto punto le brinda sustento al desempeño de nuestras funciones, ya que solo mediante lo reiterativo es que sumamos en seguridad y confianza como individuos: Memorizamos procedimientos, reconocemos patrones, etc. Todo ello aporta en nuestro desarrollo óptimo como personas. No obstante, tampoco podemos mostrarnos reacios a los cambios. Recuerda: Encuentra la comodidad en lo que haces, pero no le temas a los retos. Evalúa eventualmente cambiar el escenario en que te desempeñas y mantente preparado ante cualquier situación que pueda darle un sacudón a tu vida.

Ocurre un accidente, tu salud se ve comprometida, o te quedas sin empleo... Todas estas son situaciones por las que esperamos no pasar nunca, y que si bien no se le desean a nadie, se deben asumir como una posibilidad. Y es que si hay algo que nunca se puede dejar de lado en nuestras vidas son las posibilidades, ya sea que jueguen a favor, o en nuestra contra. En este sentido, esta fase se caracteriza por abrumarnos de pánico y miedo. Si bien se hace difícil reconocer en medio de ella lo bueno que pueda tener, se hace imperativo experimentarla a fin de interiorizar por nuestra propia cuenta un aprendizaje de vida. Solo de esta forma se construyen virtudes como la paciencia, la sabiduría y la calma en medio de circunstancias que parecen significar el fin del mundo para nosotros.

Ocurrió el altercado, y este ha ocasionado que vivas momentos para nada alentadores, te cuestionas todo y solo tienes ganas de darte por vencido(a). En esta fase puede ser usual la negación, pero no es un lugar en el que puedas quedarte durante mucho tiempo, ya que la realidad te arropa rápidamente. Aunque parezca fácil decirlo, se hace estrictamente necesario que en medio de ella intentes con todas tus fuerzas mantener la cabeza fría para con ello dar con las soluciones más adecuadas. Solo de esta forma contarás con posibilidades reales de sortear tu situación y salir airoso(a) de ella. No seas tan duro contigo mismo(a) y entiende que son circunstancias que tienen una fecha de caducidad, que tarde o temprano pasarán, pero que solo tu decides su duración a través de las acciones que adoptes para contrarrestarlas.

¡ENHORABUENA! Entendiste tu situación y te has ingeniado diferentes alternativas para salir de ella, las cuales significan un impulso que seguramente ha de ayudarte. Es así como empieza tu proceso transformador, ese del que te hablaba al comienzo al explicarte lo que significa la resiliencia transformadora. Empiezas a colocar en práctica los conocimientos que te han dejado las fases previas y que han fungido como la base de las soluciones que has de implementar. Es acá en donde se empieza a aclarar tu panorama y en donde lo mejor está por venir, ya que una vez que hallas este impulso, te garantizo que nada ni nadie ha de detenerlo.

Comienzas a moverte hacia una nueva realidad, a colocar en práctica esas posibles soluciones preconcebidas y te encuentras con todo un mundo nuevo en el que nada ha cambiado a excepción de tus nuevas capacidades, tu mayor comprensión y tu nueva y mejorada habilidad de raciocinio, ya que si hay algo que implica el hecho de experimentar adversidades, es necesariamente dar con una destreza muchos más abarcativa para el análisis situacional y de resolución de problemas. Esta fase puede estar constituida (entre otras cosas) por la fortaleza para experimentar nuevas oportunidades profesionales, por ejemplo, o bien por otras actividades que signifiquen la expansión de los límites de tu anterior zona de confort. Cambiar las condiciones del ambiente es una tarea muy difícil que muchas veces no es posible lograr, por lo que representa mayor rentabilidad emplear nuestros esfuerzos en modificarnos a nosotros mismos como individuos con el objeto de desarrollar nuestras vidas desde una perspectiva mucho más positiva.

Has dado con tu nueva realidad, una en la que enfrentas la vida a partir de una nueva perspectiva y una nueva conducta, y estas sumamente cómodo(a) con ello. Todo por fin ha terminado y te encuentras en presencia de una mejor y repotenciada versión de ti mismo.

Como conclusión solo puedo invitarte a que coloques en práctica esta modesta guía. No importa que tus problemas sean pequeños o grandes, está garantizado que en la medida en que adoptes estas acciones, las adversidades tendrán cada vez menor repercusión en tu vida a nivel de conflicto contigo mismo, pero en materia de conocimientos, estas situaciones te harán ampliarlos significativamente. Ese es el eje central de la resiliencia transformadora.