Juanito Ilusorio

Sale muy temprano para el centro de la ciudad, con la ilusión de conseguir buenos precios u ofertas acordes a su presupuesto; hace dos días hizo lo mismo y apenas pudo comprar algo de verdura. Tiene la esperanza de conseguir hoy, todo más barato. Se dirige donde compró hace dos días. Juanito siempre asume una actitud positiva hacia la vida. Él sabe que esta está dura, muy dura, pero él se dice: “al mal tiempo buena cara”.

Llega al sitio y pregunta precios, compara con otros negocios que están alrededor, se pone a dar vuelta por la cuadra, pareciendo una zaranda, de aquí para allá. Todo más caro que hace apenas dos días. Juanito se pregunta: “¿estaré dormido o despierto? ¿Es esto una pesadilla o realidad? No sale de su asombro ¿en qué nos hemos convertido? ¿Hay que ser sabio acaso para despertar? ¿Dónde ha quedado el sentido común, la ética, los valores?” Ve a su alrededor y en la mirada de la gente hay espanto, rabia, impotencia, incredulidad. Todo le parece inhóspito, poco humano.

La gente sigue su peregrinación por las calles. Él igual, en un estado de inopia, distraído, ajeno a la realidad. Juanito piensa: “¿seré un iluso o un pendejo que me dejo llevar por mis emociones, impulsado por mi imaginación? Creo que sí, pero siempre en positivo”. Los negocios y comercios atestados de gente, casi todos preguntan precios, pocos compran. Algunos van con pequeñas bolsas con algunas verduras. Juanito se dirige al negocio de La Negra y compra medio kilo de yuca, apio españa y ajo. “Hoy comeré yuca al ajillo”, piensa, de regreso a su casa se alista para cocinar su rica y abundante comida.

Prende la radio y escucha a un candidato a la presidencia exponiendo su plan de gobierno, diciendo con gran seriedad tener la solución para salvar la patria del caos en que se encuentra sumergida y de la impunidad que impera en el país. Cambia de emisora y escucha a otro candidato prometiendo lo que no ha cumplido, exponiendo una ideología que caracteriza a otra persona y que mueve a las masas más populares del país en una comparsa de promesas. Pasa a otra y ahora habla otro de los candidatos diciendo casi lo mismo que los otros, echándole la culpa a los demás. Juanito apaga la radio y se sumerge en el manjar ya elaborado, “¡qué bien ha quedado!”, piensa, “solo faltarían los camarones”.

Termina de comer y bebe un guayoyo endulzado con un caramelo de anís que tenía guardado, ahora está más relajado, pasa por su mente las imágenes de su recorrido por el centro de la ciudad: calles sucias y llenas de huecos, desperdicios por todos lados, gente buscando qué comer en bolsas de basura, gente recogiendo colillas de cigarrillos por las calles. Mujeres con dos y tres niños, mendingando. Colas inmensas en las panaderías y en los abastos, tarantines con frituras, empanadas y jugos el combo por solo trescientos mil. En los bancos se ven largas filas de gente que trata de sacar algo de efectivo y en las paradas de autobuses, ni hablar.

Juanito pensativo: “vivimos en un mundo de competencia, es verdad, todos queremos ganar, pero lo que está sucediendo en el país es insostenible, parece que nos han castigado con penurias diarias, por un lado, el comercio inescrupuloso, por otro lado un gobierno que apuesta a otra cosa, siempre hemos soñado con un mundo en armonía, pero estamos en conflictos permanentes y los multiplicamos, tenemos la idea de que el conocimiento acrecienta la libertad del hombre, y la cultura para muchos es irrelevante y ha sido ignorada como factor positivo para el crecimiento del país. Hemos llegado al equivalente a la ley del más fuerte, la ley de la jungla, nos humillan a diario con burlas refinadas, nos venden lo que compramos con un destello particular en sus miradas: dinero, billete, si no tienes no comes, amigo, así de simple, así de sencillo. Estamos luchando nuestra lucha, te dicen: pueblo comiéndose a pueblo.

Bueno, todo esto tiene que cambiar, piensa ahora Juanito. Seré un iluso pero la esperanza es lo último que se pierde.” Prende la radio, se recuesta en el sofá, el único mueble que le queda y poco a poco se va quedando dormido, soñando en positivo.