COMENTARIO: LITERATURA VENEZOLA XIX- XXI

in #spanish7 years ago
     Saludos amigos de #steemit, amantes de las letras, aquí les dejo breves antecedentes en torno a la visión crítica y analítica, de los pensadores de la Venezuela comprendida entre 1894 - 1981, relativamente, con la finalidad de refrescar parte de ese espíritu contestatario, para reflexionar un poco acerca de la Venezuela de ayer y hoy, del gran vacío social que parece inabarcable y que, en gran medida, incumbe a todos por igual.

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     “Los escritores venezolanos buscaban romper con la cultura dominante y asumir un compromiso social. En sus obras se pueden observar actitudes estilísticas y políticas definitivamente rupturales que respondían a un particular proceso de transformación historicocultural.

     …La renovación de la palabra era un arma de combate.”(Carmen V. Carrillo).

     Ante una Venezuela con un grave problema social de culturalización, sus escasos intelectuales son percibidos como seres con bajo poder contestatario a pesar del gran talento que ostentaban. Esto alude a lo que ha nombrado Juan Carlos Santanella, en Manifiestos literarios venezolanos, como “La rebelión silenciosa”. Señalaba que: “Las diversas transformaciones económicas y políticas que en el país se han operado a partir de 1958, incidieron considerablemente en el espíritu y el pensamiento de diversos intelectuales”. En esencia los pensadores y literatos venezolanos vivían una surte de “oscurantismo”, donde sus ideas no trascendían al público en general, y por el contrario permanecían en sus herméticos círculos de postulaciones, escritura y debate acerca de proclamaciones o manifiestos literarios, a través de los cuales el intelectual anhelaba imponerse y conquistar sustancialmente el poder simbólico al que jamás pudo obtener acceso. Juan Carlos Santanella exponía que a mitad del siglo XIX, la vida del intelectual venezolano se definió como una sucesiva concatenación de fracasos y derrotas a causa del exiguo rol que las instituciones públicas y privadas les asignaron a los nunca bien valorados hombres de letras. Así se visualizaba el contexto venezolano del entonces.

     Este indicio antecede y complementa el contexto inherente a la aparición de los manifiestos literarios venezolanos surgidos en 1894 y 1981 (a ese mismo orden cronológico pertenecen los grupos: Cosmópolis y Tráfico), además de otros manifiestos surgidos en otros momentos,lo que permite concebir a los escritores venezolanos buscando romper con la cultura dominante, imponer nuevos valores estéticos, y asumir sus compromisos sociales; como anunciaba Carmen V. Carrillo.

     En sumaCosmópolis, por ejemplo, fue una revista redactada por Pedro Emilio Coll, Pedro César Dominici y Luis Urbaneja Achelpohl y, se prolongó hasta julio de 1895. Aquí el debate se centró en: “(…) el convencimiento de que la literatura debería ser profundamente nacional, como un reflejo de nuestra idiosincrasia y de nuestra realidad histórica y social, y en segundo término la aspiración a la universalidad, es decir, al cosmopolitismo.”

     Este aspecto deja traslúcida la manera en como estos personajes de la literatura venezolana anhelaban cultivar el pensamiento autóctono de los pobladores de su país, para impulsar esa ideología a contextos universales. A través de estos ejercicios de escribanos, éstos literatos asumían un rol protagónico en la sociedad de la Venezuela de ese momento; así lo recoge la cita acerca de Carmen V. Carrillo. Además, el “charloteo” (en la redacción) de los autores de "Cosmópolis", condensa lo que denota la expresión: “…La renovación de la palabra era un arma de combate.”

     Exactamente el diálogo de Urbaneja contempla:“Siempre he creído que las masas se conmueven; que las conciencias que aletarga la indiferencia, tienen horas, instantes en que una sensación que parece incompatible con el medio, pero que viene trabajada por una evolución latente, las precipita en una vida nueva” (pág.21). Las "masas” (las multitudes) se conmueven, es decir, esto insinúa que a través del pensamiento retórico, se puede persuadir, pero para eso había que trabajar constantemente, aunque diera la sensación de ir en contra de la corriente, el resultado: una vida nueva, un paradigma nuevo.

     Las palabras de Coll señalaban: “En América todo un soplo de revolución sacude el abatido espíritu, y la juventud se levanta llena de entusiasmo. Rubén Darío, Gutiérrez Nájera, Gómez Carrillo Julián del Casal y tantos otros dan vida a nuestra habla castellana, y hacen correr calor y luz por las venas de nuestro idioma que se moría de anemia y parecía condenado a sucumbir como un viejo decrépito y gastado”(Pág23). Se hace evidente que los célebres escritores venezolanos deseaban que su país se contagiara del espíritu de cambio. Que se vivía en américa y en el mundo; al mencionar que: “La literatura ha hecho en favor de la confraternidad humana más que todas las intrigas diplomáticas; los países más lejanos se conocen, y simpatizan por el libro y el periódico “(Pág.23). Era la palabra la mayor arma de combate, pero más allá de eso era la renovación del pensamiento, la difusión de las ideas lo que había que promover en la Venezuela de la época. Los escritores tenían la responsabilidad de reivindicar el pensamiento, la ética y la moral venezolana.

     "La alborada" es otra revista o manifiesto que aparece el 1ero de enero de 1909 y deja de circular el 28 de marzo del mismo año, en la Venezuela gobernada por Cipriano Castro, quien basó el poder en la fuerza, la corrupción y la entrega de la economía nacional a potencias extranjeras. Bajo esta atmósfera social política surge "La alborada", bajo la dirección y preocupación de Enrique Soublette y Julio; cuya intención era dejar de ser víctimas para convertirse en acusadores, dejar la oscuridad y “pronunciar su voz hacia la luz”. Decir: “Nosotros lo hemos visto todo desde nuestro rincón; no hemos perdido el menor detalle del pillaje; como no podíamos hablarnos ni movernos, teníamos toda nuestras actividades en los ojos y mirábamos intensamente” (pág.29). Estos preocupados escritores perseguían las injusticias políticas, servían de lupa y memoria para dejar por sentado todas las injusticias que se derivaban del mandato retorcido de aquel “caudillo”. Representaban la voz en pié de lucha y crítica contra aquellas corrientes de opresión. Deseaban crear un ideal de libertad nacional y no de corrupción individual. Reflexionaban en torno a: “No se necesita ser muy perspicaz para distinguir a trechos los indicios de la nefasta herencia: a veces asoma en la prensa una palabra, una frase hiperbólica, en la cual puede verse el espectro de una literatura de rufianes encumbrados.” (pág.30).

     El compromiso de los escritores venezolanos trascendía a lo netamente político y también obedecía a una artística estilística que exploraba lineamientos estéticos. Un ejemplo representativo aparece en el manifiesto literario Válvula; el cual refleja a la generación de 1892 que descubría la gran renovación estética que estremecía a Europa desde 1910. “Algunas tendencias importantes como el Cubismo, el Futurismo, el Ultraísmo y el Dadaísmo, se logran convertir, entonces, en la guía de los escritores y artistas de una Venezuela hasta ese momento profundamente agraria y provinciana (Pág.33)”. Era el momento de dirigir el poder político en el país del dictador Juan Vicente Gómez, y según Santanella, la primera vez en que un movimiento iconoclasta atacara el sistema establecido a través de una “rebelión literaria”. Los autores que plasmaron sus ideas en esta revista son los que constituyen la “generación de 1928” fecha que coincide con el año de aparición a la luz pública de "Válvula". Esos escritores fueron: Arturo Uslar Pietri, Carlos Eduardo Frías, Antonio Arráis, Miguel Otero Silva, Fernando Paz Castillo, el emblemático Cumanés José Antonio Ramos sucre, Juan Oropeza, entre otros. Estos personajes, en voz de Santanella, deseaban: “(…) reivindicar el verdadero concepto de arte nuevo., ya bastante maltratado de fariseos y desfigurado de caricaturas sin talento, cuando no infamado de manera fácil dentro de la cual pueden hacer figura todos los desertores y todos los incapaces (Pág.35) “, “El arte nuevo no admite definiciones porque su libertad las rechaza, porque nunca está estacionario como para tomarles el perfil. El único concepto capaz de abarcar todas las finalidades de los módulos novísimos, literarios, pictóricos o musicales, el único repetimos, es el de la sugerencia (Pág.35)”. Claramente esta generación de poetas y artistas perseguían devolver el carácter de libertad que caracteriza al arte, proclamando que ningún concepto puede definir a las artes nuevas; que solamente se pueden hacer sugerencias porque como dice un adagio de Heráclito: “Un hombre no puede bañarse dos veces en el mismo río”; o tampoco se puede retratar o fotografiar dos escenas idénticas. Es la naturaleza del Arte ser libre, ser fluido. En otras palabras, jamás se colocara en una posición estática.

     El último propósito del arte es sugerir:“(…) decirlo todo con el menor número posible de elementos posibles (de ahí la necesidad de la metáfora y de la imagen duple y múltiple), o en síntesis, que la obra de arte, el complejo estético, se produzca (con todas las enormes posibilidades anexas) más en el espíritu a quien se dirige que en la materia bruta y limitada del instrumento.” (Pág.35). La noción del arte que se trataba alcanzaba dimensiones minimalistas, donde se buscaba expresar más con muy pocos elementos expresivos, pero ajustado a la intención del artista, al concepto o arte conceptual. En materia de estéticas estos intelectuales venezolanos ya estaban a la par con las vanguardias europeas.

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     Otra relevante revista aparece en 1964, "Trópico 1", la cual se inscribe en un clima social de fuertes tensiones ideológicas; a través de la poesía intenta dar respuesta a los desafíos sociales del momento. Considera Santanella que en el primero y el segundo de la revista parecen editoriales que deben tomarse como manifiestos porque en ambos existen suficientes elementos teóricos que traducen una toma clara de posesión respecto a cuestiones de carácter literario y ético.

     En Trópico uno, por ejemplo, aparecen las siguientes máximas: “TRÓPICO UNO entiende que la poesía no se fabrica de acuerdo a fórmulas deliciosa, rigurosamente aprendidas en la Escuelas de Letras “, “FRENTE a este hecho objetivo nada tenemos que acudir en nuestra defensa, pero tampoco nos declaramos culpables”. “ SOBRE TODO si se considera que no creemos en la Literatura”. Y en Trópico uno #2:”NO se trata de solazar a los Culpables con fuego de artificios verbales”, “DESCALIFICADA como está la vida exclusivamente literaria y la existencia gratuita.”, “EN un mundo que nada tiene de gratuito.”, “Y se exalta la necesidad de ser cada vez más agresivos” (Cabe señalar que el contexto en el que se registran estas máximas tuvo como escenario el clima político de la violencia venezolana y latinoamericana de aquellos años, cuyo escenario clave fue el oriente del país; exactamente en Puerto la Cruz, destacaron los poetas Gustavo Pereira, Lira Sosa, Eduardo Lezama, A. E. Acevedo, entre otros). Por lo que se puede comprender que no todo lo que se enseñaba en las escuelas era lo correcto, que la poesía iba más allá de las fórmulas enseñadas en las mismas. Que frente a un hecho objetivo no podían defenderse pero tampoco declararse culpables (lo que corresponde a una visión un tanto paradójica); deja sobre entendido una “materia de análisis” acerca de hechos irónicos, o bien sea corruptos donde la verdad solo es una: la literatura que manejan los gobiernos imperantes y no la de los grupos considerados subversivos o Iconoclastas rebeldes. Que no se trata sólo de señalar a culpables a través de artificios verbales, ni escritos; sino que se perseguía trascender a lo meramente poético y manifestar un cambio que se notara reflejado en la sociedad (“La renovación de la palabra es arma de combate”). Se exalta la ironía al mencionarse que la vida literaria estaba descalificada, es decir, inutilizada, y la existencia gratuita: ¿cómo va a vivir el hombre, el venezolano, solo por existir e ignorar por completo el “mundo de las ideas”, la realidad más reciente del ser en el ámbito del pensamiento? Resulta superfluo mencionar que del pensamiento culto depende la calidad de vida de las sociedades humanas. Además, “En un mundo que nada tiene de gratuito”, son timados los que ignoran: las ciencias políticas, las estéticas e importancia de las artes visuales, musicales y literarias, “las culturas dominantes”, las ciencias económicas, entre otras áreas del saber. No obstante, quienes se preocupaban por la sociedad venezolana en debate, e inevitablemente perseguía la “fórmula” del sustento de su vida y de la vida de sus semejantes(en síntesis, de su “ideal”), no podían quedarse de brazos cruzados y optaban por la violencia. Realidad anacrónica, que se ha propagado a lo largo del tiempo tanto en Venezuela como en el resto de los contextos latinoamericanos. Realidad que no difiere tanto de la de Hoy, porque aún se vive, persiste, el atraso cultural e ideológico. La “realidad” parece tener distintas caras en la sociedad venezolana; la cual no logra solventar sus carencias ideológicas o cultivarse intelectualmente como una cultura homogénea y avanzada (en términos de lo que realmente es significativo para lograr lo óptimo y desechar lo trivial) . Porque lo que nadie duda es del potencial material: de riquezas materiales, de las que dispone la nación venezolana.

Nota referencial: Manifiestos literarios venezolanos. Caracas, Venezuela, Monte Avila Editores, (1era edición 1992).

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Buena síntesis histórica, @franciscomarval.
Gracias por compartirla.

Gracias por leer @sandracabrera, muy atenta como siempre. Espero leerte pronto, hasta luego.

Particularmente me quedo con la generación de los 60 que se agrupó en: Sardio, Tabla redonda y especialmente en El Techo de la Ballena, siendo este último uno de los más controversiales, creativos y diversos en cuanto a que no solo se dedicaron a la literatura, también hubo pintura, por ejemplo. De igual forma, lo que hicieron Tráfico y Guaire (finales de los 70, comienzo de los 80) con la poesía venezolana es tal vez digno de rescatar, ya que la nueva visión, el lenguaje de la poesía actual tiene mucho que deberle a esos muchachos provenientes de talleres literarios. Gracias por el resumen. Un abrazo, @franciscomarval

Gracias a ti @nancybriti, por leer, por tan agudo y complementario comentario. La verdad es que me acordé mucho de ti y de tus clases, mientras realizaba este post. Hasta pronto, abrazos también.

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