¡El Pacto! I Parte

in #spanish6 years ago (edited)

¡Hola a todos, Steemians!

En esta oportunidad, les traigo una historia que fue creada en mi honor por un querido anónimo, el cual me dio la autorización de compartirla con ustedes bajo las siglas: JD.

Estará dividida en capítulos.
¡Disfrútenla!

¡EL PACTO!

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Capítulo I: El Viejo Almacén.

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En una oscura y tenebrosa noche, y luego de una ardua batalla campal saboreando la muerte en un viejo almacén; Némesis, victoriosa, logró vencer al último jefe de la secta enemiga. Agonizando, y con la pierna torcida, juró tomar venganza.

—Querido, tus amenazas no tienen ningún efecto sobre mí. No sirven y ni siquiera puedes caminar—

Exclamó Némesis; deteniendo rápidamente la pistola, la cual pertenecía a su moribundo enemigo que estaba en el suelo y trató de sacarla aplastando su mano y rompiendo sus huesos.

Por un instante, disfrutaba de aquellos sonidos estremecedores que salían de las entrañas de aquel hombre, pero cuando escuchó que algunos autos se habían estacionado afuera, tuvo que detenerse.

—Es inútil... Némesis. El resto de nosotros está afuera, en cuestión de segundos tendrás 30 armas apuntándote a la cabeza—

Ella ha quedado en shock tratando de procesar lo que aquellos hombres, armados, le han dicho. Pero se arriesgó y optó por una decisión bastante difícil que, quizá no estaba preparada psicológicamente como imaginaba, pero era su única opción.

—¡ESO YA LO VEREMOS, CABRONES!— Lo dijo antes de destrozar la cabeza de su enemigo con la bota.

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Capítulo II: El Contrato.

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Némesis, caminó hacia el centro del almacén y sacó del bolsillo de su chaleco un frasco de vidrio con un líquido rojo. El dios de su orden era uno bastante poderoso, pero con un lado realmente oscuro. Debía hacer un intercambio para no morir en el intento y lograr borrar del mapa a todos sus enemigos.

Sin pensarlo, miró el frasco, lo alzó y lo bebió mientras cerraba los ojos. Vio a un demonio rojo y un contrato estableciendo que podrá tener la fuerza y el tamaño que quisiera, pero el precio a pagar era uno muy alto de acuerdo a tres opciones:

A) Canalizar los deseos de su deidad con sacrificios humanos, dominando el mundo e imponiendo un nuevo orden.

B) Dos copias del mismo mundo se crearían. En uno, todos vivirán; pero en el segundo, todo continente y país tendrá que ser destruido por ella.

C) Ella entiende el sacrificio de su alma y la deuda; y durante el proceso, el poder hace que surjan sus partes más crueles y malvadas, creando la destructora más insensible que el universo jamás haya visto.

Némesis quedó estupefacta al leer todo el contrato.

—¿Esclavizar a la raza humana? ¿Sacrificios?— Dijo asombrada.

—Sí, es la única forma— Respondió la voz gruesa.

—¿Única forma de qué? Solo quiero la fuerza para vencer a cualquiera que se cruce en mi camino con la finalidad de estorbar mi tranquilidad mental pero no así…—

—Esto va más allá de lo que crees, Némesis. La secta de “La Mano Oscura” está en este preciso momento invocando a su dios. No hay forma de pararlo. Si lo logran, las almas de todos los seres humanos serán enviadas a tierras plagadas de sufrimiento por toda la eternidad—

—¿Qué? No puedo creerlo…— Respondía una Némesis asombrada.

—Si te conviertes en un instrumento de mi poder, no solo podrás hacer lo que quieras, pero podrás salvarlos. Si mueren bajo tu orden, sus almas irán a un paraíso para siempre— Acertó aquella voz gruesa que le habló anteriormente.

—Si lo que dices es cierto, el precio a pagar por ellos, no es mucho...—

—No, no lo es—

—No quiero asesinar gente inocente pero si es así, supongo que les estaría haciendo un gran hago un favor, ¿no?— Dijo Némesis, entendiendo toda la responsabilidad que debe asumir a partir de ahora.

—Estás comenzando a comprender, cada semana te diré cuál es la cantidad de sacrificios quiero que realices en mi nombre. Esclavízalos a todos— Demandó.

Némesis cayó de rodillas al suelo, y se sujetó el brazo derecho porque no toleraba el dolor que este le causaba. Solo pasaron minutos para que se diera cuenta de que tenía una especie de marca roja tallada en su piel… Efectivamente, era la firma que representaba el pacto que había hecho con aquella deidad.

De repente, escuchó cómo docenas de hombres armados entraban al almacén y se levantó rápidamente.

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—¡MIERDA! Mejor me muevo detrás de esa pared— Exclamó con un tono algo desesperante.

Pero lo que no sabía era que tenía una luz roja apuntándole en la espalda y, entre esa misma desesperación mientras corría por su vida, fue disparada dos veces y cayó al suelo.

Uno de los miembros de la orden le había disparado. Estaba solo y había decidido entrar sin respaldo celebrando que había “triunfado”… Bueno, eso era lo que él pensaba…

—Te di bien, ¿cierto Némesis? Debería quitarte la cabeza como trofeo… Pero también puedo esperar hasta que pierdas la conciencia— Le dijo a una Némesis que aparentaba estar “débil”.

—Quizá debería darte un disparo en la cabeza, como acto de piedad— Exclamó el hombre colocando el rifle de asalto en el centro de su frente.

Némesis cerró los ojos y un disparo se escuchó.

El hombre sonrió de nuevo imaginando que la habría asesinado y, al mover el rifle, se fijó que la bala no había penetrado. Se había quedado en la frente de Némesis... Sencillamente, él no podía creerlo.

Némesis asomó sus ojos para ver su abdomen, pero notó que la bala estaba incrustada en la piel. Su hombro se encontraba en buenas condiciones. Estaba comenzando a tener los poderes.

—¿Qué coño hiciste?— Dijo el hombre asustado.

Némesis vio que el hombre le dispararía de nuevo en la cabeza, pero rápidamente le quitó el rifle y dobló el barril. Se lo arrebató y lo partió en dos. Era evidente que estaba muy molesta... El hombre le lanzó un golpe, pero ella fue mucho más hábil y, tomando su puño con la mano, lo estrujó y lo volvió pedazos… Solo eran huesos y carne esparcida a su alrededor.

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Mientras su oponente se arrodillaba sobando su antebrazo, Némesis lo tomó por el cuello y lo alzó dejándolo sin aire. Le dio un golpe en toda la cara observando cómo salían todos sus dientes. Al soltarlo, cayó boca arriba viendo el techo del almacén. Él balbuceaba algo, pero ella no lo entendía.

—Entonces, ¿qué crees que debería hacer con tu cabeza? ¿Te la quito y me la llevo como si fuese un trofeo? Pudiese hacerlo, sería una más para mi colección pero no... No eres muy bonito y tampoco eres de mi tipo— Le respondió con un tono de voz seductor.

—Quizá deba darte un disparo en la cabeza, como acto de piedad— Terminó.

El hombre no entendió lo último, ella no tenía ninguna arma. Era peor de lo que imaginaba.

El hombre contempló cómo Némesis alzaba su pierna. Y como si fuera un disparo, pisó el suelo aplastando a su enemigo. La pisada fue tan veloz, que no salpicó sangre. Sus sesos habían sido pulverizados debajo de su suela, y se sintió un temblor en todo el almacén.

—¡Ew, esto es asqueroso!— Exclamó al darse cuenta de que tenía su pierna hundida en el cemento y, dentro, tenía la cabeza del hombre.

—¡AHÍ ESTÁ! ¡ATRÁPENLA!— Gritaron los demás sectarios al descubrirla mientras abrieron fuego.

Némesis comenzó a crecer y, a la vez, las balas caían en el suelo como monedas de plata.

Esto era solo el inicio del fin...

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Capítulo III: La Continuación:

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Las balas se escuchaban afuera del enorme almacén. Solo se veían las luces de docenas de camionetas blindadas.

—¡SIGAN DISPARANDO!—

—¡APUNTEN A LOS OJOS!—

—¡ESTÁ CRECIENDO!—

Las balas rebotaban en la piel de Némesis y, aunque trataba de cubrirse la cara con la mano, el crecimiento hizo que perdiera un poco la conciencia momentáneamente mientras tropezaba con un contenedor hasta caer al suelo.

—¡NO SE DETENGAN, VAMOS!— Respondió uno de los sectarios pero, no se había percatado de que las balas rebotaban y solo eran una pequeña molestia. Sin embargo, uno de los jefes sí lo observó.

—¡Ustedes cuatro del frente, quédense disparando! El resto vengan conmigo a buscar balas penetrantes— Ordenó, posiblemente sentenciando a los cuatro que quedaban a la intemperie de la muerte.

A medida que los demás buscaban las mejores municiones, Némesis seguía expandiéndose hasta tal punto de que su pierna izquierda se acercó a uno de los cuatro sectarios, y por un breve momento, miró al lado porque tenía una bota que le llevaba, al menos, una cabeza de altura.

El hombre quedó estremecido y, al ver que Némesis no había recobrado la cordura todavía; se sintió confiado y se encaramó en su bota, al nivel del tobillo.

Sacó su cuchillo y comenzó a correr por el legging de cuero. Escuchaba a sus compañeros advertirle que bajara, pero solo siguió corriendo más deprisa. Casi se podía ver toda la escena en cámara lenta.

El hombre, en comparación con ella, era algo así como de 25 centímetros, pero eso no lo detuvo para poner pie en el abdomen de Némesis y subir corriendo sobre una camiseta con calaveras.

Él estaba tan seguro de poder triunfar que colocó una mano en su clavícula y se impulsó al hombro descubierto. Estando ahí, intentó clavárselo en el cuello pero una mano lo agarró y lo detuvo por sorpresa. Todas sus esperanzas se habían muerto al verse sofocado sin poder respirar.

—¿Qué creías, ah? ¿Pensabas que podrías hacerme daño?— Respondió Némesis con el ceño fruncido y demostrando que estaba de muy mal humor. Por lo que fue suficiente para hacer que el hombre perdiera toda la valentía.

—¿Qué tal se siente esto?— Némesis comenzó a estrujarlo y sentir varias costillas romperse. Los intentos del hombre de mover sus dedos, como columnas, eran inútiles.

—P... Por fa fa-vor... Qu... vivir— Le imploraba el hombre, con el rostro rojo, casi morado.

Sus compañeros estaban paralizados.

—¡No lo creo, insecto!—

Némesis cerró el puño y todos los huesos del hombre colapsaron, sus órganos fueron aplastados y, gran parte de ellos, salieron por la boca y los ojos.

Al principio, A Némesis le dio un poco de asco, pero decidió lanzarlo por la ventana.

Aquel cadáver voló con tal potencia que cayó convirtiéndose en sesos pulverizados.

—¡DISPAREN!— Exclamó con mucha fuerza uno de los sectarios con lágrimas en los ojos.

—Ah, ah, ah, aaahhhm… ¡No lo creo!—

Némesis se levantó y se acercó rápidamente al sectario del medio e impulsó su pierna y lo pateó.

Pero el caso es que la patada fue tan fuerte que, automáticamente, su cuerpo se volvió una ráfaga líquida de sangre, manchando las paredes.

—¡Y ustedes dos, vienen conmigo!— Némesis se agachó y los agarró a cada uno con una sola mano.

—¿Por qué están asustados? Ah ya, entiendo… Seguramente, debe ser porque no me he puesto mi lápiz labial rojo. Esperen un momento…—

Némesis acercó su mano izquierda hacia uno de los hombres e introdujo la cabeza del sujeto entre sus dientes. El hombre, con los brazos, trataba de alejarse empujándolos, pero no podía hacer nada.

—CHACK!!— Cerró los dientes, decapitándolo.

Sin pensarlo mucho, alejó el cuerpo sin vida de su cara y, al sectario, le enseñó sus dientes con una pequeña sonrisa diciéndole:

—¿Qué tal se me ve? ¿Te gusta?—

Cuando abrió la boca, reveló la cabeza del difunto hombre, y la escupió cayendo directamente al suelo.

Luego, tomó el cadáver y pasó el cuello por sus labios, pintándolos de rojo vivo.

El otro hombre que seguía con vida, trató de zafarse llorando.

—¿Ahora si me veo bien? ¡Mira la cabeza de tu amigo! Sería una lástima que alguien la aplastara—

Exclamó la dulce diosa, mientras lanzaba el cuerpo sin vida, acercando su talón y pisando el cráneo.

El que quedaba vivo estaba tan asustado que comenzó a temblar. Pero todo empeoró cuando ella le enseñó la cabeza entre las aberturas de la suela de goma de la bota.

—Ahora, si no quieres ser él en los próximos 5 segundos, dime qué carajos es lo que están planeando—

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Capítulo IV: La Mansión de Némesis.

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El hombre; despavorido y completamente fuera de sí, no sabía en qué pensar...

Si en la titánica fuerza de la mano que lo sujetaba por su abdomen, en ver el cráneo de su compañero completamente demolido en la suela de aquella mujer con una estatura similar a la de pie grande o en respirar e intentar hablar.

Pero era de esperarse de que Némesis no tuviera mucha paciencia. Así que aproximó su suela y pegó la cara del cautivo con el cráneo destripado. Esto hizo que reaccionara y tratara de empujarla, pero obviamente era inútil. Y con la cara llena un poco de sesos, comenzó a suplicarle, pero ella solamente quería obtener respuestas.

De pronto, se escucharon fuertes disparos.

Un grupo de los sectarios que buscaban el armamento más sofisticado, se esparcieron en el campo más abierto del almacén.

Némesis se volteó y sintió cómo una bala penetraba en su hombro y, a través de él, salía un punto pequeño de sangre.

—¡Con estas armas si podremos matarte!— Exclamó uno de los sectarios de La Mano Oscura.

Némesis no podía creer lo que estaba viendo hasta que se escuchó otro disparo de un arma más potente dejando una herida más considerable.

Esto ha ocasionado que colocara su pie izquierdo en el suelo y se volteara completamente con el hombre en su mano.

Cuando dio un giro para ver de frente, se asombró ya que tenían 20 armas largas listas para pulverizarla, pero una voz en su interior le dijo “¡CORRE!”.

Némesis comenzó a correr hacia la pared y, con el hombro derecho, la rompió y salió del almacén.

Algunos disparos la alcanzaron en la espalda mientras salía, pero su vitalidad estaba bien.

Corrió hasta las montañas y, poco a poco, iba retornando a su tamaño normal.

En una considerable distancia, estaba una moto que había dejado entre los arbustos para cumplir su misión.

Por otra parte; el hombre que seguía en su mano, se había encogido también, es decir, para ella medía unos 30 centímetros aproximadamente.

—¡SUÉLTAME, PERRA! —Gritó el hombre, mientras Némesis preparaba su moto.

Y acercándose al pequeño hombrecito, le contestó:

—Si me llamas así de nuevo… ¡Te castro con una piedra!— Exclamó Némesis con un tono lleno de agresividad.

El sujeto se quedó callado.

—Ahora, cierras la boca y entras a este bolso. Te ahorras cualquier comentario del viaje. Y cuando lleguemos a mi mansión, vas a decirme toda la información que necesito. ¿ENTENDIDO?— Le dijo Némesis mientras lanzaba al hombre dentro del bolso y lo cerraba bruscamente.

2 días después...

Némesis ha estado viajando por moto, auto, y aviones clandestinos para no ser rastreada. Finalmente, llegó cansada a su adorado hogar.

—¡Oh, mi vieja mansión...! Espero que no esté tan abandonada…—

De tantos lugares de los que ella era dueña, junto con su propia secta, era uno de los últimos más difíciles de rastrear.

Era gigantesca y la arquitectura antigua era basada en piedra… Tenía vidrios blindados y con una gran puerta de madera.

Pues bien, mientras Némesis caminaba con un bolso (el hombre iba adentro) pudo notar que no estaba tan abandonada y llena de polvo como pensaba...

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Capítulo IV, II: La Continuación.

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Se dirigió al comedor principal y abrió el bolso. El cuarto era enorme, y la mesa media unos 50 metros.

El pequeño hombrecito salió arrastrándose y lo primero que vio fue a Némesis con un par de heridas cerradas, la cara llena de barro y, su labial, que había sido la sangre de uno de sus compañeros, estaba un poco corrida.

Némesis lo miraba con un poco de desprecio y, al mismo tiempo, veía hacia la cocina puesto que no había nada para comer pero el hombre seguía allí, y ella exclama:

—¡Tengo hambre!—

El sujeto se asustó pensando que ella iba a comérselo, pero Némesis captó su reacción inmediatamente, y le contesta:

—Tranquilo, no me gusta comer mierda—

—Creo que te encogiste cuando volví a mi tamaño normal... Uhmm, tal vez si...—

Némesis cerró los ojos, se echó hacia atrás y comenzó a crecer...

La diosa solamente estaba probando sus habilidades.

El hombre observaba la manera en la que se transformaba; en una mujer cada vez más titánica pero no creció tanto como en aquel almacén.

En tal sentido, se agachó y extendió el brazo para agarrarlo. Y esta vez, lo alzó y se fijó que era del tamaño de la palma de su mano.

En ello, Némesis dio un pequeño giro para observar los candelabros y el techo de su comedor, y dice:

—¡Está sucio allá arriba, necesita una limpieza!—

Némesis regresó a su tamaño normal y mirando al sujeto le dijo:

—¿Ahora mides que? ¿Unos 10 centímetros? ¿Tal vez 8 centímetros?—

—Por favor, no me hagas esto, devuélveme a mi tamaño normal— Le suplica el pequeño hombrecito casi llorando.

Él temblaba porque tenía miedo de que pudiese ser pulverizado por aquella enorme palma que lo rodeaba y lo hacía sentir como si fuese un prisionero más.

—¿Por qué crees que debería hacerlo? Podría hacer esto un par de veces más hasta que solo seas un grano de arena o un simple microbio. Ambos quedarían muy bien contigo— Respondió Némesis.

—Tal vez serías como una pequeña hormiga. Pero si las veo, generalmente las aplasto y tú no serías la diferen…— Ella seguía destruyéndolo pero, de repente, escuchó un retortijón en el estómago de aquel hombre.

—Hmmm... ¿Estás hambriento? Está bien. Hemos estado viajando y llevamos 2 días sin comer—

El hombre se ilusionó pero, de igual manera, no confiaba en ella.

Némesis cerró el puño sin herirlo y caminó hasta un florero de cristal vacío que estaba ubicado en una esquina.

Dejó caer al hombre, y le dijo:

—Soy una buena persona, y no quiero asesinarte... No, por ahora. Así que tendrás que agradecerme por esto—

Némesis se agachó para quitarse la bota izquierda y, con la mano derecha, tomó un cuchillo que estaba encima de la mesa y lo acercó hacia el florero.

—Te daré una opción, tú verás si la tomas o la dejas… Tendrás que comer lo que hay dentro del cráneo de tu amigo. Sí, lo sé... Es bastante asqueroso, pero ustedes me han lastimado. Ahora pagarán las consecuencias, quiero desquitarme—

Némesis colocó el cuchillo por las aberturas de goma revelando el cráneo con los sesos aplastados que tenían un poco de barro y grama todavía.

—Esto debería ser suficiente para ti por unos días— Exclamó la diosa mientras removía los pedazos que caían en el fondo del florero.

ESTA HISTORIA CONTINUARÁ...

JD.

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¡Espero que haya sido de tu agrado este nuevo post y me brindes un poco de apoyo!

Estaré a la orden; acepto recomendaciones, sugerencias y consejos de todos ustedes.

De antemano, muchísimas gracias por tomarte la molestia de leerme.

Un gran abrazo.

Sort:  

Este post ha sido votado por la iniciativa mods-curean del Proyecto Witness @cervantes. Saludos :)

¡Muchas gracias por el apoyo!

Me gusta como encoge al sectario que tiene secuestrado, es una historia interesante sobre gigantismo y violencia canibal.

¡Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado, la verdad. Sí, es bastante interesante.

Y apenas estoy empezando. Se vienen muchos más capítulos.

Esta muy interesante la historia y ese toque de violencia, gore y ocultismo están geniales. Nemesis lleva mucho resentimiento hacia los sectarios, estaré pendiente de las próximas entregas, ya que me intriga saber la relación de Nmesis y los sectarios, el porque llegaron a esa situación. Además las palabras de la deidad al hacer el pacto dejan entrever una trama interesante. Me gustó mucho te feclicito!

Me alegra que te gustara, la verdad. Muchísimas gracias. Por supuesto, la trama abarca todo lo relacionado con violencia, gore, ocultismo y parte de una mitología. Tenlo por seguro de que habrán más capítulos. Estoy preparándolos, espero sean de tu agrado. Saludos.

Esta muy interesante la historia, tengo seguridad por saber el desenlace. Esperare con ansias la segunda parte.

¡Muchas gracias! Se aproximan más interesantes capítulos llenos de violencia. Excelente, los iré publicando.

Los espero con ansias.!!!

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Lo entiendo perfectamente, muchas gracias.

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