Aprendiendo ortografía con Rayuela: La raya (—)

La raya (—), que no debe confundirse con el guión (-)...

¿Cuántas publicaciones con excelente contenido o excelentes ideas nos encontramos a diario? ¿Cuántas de ellas poseen al menos un par de errores ortográficos? ¿Cuántos de estos errores provienen de un error de transcripción? ¿Cuántos de ellos no...?

Inicio con esa serie de preguntas con la finalidad de resaltar una realidad de las publicaciones que se leen cada día. La finalidad de resaltar esa realidad, a su vez, es la de hacer un poquito de ruido dentro de esta comunidad en la que nos desenvolvemos, sobre esos pequeños errores que la costumbre nos ha hecho pasar por alto. Cuando menciono a la costumbre hago referencia a la realidad de los tiempos en los que vivimos hoy día: el de la mensajería instantánea; en estos tiempos, son muchas las ocasiones en las que requerimos enviar un mensaje lo más pronto posible, economizando mayúsculas, signos de apertura, signos de puntuación en general, acentos, etc., costumbre que por lo visto a veces se extiende hasta la creación de textos, informes, trabajos universitarios y ,en este caso, hasta nuestras publicaciones.

Con este, serán siete los posts que he escrito sobre la ortografía en nuestra comunidad: algunos sobre opinión, otros sobre reglas ortográficas. Ha sido una experiencia muy enriquecedora y gratificante; el feedback recibido en los comentarios me ha motivado a continuar con esta temática que considero muy importante y que además me comenzó a gustar tanto… Sin embargo, los últimos posts sobre reglas ortográficas me dejaron un sabor de duda. No quedé convencido del resultado: por más que intenté amenizar las reglas de la RAE mediante ‘ingeniosos y divertidos’ ejemplos, el producto final me siguió pareciendo un poco tedioso; muchas citas textuales extraídas de la RAE, la mayoría de las veces algo enredadas. Mi idea era lograr mediante creativos ejemplos esa compensación y mantener viva así la flama del interés, y donde no hubiese interés despertarlo, incentivarlo; esa era mi idea, mas sentí que estaba alejándome de ella.

De esa duda —que se convirtió luego en inconformidad— surgió la idea para este post, en cual se abordarán las reglas ortográficas que nos brinda la RAE y se utilizarán ejemplos tomados de la literatura clásica. En este primer artículo, hablaremos sobre la raya y estará ejemplificada con los ingeniosos diálogos de los miembros del Club de la serpiente de la memorable Rayuela.

La idea es la de orientar la educación hacia temas amenos, divertidos, interesantes…; en mi humilde experiencia he comprobado que de esta forma el proceso de aprendizaje se facilita muchísimo ya que despierta el interés, la pieza fundamental del mismo. Para ir a lo seguro en esto de despertar el interés e incentivar, he elegido a los infalibles clásicos. Espero que mi análisis e intuición no se equivoquen y esta sea una experiencia enriquecedora y muy grata. (Escribo nuevamente sobre la raya ya que constaté que la entrada anteriormente dedicada a dicho signo, no lo abordó con la suficiente profundidad ni lo ejemplificó con la suficiente claridad).

La raya (—)

Para comenzar es preciso aclarar un punto de suma importancia: la raya (—), no es igual al guión (-). Ambos signos tienen distintos usos; sin embargo, la confusión entre ambos es común, por lo cual, bien sea en publicaciones, artículos e incluso en libros, no es raro encontrarse con guiones donde realmente deberían estar las rayas.

Entre los usos más comunes de la raya se encuentra el de encerrar incisos o aclaraciones (tal como las comas y los paréntesis) y el de preceder las intervenciones de los personajes en diálogos escritos. Estas se escriben pegadas a la primera y a la última palabra del periodo que encierran.

A continuación algunos ejemplos de sus principales usos:

i. Para encerrar aclaraciones o incisos, tal como se usan la coma y los paréntesis. La diferencia entre el uso de cada uno dependerá del tipo de aislamiento que corresponda o que se desea dar al texto; ya que las rayas representan un aislamiento mayor al de las comas pero menor al de los paréntesis.

En este ejemplo: —era cierto, era maravillosamente cierto—, se puede apreciar que en el inciso ya existe una coma, por tal motivo lo más adecuado para enmarcarlo es la raya o el paréntesis.

ii. Para introducir incisos en textos que ya están entre paréntesis. Igualmente se usan los paréntesis para agregar datos en un inciso entre rayas, por ejemplo: un nombre, una hora, una fecha, etc.

iii. Para enmarcar comentarios del transcriptor de una cita textual:

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Usos en la reproducción escrita de diálogos y de comentarios del narrador

Estos usos son los más frecuentemente utilizados durante la escritura de cuentos, novelas, poemas... y en los cuales quiero hacer mayor énfasis; espero que disfruten los diálogos seleccionados en los ejemplos.

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iv. El siguiente es utilizado cuando se escribe un diálogo, sin comentarios del narrador y sin mencionar los nombres de los interlocutores. Es común encontrar cada una de las intervenciones en líneas distintas. Además no se debe de jar espacio entre la raya y la primera palabra de la intervención.

Se puede apreciar que en las dos primeras intervenciones sí que se menciona el nombre de los interlocutores —Oliveira y Etienne—; sin embargo, en las siguientes ya no es necesario. Existen casos en los cuales se sobreentiende la intervención de cada personaje, por lo cual no es preciso mencionarlos ni siquiera al inicio del diálogo.

Y ustedes, ¿qué prefieren, las palabras o los pigmentos? ¿Buscan una explicación? ¿Cómo combaten ese gusto del vacío?

v. Para introducir o enmarcar los comentarios del narrador a las intervenciones de los personajes. En este uso hay varios puntos a tener en cuenta, son bastante sencillos una vez se les comprende. Admito haber sido culpable del mal uso de la raya por mi total ignorancia ante estos importantes detalles:

a) No se escribe raya de cierre si tras el comentario del narrador no sigue hablando inmediatamente el personaje:

Se puede apreciar como tras la precisión del narrador ante la intervención de Gregorovius: "—terminaba Gregorovius, sentencioso—", se cierra o enmarca dicha precisión con una raya de cierre. Esto debido a que Gregorovius continua hablando.

Caso contrario se aprecia en la intervención de la Maga: "—Ah —dijo la Maga, suspirando". Luego de su suspiro ya no continua hablando, por este motivo no corresponde colocar una raya de cierre.

b) Se escriben dos rayas, una de apertura y otra de cierre, cuando las palabras del narrador interrumpen la intervención del personaje y esta continúa inmediatamente después:

Se aprecia como en esa breve disertación sobre arte, las palabras del narrador van enmarcadas en rayas de apertura y cierre debido a que los personajes continúan hablando inmediatamente.

A continuación los dejo con un par de obras de los artistas que fueron el tema de la conversación:

Aventura de una joven, de Paul Klee, "Un refinado para refinados. Un chino realmente".

Composición XI, de Piet Mondrian, el que "pinta absoluto".

Disculpen la breve pero sublime y artística interrupción, prosigamos con la ortografía...

c) Cuando el comentario o aclaración del narrador va introducido por un verbo de habla (decir, añadir, asegurar, preguntar, exclamar, reponer, etc.), su intervención se inicia en minúscula, aunque venga precedida de un signo de puntuación que tenga valor de punto, como el signo de cierre de interrogación o de exclamación:"

Se observa como los comentarios del narrador que siguen a las intervenciones interrogativas de Ronald comienzan en minúscula —a pesar de estar precedidas del punto de los signos interrogativos de cierre— debido a que se trata de verbos de habla: "dijo Ronald", "preguntó Ronald".

d) Cuando el comentario del narrador no se introduce con un verbo de habla, las palabras del personaje deben cerrarse con punto y el inciso del narrador debe iniciarse con mayúscula:

Aclaratoria: "Si tras el comentario del narrador continúa el parlamento del personaje, el punto que marca el fin del inciso narrativo se escribe tras la raya de cierre": *—No sea tan modesto joven... —Los dedos se hincaban un poco en la tela de la canadiense—. Yo parezco mayor de lo que soy, usted sabe, la vida del artista...

Se puede apreciar que en el ejemplo del libro se está incumpliendo esta última parte de la regla expone la RAE, posiblemente un error en el libro, posiblemente una actualización de la regla...

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Fin de la publicación: espero haya sido de su agrado y los diálogos del Club de la Serpiente les hayan resultado interesantes. Para cerrar les dejo uno de mis favoritos, en el cual discuten sobre el tema de la realidad, sobre lo complejo de tratar de definir la misma y sobre lo aislados que nos encontramos unos de otros. De igual forma, espero sirva de repaso final sobre el uso de la raya.

Como dice Oliveira, "quedémonos en la charla de aficionados", ¿cuales son sus opiniones de este post?

Espero sus comentarios y críticas sobre la estructura utilizada en el post y sobre las ideas expuestas, tanto por mí como por los interesantísimos personajes de la Rayuela.

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En el siguiente enlace pueden encontrar las fuentes de la información expuesta en esta sección, así como de algunos usos que no fueron abordados en este post: RAE: raya.

Las fotografías utilizadas para los ejemplos fueron tomadas del libro Rayuela de Julio Cortazar, Fundación Biblioteca Ayacucho.

Las fuentes de las imágines de Klee y Mondrian son las siguientes: 1, 2

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