-¿En qué piensas?

-Quiero pensar que esto es un sueño.

-Lo es.

-Solo que además de llamarlo sueño, me gusta llamarlo El templo de las imágenes. Estamos aquí y parece un simple salón oscuro de meditación, pero es más que eso, es un estado.

-Estás experimentando conmigo. ¿Estado mental?

-Aunque en mi campo científico siempre he sido la mas transgresora, soy muy competitiva y desde que nos conocimos sabes que no me gusta experimentar lo que todos hacen. Es un estado del mega-yo.

-Ah, Nietzche.

-Para nada cerca. Aquí trasciendes la realidad que tu consciencia percibe, y ya no ves lo que normalmente tienes alrededor. Por eso ves que esa pareja que está a tu lado hace el amor como si tú quisieras disfrutar una pornografía y en estos momentos estás excitado. Aquí eres tú, sin más.

-¿Cómo puedes saberlo?

-Bienvenido al templo...

Sofía había desarrollado la teoría del mega-yo sobre Damian. Quería tener en su poder toda su creatividad e imaginación. Los artistas de su calibre estaban extintos.

Poco a poco conseguía jugar con él como una bestia seductora. Hasta que logró convencerlo de que en el templo podría conseguir lo más crudo de sus ideas, la pureza de su imaginación, sentir -literalmente- las vibraciones que su arte generaba. Damian aceptó su propuesta cuando escuchó las palabras eros y vendas.

A Damian le encantaba la oscuridad, ese calor que le transmite la idea de estar ciego con ganas. Dice que con los ojos cerrados cualquier cosa es más rica y él iba con la certeza de que Sofía jugaría un papel importante en la historia que ya tramaba mientras se dirigía al templo.

Al llegar había música, sonaba Chamber of reflection de Mac DeMarco. Sofía le tapó los ojos y él se diluyó en lo más real de su cosmos, la sensación era muy parecida a cuando consumía LSD, sólo que su percepción sobrepasaba su consciencia, y todo se sentía más real que lo real.

-Ahora cuéntame lo que ves.

-Veo un pie gigante que me observa.

-Ok, ¿por qué crees que ves eso?

-No lo sé, es divertido, tal vez...

-¿Oyes gemidos?.

-Oh sí, se sienten tan bien. Es como un canto de bestias enamoradas, ya las veo. Gemir es una forma de predicar la carne. La humanidad a estas alturas debería gemir en vez de hablar, sin duda alguna es un acto que comunica más, incluso más necesario.

Sofía comenzaba a tomar notas de lo que dictaba su imaginación...

Y parecía que su creatividad era infinita. A Sofía le empezaba a gustar y con cada frase se empezaba a desconcentrar.

-Siento un sol de corazón capaz de obsequiar el mejor orgasmo ante el universo...

Ella lo observaba y miraba esa venda que estaba en la mesa.

-El amor es la sagrada palabra que atesoro en una tierra que encontré hace días, donde me encuentro y soy ahora, la perfección de mi paz, es tu entrepierna sobre mí.

Sin darse cuenta, Sofía se encontró sobre Damian, empiernada a él con la venda puesta en sus ojos, mientras él seguía conectado y desnudo.

Sofía cabalga y persigue el orgasmo de su travesía.

-ahw, qué rico te siento Damian... Eres magia, tu imaginería es oro. Quiero gemir, dejar de decir estupideces y gemir como lo hago en tu mente

-Es agua. La vida es el agua sobre mis manos. Esa caída que refresca mi pensar y dice lo que respaldan todas las galaxias existentes.

-Esto es tan riquísimo, no pares. Por favor. Te lo ruego, ahj...

-Te odio.

-Y yo, demasiado.

-...

No fue tan rápido, pasaron semanas conectados, desnudos, donde el único alimento siempre fue su imaginación, la madre de su poética.

Oraban la invención de nuevos placeres, aseguraban que era lo único que la humanidad necesitaba: placer. Estaban acostumbrados a cerrarse a ello.

La sesión seguía, los años se adueñaban de ellos en ese cuarto oscuro. La doctora Sofía construyó una casa dentro del templo con la infinita posibilidad de hacer el amor como nunca se ha hecho en otro rincón del universo.

Damian diluído en su propio mar

-Los finales no existen desde que te conozco. Un final es una forma de negar la imaginación. ¿Recuerdas querida? Quién inventó este juego... Lo que es mi imaginación no es más que lo que sale de tu venda...

-La mujer es una mina de amor y placer...

-...y de cosas que no entendemos, es lo que eres.

-Lo soy.

-Ven, cabalga, mil veces más.

-...

@dandara ha sido la responsable de la palabra Entelequia. Acerca del juego aquí