Reino de Tiranos [Cap3] - Perdiendo el Juicio

in #spanish7 years ago

  Siento el pomo girándose lentamente en el interior de mi palma, la puerta queda entreabierta. La empujo para acabar de abrirla pero repentinamente se va volando afuera, destrozada por la fuerza de Voirégire, que me agarra con sus inmensas manos y me tira violentamente hacia la misma dirección, a mitad del pasillo metálico que cuelga en medio del azulado vacío. Intento respirar pero mi cuerpo ha sido aplastado, solo escupo sangre desde mis pulmones perforados. Siento arcadas, pinchazos en todo mi cuerpo. Me estoy a punto de desmayar cuando invoco mis raíces sanguíneas. Esta vez no voy a quedarme inconsciente, mis gigantescas venas se acercan desde cada rincón y alinean mis huesos sanando mis fracturas. Recupero rápidamente mi compostura y me desconecto de ellas solo para ver que Voirégire está esperando a que sane, apoyado sobre sus puños. Es un alivio ver que está de mejor humor aunque los chirridos que causan las hojas de metal clavadas en su pecho, no paran de repetirse en mi cabeza cada vez que pienso en él y ahora me castigan a cada uno de sus latidos.

Escucho una voz ahogada viniendo de detrás suyo, entonces recuerdo que entre las cadenas que aprietan todo su cuerpo y no le dejan ni abrir la boca, también se sujeta su desmembrado Deudor sin cara, ansioso por susurrarle todas las tonterías que se le pasen por la cabeza. 


-Tal vez debieras pensar un poco antes de golpear y destrozar lo primero que ves. Sobre todo si es a quien mantiene esto en pie.

Se prepara para correr hacia mí y embestirme pero se lo piensa dos veces y solo da un golpe al suelo que hace temblar la estructura, y me desequilibra ligeramente. Me contesta de la única forma que puede: Apretando los dientes.

-¿Crees que me intimidas? Sabes que tus raíces no son lo único que puede hacer eso.

Se acerca a mí hasta estar a una distancia cómoda para una conversación, aunque irónicamente incómoda para cualquiera que la mantenga con él.

-¿Qué pasa, te ha convencido de algo tu susurrador de estupideces personal?¿Otra vez?-me desempolvo mi vieja bata de laboratorio, que ha quedado rasgada por una de las costillas que me han sobresalido en el impacto- Ya sabes lo que te puedes fiar de Llorei, un día te dice algo tan básico como que no te pelees con los otros Orígenes y el siguiente ve una ardilla y entra en shock preguntándose si ésta quiere matarnos a todos.

Aprieta su frente con la mía, puedo notar como la temperatura de sus cadenas asciende rápidamente. Mantengo mi compostura a pesar de sus gruñidos nauseabundamente salpicantes.

-No, ha sido tu puta escurridiza, el sopla-flautas de Ersh. Me ha comentado que le has abierto la cabeza a nuestra última esperanza.

-Te agradecería que no hablases así de mis Deudores. Ya sabes que ha quedado traumatizado con los Dementes Escarchados, ya es difícil confiar en su criterio. -Me limpio la cara cuidadosamente con la manga a la vez que aparto mi cabeza de este duelo sin sentido- Incluso cree que siguen vivos y tengo que seguirle el juego para que no le de un ataque.

Doy unos pasos atrás, ensanchando distancias.

-De hecho, si le preguntas a Maesh, te dirá perfectamente lo que ha ocurrido.

Sus cadenas empiezan a tener un tono rojizo, su compañero echa un grito ahogado. Voirégire me sigue cual león acechando a su presa mientras retrocedo.  
  -¿Y por qué no me lo cuentas tú ya que estás aquí? Vamos, cuéntale a Llorei que hoy tampoco comeremos porque... deja que lo adivine: “ha resultado en un Experimento Fallido”.

Choco inevitablemente con el pesado portón a mis espaldas.

-No me provoques, a ninguno de los dos nos gusta esto.

Sus cadenas se avivan aún más, su acompañante grita de nuevo, con mucha más fuerza. Voirégire estampa sus manos en la puerta, a ambos lados de mí y rabiosamente me ruge.

-¡ERES UN CIENTÍFICO DE MIERRRRRDA!

-Voirégire, sinceramente. Podéis alimentaros de las creaciones de Imatma mientras yo voy experimentando.

-Si los animales siguieran siendo una opción, no crees que... no sé... ¿NO TE PEDIRÍAMOS TU JODIDA AYUDA?

Oigo un golpe seco, metálico, la cabeza de Voirégire se inclina violentamente hacia abajo. Puedo ver su sangre derramándose como un riachuelo desde la nuca hasta la boca. Logro distinguir por el rabillo del ojo que hay un martillo en el suelo.

-¡Eh, imbécil! -la voz llena de furia de Maesh suena como el cantar de un gorrión en mis oídos- Tú no eres el único que está pasando hambre aquí.

Voirégire me deja ir, y camina con parsimonia hacia ella, esta vez cada uno de sus pasos hacen que tema por la estabilidad del pasillo colgante.  -¿Qué?¿Tienes algo que decirme? -insiste Maesh, oculta de mi vista por esa masa de odio y hierro que cada vez se enciende más.

Llorei no tendrá ojos, pero puedo sentir como me mira, como si suplicara para que alguien lo hiciera parar, sus labios vibran entre gritos que no logro escuchar. Lo que sí escucho es el latido acelerado de Voirégire, que por su aspecto debe estar a punto de mostrar por qué le llaman Torbellino Llameante.

-¡NO ME JODAS! -Chilla el mastodonte mientras me acerco a ambos. Veo intensas tiras de humo negro surgiendo de la piel quemándose bajo sus cadenas. Su siamés gira la cabeza para hablarle, él pone el oído, tan atento que parece haberse calmado súbitamente. -oh, así que es eso. Si, debe ser eso.- se sienta mientras juega con el suelo entre sus manos, doblándolo a su antojo como si estuviera hecho papel.

-Vale, he de calmarme. Sois escoria, pero he de calmarme.- Voirégire exhala un profundo vapor negruzco mientras Maesh se acerca a él, vibrante y tensa. A pesar de todo, no duda en interrogarle:

-¿Qué es lo que te ha dicho tu... lo que sea?

Él pone sus manos en sus propias rodillas, retuerce sus hombros hacia adelante, haciendo crujir sus huesos.

-No me hables así, Maesh. Ni a mí ni a mis Deudores. -Dice con voz serena- Mantén con vida el poco respeto que me queda hacia ti. -al acabar sus estiramientos, se levanta enérgicamente, levantando los brazos, doblegando el metal del techo de un golpe- ¡No hagas que quiera jugar con tus intestinos cuando eres una mortal ¿Queda claro?!

Maesh traga saliva, puedo ver un sudor frío recorriendo lo poco que expone de su rostro, pero habla sin titubear -¿Qué te ha dicho, Voirégire?- ni siquiera le deja acabar la pregunta antes de responder en tono enfadado:

-Él no me dice nada. Él me revela la verdad.

Maesh se cruza de brazos y le lanza una mirada diligente -¿La verdad?¿Y cual dices que es “la verdad”?

-Que queréis quedaros el nuevo alimento para vosotros.


Camino por su derecha y me pongo ante él, junto a Maesh. No puedo evitar intervenir ante esa ofensa:

-¿Cómo te atreves a acusarnos de tal cosa?

El simio ensancha sus fosas nasales, resoplando -No sería la primera vez que pasa, genio.-

-¿En serio? Voirégire, entiendo que antes éramos enemigos, pero tienes que dejarlo atrás si no quieres que te enviemos de vuelta al Anillo de los Rotos.

-¿Cómo quieres que no te vea como un enemigo cuando me amenazas de esa manera?

-Si las palabras cordiales no sirven, se usan las amenazas, luego la fuerza bruta. No me obligues cumplir con el último paso.

El grandullón estrecha sus dientes tan fuertemente que podría partirse la mandíbula. La sangre que mancha su cara hierve durante un instante.

-¡¡Eso no va a suceder!! -sus ojos se saldrían de sus órbitas completamente inyectados en sangre, si no fuera por las cadenas que lo envuelven. Sin embargo, carraspea e intenta mantener un mínimo de calma- Escucha, solo voy a pedir una cosa y me iré tranquilamente.

Maesh da un paso al frente:

-Habla -con parte de su vestimenta desaliñada limpia las heridas de Voirégire, que agacha la cabeza complacido- ¿qué es lo que quieres?

Voirégire me sostiene una mirada directa -Si veo que la criatura que habéis creado está ahí y no está muerta, me daré por satisfecho y os dejaré tiempo para trabajar.

Maesh me observa preocupada, sin saber qué decir.

-Tranquilos, sólo está inconsciente. De aquí a unas horas se despertará.

-No sé si eso me acaba de gustar, Saokver. -deja a Maesh de lado y me aparta con un golpe de hombro, yendo hacia mi laboratorio.

Ella va tras él, pero la detengo agarrándola por el hombro -Maesh ¿a qué demonios ha venido eso?- inmediatamente me responde con ojos desafiantes.

-Hay que premiar las buenas actitudes, ¿recuerdas?

-No debes manchar tu vestimenta innecesariamente. Menos si se trata de otros Orígenes.

Maesh suelta un ligero quejido y se zafa de mi mano yendo hacia el portón. -Y tú podrías no apretarme como si me fueras a partir el hombro- comenta mientras recoge de vuelta el martillo y se lo guarda apretujándolo entre agujeros interiores de su ropaje.

-¿Partirte el hombro? No digas tonterías, yo nunca le haría daño a uno de mis Deudores.

Oigo el estruendoso eco de unos golpes viniendo del laboratorio.

-Oh, ¡venga ya! -Maesh va corriendo a ver qué está pasando, yo le sigo el ritmo de forma desganada-

Vaya, parece que Voirégire solo se está peleando con las estrechas paredes de las escaleras, golpeándolas y empujándolas con los hombros para ensancharlas. Me está destrozando las venas de todo el pasaje, pero no es nada que unos minutos de espera no arreglen.

-La próxima vez pensaré en ti al hacer la estructura.

-¡¡CÁLLATE, SAOKVER!!¡¡JODER, TIENES UNA MIERDA DE NOMBRE!!

Echo un cansado suspiro cuando al fin logra pasar hasta el final, aunque parece que a Llorei le está dando un ataque de pánico. Maesh baja tras de mí.

-Compruébale el pulso tu mismo. -le aconsejo mientras bajo los últimos escalones-

Voirégire aprieta mi garganta, con la palma de la mano golpeándome contra un estante al lado de la entrada. Me parte el cuello en el proceso aunque no es nada que valga la pena mencionar ya que las raíces de la misma estantería me hacen de soporte para que eso no suponga una amenaza. -¿De qué puto pulso me hablas?- Me coge de la cabeza por la nuca y me estampa un par de veces contra el suelo antes de ponerme mirando hacia la vitrina rota del experimento. Entonces me doy cuenta, el sujeto no está. -¿Te acuerdas cuando me juzgásteis y sentenciásteis como Demente?- Siento sus cadenas quemándome el pelo y los vasos sanguíneos. -¿Te acuerdas que después de todo me dejasteis volver?- Siento su aliento susurrante en mi oído- Tú no tendrás esa suerte, fraude- Me lanza con todas sus fuerzas atravesando lo que queda del armatoste en el que creamos al sujeto y me doy un fuerte golpe contra la estantería del fondo. Me levanto a duras penas ayudándome con una mano, invoco mis raíces de nuevo pero el mueble cede y cae sobre mí sin darme tiempo a reaccionar, todo se vuelve oscuro ante mí mientras oigo los gritos de Maesh. 

                                                                                                 FIN

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De nuevo perdón por tardar tantos días, es que me gusta comentar antes el relato con un amigo para sacarle fallos y pulirlo más. Lo he repasado como cinco veces así que tendría que estar como mínimo bien relatado. Espero que os haya gustado y que nos veamos pronto de nuevo.

FUENTE DE LA IMÁGEN


Pasad un buen día y hasta la próxima ~ SAW

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