Dios escucha todo, incluso las oraciones, el sabe de nuestros pensamientos, sentimientos y obras, a él no le podemos ocultar nada.

Existen dos caminos el del bien y el mal, si somos malas personas, hacemos daño, no escuchamos su palabra ni hacemos caso a su voluntad, no podemos pretender que nos escuche cuando tengamos alguna tribulación. Sus oídos serán sordos ante cualquier suplica y no responderá, será como un castigo por habernos alejados del Señor.

Si atendemos al Señor, escuchamos su palabra, sus enseñanzas y las ponemos en practica, nuestras oraciones serán deleite para sus oídos y jamas nos dejará solos ante cualquier tribulación.

Por eso es importante no alejarnos de Dios, el siempre estará con nosotros.