Expedición del expresidente Theodore Rooselvelt en el Amazonas

in #spanish6 years ago (edited)
Hola amigos de Steemit, en esta oportunidad les voy a hablar de un hombre que se embarcó en una expedición peligrosa y estuvo a punto de perder la vida en una zona aún no conocida en la selva de Brasil, ese personaje fue el expresidente de los Estados Unidos Theodore Rooselvelt.

Era Marzo de 1914 un año antes había perdido la reelección para un tercer mandato como presidente, para olvidar ese mal momento decidió organizar una expedición de caza y recolección en el Río Paraguay en Brasil, ya anteriormente había pasado un año en África con su hijo Kermit. El expresidente era un hombre fuerte y aventurero, desde joven practicaba en todo tipo de actividades al aire libre, tenía una necesidad de satisfacer su deseo de aventura y le gustaba realizar expediciones.


Ex presidente Theodore Rooselvelt, dando detalles de su viaje al Amazonas

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Al llegar a Río de Janeiro, se consiguió con el Coronel Cándido Rondón, que conjuntamente con el Gobierno de Brasil, le hicieron una propuesta la cual aceptó de inmediat. La misma era trazar el curso de un misterioso río conocido como el “Río de la Duda”, ubicado en el Estado de Mato Grosso; ningún hombre civilizado había transitado anteriormente por éste.

Trayecto de la expedición al Río de la Duda, después llamado Río Rooselvelt

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La selva amazónica cubre casi un tercio de Suramérica, muchos exploradores decían que había una civilización escondida adornada de oro llamada “El Dorado”. Salieron en su búsqueda, pero pocos sobrevivían muriendo de hambre, enfermedades o ataques indígenas. Los que regresaban narraban historias espeluznantes de peces come gente, lagartos gigantes que volteaban embarcaciones o pájaros que podían chuparte la sangre en las noches.

Las historias de los pocos que llegaron a aventurarse por estas tierras aún estaban vigentes, pero Rooselvelt no podía perder la oportunidad, era una zona inhóspita que debía ser explorada. La expedición sería guiada por el Coronel Rondón de 48 años de edad, que conocía muy bien la selva porque había nacido en ella. Tenía descendencia indígena y llevaba más de una década colocando 1600 kilómetros de cable telegráfico por pantanos y 1450 kilómetros a través de la selva; era el hombre indicado para emprender el viaje con el equipo del expresidente. Parte del equipaje que traían no era apto para tal aventura, así que Rondón contrató varios hombres (soldados, campesinos y vaqueros) También consiguió mulas y bueyes para transportar más de 360 cajas de varios tamaños y canoas para llevar al grupo de estadounidenses,que median 6 metros. Al emprender el viaje, los animales y hombres ya daban signos de cansancio extremo, entonces decidieron arrojar algunas cargas en el camino sin saber que había en ellas.


Theodore Rooselvelt y el Coronel Cándido Rondón de caza en la Selva

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Tenían que recorrer 644 kilómetros para llegar a la cabecera del “Río de la Duda” para luego navegarlo, pero iban muy lento, preocupado por la tardanza y para acortar camino el guía decidió eliminar el almuerzo, así que pasaban 12 horas caminando con una temperatura de 38°C y mucha humedad. Una nube de mosquitos los perseguía y les succionaba el sudor del rostro a los viajeros, era desesperante. También los atormentaban las hormigas y gusanos en el camino, la única hora que podían estar tranquilos era de madrugada que estaba más fresco y no había tantos insectos.


Hombres de la Expedición trabajando, para abrír paso por los caminos

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La selva consume todo lo que entra en ella y cada día tenían que trabajar muy duro para recorrer cada kilómetro, despejar el camino, armar los campamentos y cazar; muchos de ellos habían enfermado de disentería, malaria, tenían fiebre, abscesos en el cuerpo y picaduras (incluyendo a Rooselvelt y su hijo Kermit). Caminaban bajo lluvia casi a diario, era difícil pero no había vuelta atrás, tenían que seguir sin saber que podían esperar más adelante .

En el trayecto llegaron a conocer a la tribu “Nambikwara” eran tranquillos y gentiles, el Coronel Rondón ya los conocía de sus anteriores expediciones, eso ayudó mucho para la estadía del grupo allí, pudieron descansar y reponer energías. Se despidieron de la tribu y al pasar días caminando tuvieron que dejar las canoas de 900 kilogramos cada una y algunas cosas que llevaban consigo; estaban muy cansados, necesitaban llegar a la cabecera del río y todavía les quedaban muchos kilómetros por recorrer.

Theodore Rooselvelt y el Coronel Cándido Rondón compartiendo con la tribu Nambikwara

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Tras llevar días de camino, llegaron a un claro, por primera vez avistaron el “Río de la Duda” que tanto anhelaban, tenían que recorrer 640 kilómetros para llegar a la ciudad de Manaos, era un río serpenteante (como el movimiento de la serpiente) con una variedad de aguas tranquilas, rápidos, pantanos, cañones y cascadas. Como habían dejado las canoas, pasaron días haciendo unas nuevas con troncos. Al estar listos emprendieron el viaje, habían muchos árboles en el agua que podían voltear las canoas, tenían que ir con precaución.


La expedición remando en el "Río de la Duda"

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El viaje transcurrió por río, pero el agua se fue haciendo más turbulenta y se encontraron con muchos rápidos llenos de remolinos muy peligrosos, por lo que tenían que salir a tierra, allí aprovechaban para hacer posteos y mapeos (medir, anotar, coleccionar) estos los hacía el Coronel Rondón, era la esencia del viaje para eso habían llegado hasta allí, la idea era documentar todo el trayecto que tenía el río.

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Estos estudios eran minuciosos y requerían de mucho tiempo, la expedición se hacía cada vez más lenta por este motivo. Un día Kilmert (hijo de Rooselvelt) desesperado por los retrasos, se llevó una canoa acompañado de dos hombres río abajo, se encontraron con unos remolinos y no pudieron salir de ellos, cayendo en la corriente salvaje; lograron nadar hasta la orilla pero uno de ellos no pudo salvarse y se ahogó, su cuerpo jamás fue encontrado.


Kermit hijo de Theodore Rooselvelt

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Con el tiempo se quedaban sin comida y tenían que cazar en la zona. Un día el Coronel Rondón salió con su perro cazador (que viajaba con ellos) y un grupo de indígenas mató al animal. Rondón no los podía ver pero si escuchar; en esas tierras habitaban los “Cinta Larga” (atacaban a todo el que invadiera su territorio), para ellos la muerte del animal era una advertencia y tenían que estar en constante vigilia. De noche dormían con las escopetas cargadas. Al pasar los años se descubre que los “Cinta Larga” no atacaron la expedición porque en realidad no sabían qué hacer con ellos, así que solo los observaban.

El 18 de Marzo de 1914, el guía Coronel Rondón bautizó el río con el nombre de Rooselvelt y así quedó para siempre en su honor, colocando un letrero en la zona.

Theodore Rooselvelt y su equipo de expedición

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Un día la feroz corriente atascó 2 canoas en piedras resbaladizas, pasaron 4 horas tratando de sacarlas, lo lograron pero Rooselvelt resbaló y se hirió una pierna, sangraba demasiado, se le infectó y tenía mucha fiebre, pero así se armó de fuerzas y emprendió el viaje río abajo. Más adelante se consiguieron con un gran cañón de casi un kilómetro de distancia, tenían que pasar por allí, no había otro camino. El hijo de Rooselvelt ideó un sistema de poleas que permitió el descenso de las canoas desde una altura de 9 metros.

Tras pasar días de camino entre posteos y mapeos, dos hombres del equipo discutían, uno de ellos robaba comida y mato al que lo descubrió. El asesino se internó en la selva, el Coronel Rondón lo buscó para tenerlo preso y enjuiciarlo al llegar a la ciudad, pero no lo encontraron, así que decidieron dejarlo allí.

Siguieron remando y llegaron a aguas más tranquilas; Rooselvelt lo atacó nuevamente la malaria, tenía la pierna infectada y mucha fiebre, deliraba y el médico de la expedición le inyectó quinina en el estómago. Entre sus delirios le decía a su hijo que lo dejará allí y siguieran con la expedición, todos pensaron que moriría. Sin saber cuándo llegarían a su destino, con pocas reservas de alimentos y con Rooselvelt al filo de la muerte, estaban todos desanimados, hasta que un día encontraron una cruz en la orilla que tenía las iniciales “J.A.” fue una esperanza, estaban llegando a Manaos, allí celebraron su hazaña y se sintieron en casa nuevamente.

Cuando Rooselvelt regresó a Estados Unidos y estaba recuperado, dio a conocer su expedición en el Amazonas, pero muchos no le creían, pensaron que podía ser una estrategia para lanzarse de nuevo a la presidencia; Rooselvelt les mostró los vídeos y fotografías que tenía y reconocieron su hazaña. Conocidos cercanos decían que había cambiado con ese viaje, ya no tenía el mismo vigor de siempre y seguía padeciendo de malaria, murió en el año 1919, cinco años después de haber llegado del Amazonas.

Fuente

ROOSELVELT, Theodore (1914): Through the Brazilian Wilderness
A través de la Selva Brasilera

Espero les guste

Gracias por el apoyo

@evero














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Felicidades amiga. Excelente post!!!💕👏

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Muy interesante, me gustó mucho, excelente post.

Buenísimo el relato

Que aventurero jaja, Gracias por ese aporte @evero.
Cada día aprendemos algo nuevo.
Imagínate en esa época quien le iba a creer, si aún hoy día el amazonas es muy salvaje.
me gusto mucho tu post.

Es que no le creyeron, cuando mostró todo lo que tenía, hasta le dieron un premio

Wao, ese si era hombre con pelotas, no sabía que hubiese venido al sur y, en pleno año del estallido de la primera guerra, hay que estar loco para aventurarse a esos sitios jajajja.

La verdad tiene que gustarle al que haga una expedición, te pone a prueba en todos los sentidos, hay que tener mucha fortaleza y determinación

Me gusto full este post, súper interesante.

Rooselvelt un explorador que no de detenía ante nada con una fuerza de voluntad impresionante, después que hizo esa expedición no le creían, cuando mostró toda la información que tenía, hasta un premio le dieron en Londres y pidió que reconocieran al Coronel Rondón, el crédito no podía ser para el sólo

Claro que no, todo ese equipo y fuerza de voluntad debe ser reconocido con méritos, me gusto mucho tu post. Gracias por compartir esta información.

Excelente publicación, no tenia conocimiento de esa faceta del presidente Rooselvelt, gracias por compartirla y ampliar lo que sabemos de este hombre, admirado por muchos.

Era muy aventurero hasta yo me impresione cuando investigue la historia y tiene otras aventuras

Bien bueno su post, me gustó mucho la forma de trabajarlo y documentar, saludos

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