Construyendo el camino

in #spanish6 years ago

Construyendo el camino.
Un poco de inspiración es necesaria en el diario vivir, dicen algunos, otros solamente se limitan a decir, que es útil solo pensar en el momento en el que se vive, y salta una pregunta a la vista; sí, la que llevará este artículo, ¿Quién tiene razón? ¿Cómo debo visualizarme? ¿A quién debo seguir?, y todas estas preguntas que saltan es buscando siempre la olla de oro al final del arcoíris, buscando el mejor resultado, ese por el que supuestamente cada uno de nosotros debe estar interesado, pero que además de gustarme, también es socialmente aceptado.
Qué ironía, que la vida se resumiese únicamente en buscar un resultado que sea agradable a la sociedad y aceptable para el individuo, y luchar para llegar ahí, acaso no debería ser al revés, y que lo que buscamos sea aceptable apenas para la sociedad y agradable para el individuo que guerreó por llegar a obtenerlo.
Es por este hecho que este artículo lleva por título, construyendo el camino, y es que, cada día que transcurre vamos avanzando hacia algún lugar, y es para donde quiere la gente o para donde queremos llegar nosotros mismos, esto va a depender de que tan claro podemos ver nuestra realidad y orientarla hacia donde queremos estar.
En el transcurso de este artículo vamos a reconocer en qué lugar de nuestro camino estamos y, si es que hemos errado el rumbo poder corregirlo y fluir hacia nuestro objetivo de vida.
Estos son algunos puntos que nos pueden ayudar a reconocer en qué lugar de nuestra realidad estamos:

  1. Que soñabas ser de niño: De niño lo único que se busca es la felicidad, gran propósito de vida, y en esa etapa es cuando más nos animamos a soñar sin pensar si a la gente que nos rodea le gusta o no le gusta lo que estamos soñando, si lo creen posible o si piensan solo niñerías, pero tratemos de recordar en nuestros juegos como imaginamos nuestra vida, que casa tendríamos, a que nos íbamos a dedicar, que metas se construían en aquel individuo que apenas se comenzaba a formar, si lo ves bien, escríbelos en un papel, anímate a recordar.
  2. Seguiste tus sueños o los cambiaste: Ahora veremos otra particularidad de esas metas o sueños, como quieras llamarles, y es que como todo en la vida, fluye, por lo que pueden haber cambiado, o haberse quedado en el olvido por muchos años por circunstancias que no eran culpa de tus años de infancia, donde todo parecía que sería perfecto. Recuerda el momento que abandonaste esos sueños, y a que se debió, los cambiaste por sueños mayores, que hoy disfrutas, o los dejaste de lado y hoy los lamentas. Puede que este ejercicio sea duro, pero es necesario saber en qué posición estamos, sin ello no sabríamos para donde marchamos.
  3. Socialmente correcto: Sí, a veces nos centramos en que nuestras metas sean socialmente correctas, si tengo una casa, una mejor casa, si tengo un trabajo, un ascenso, o un mejor trabajo y podría seguir enumerando ejemplos, y si realmente es nuestro sueño perfecto, enhorabuena. Sin embargo, si esto fuera cierto todos esos “memes” hablando de personas que odian los lunes, no existirían; las personas que dicen odiar a su jefe, pasarían felices hablando con él, o malas actitudes que topamos a diario al despertarse de mala gana con despertador que no quisieran escuchar, que les marca exacta la hora que deben abrir sus ojos.
    Y sin ser ingenuos, lastimosamente, que las metas socialmente aceptadas, no siempre son las que más se adaptan a lo que nosotros mismos queremos de la vida. No estoy en contra del trabajo, estoy en contra de que el ser humano solo pueda estar en este mundo un promedio de casi 80 años que es en mí país y que siendo tan corto, se limite de ser él mismo, y evite la felicidad, para quedar bien con patrones sociales o con sus grupos de amigos que lo incitan o alientan a estar ojalá y haciendo lo que ellos mismos hacen. Incluso hay casos de que una persona se inclina por un estilo de vida porque ve que el amigo o amiga que tiene se dedica a eso y es feliz, como si todos fuéramos un estándar, olvidando que cada quien es artífice de su propio camino, y que la vida de ningún otro va a asemejarse a la perfección con uno, a tal punto de realizarse siendo una copia de ese alguien.
  4. ¿Cuáles son tus metas? : hace unos días conversando con unos alumnos, nació una frase la cual me recuerda este apartado, “El ser humano comienza a morir, no cuando deja de respirar sino cuando deja de soñar”.
    Han podido observar la emoción en un hogar cuando la familia pone una meta como construir una habitación, ampliar la casa, pintar las paredes, o cuando alguien piensa estudiar y logra concluir su carrera; pues de eso hablo, estos son ejemplos, hay cuantiosos tipos de metas, las hay espirituales, laborales, de emprendimiento, de pareja, personales, entre otras diversas, pero cada vez que alguien se anima a exponer y a luchar por alcanzarlas, disfruta más el tiempo y el camino que lo lleva a alcanzar aquella meta propuesta. Es un hecho que los diferentes libros de autoayuda indican que las metas o sueños, deben escribirse, y le dan un condimento necesario a la vida llenando de alegría. La meta en sí, no es solo un punto de llegada, no se alegra la persona solo al llegar a la meta, sino que se engrandece desde el momento que lo pone por escrito y se anima a comenzar a recorrer el camino para llegar a ella.
    En esta parte del escrito deben estar en nuestra mente imágenes de antiguos sueños y el planteamiento de nuevos, o por lo menos eso es lo que como autor espero esté usted experimentando para poder pensar en lo que viene de este artículo, que si bien es cierto no pretende ni ofender ni ser poco respetuoso, tampoco pretende maquillar las cosas para que todos incluido yo, al final de su lectura pensemos que todo anda perfecto.
    Construyendo el camino, eso es lo que día a día hacemos y como lo dije antes es importante saber de antemano para donde nos lleva ese camino, sino, terminaremos moviéndonos para donde sea que la gente quiera que vayamos, cumpliremos sueños de todo el mundo, menos los nuestros.
    Recuerdo en una ocasión siendo seminarista, contaban una historia de un hombre que entro al seminario a sus 35 años, de broma en broma le mencionaron que el experimentaba algo que se llamaba vocación tardía, ósea que muy entrado en su vida se dio cuenta lo que quería ser, la sorpresa fue grande para todos cuando dijo que siempre supo que quería ser sacerdote, pero que primero completó dos carreras, una de medicina porque su padre era médico y soñaba con verlo ser médico, y la otra en educación, porque su madre era educadora, cuando terminó de cumplir los sueños que sus padres querían para él, comenzó a cumplir los suyos.
    ¿A cuántos les habrá pasado esto? ¿Cuántos no vivieron suficiente para comenzar a recorrer el camino personal?, porque los caminos impuestos fueron muy largos.
    Cada vez que recuerdo la historia, no me imagino el nivel de frustración que se puede sentir en ella, mientras se recorren caminos que nunca se quisieron, quizá no por mala voluntad de quien aconseja, sino porque, el que traza su camino se enamora de él de tal manera que imagina que es el mejor camino para todas las personas.
    Por eso con la meta clara debemos recorrer cada quien nuestro camino, porque así lo soñamos, no por nadie sino por nosotros, y sí, habrán tropiezos, sino me crees pregunta a cualquier persona que se dedicara a ser lo que ha soñado abriendo caminos, y si todo fue perfecto o hubo que aprender a fluir, a dejarse guiar por el proceso, ¡claro que hay tropiezos!, y son necesarios para crecer y para que un día podamos todos disfrutar del camino que decidimos recorrer, llenos de satisfacción por que pagamos el precio.
    Porque nos atrevimos a soñar y hacer nuestros sueños realidad.

Los sueños se cumplen, no olvidemos eso.

Eterlí Vargas Romero
[email protected]
Instagram: @etrvargas

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