Policarpo [Entrega #1]

es-ahora (51)in #spanish • 7 years ago

Mi Policarpo, es el personaje que yo quiero llevar a otro nivel, a otro peldaño, así como Nietzsche escaló la sabiduría con Zaratustra, yo lo quiero hacer con mi Policarpo. Hace poco había publicado algunas cosas sobre mi policarpo, pero ya he terminado este proyecto y tengo un orden que los ayudará a comprender mejor. Aquí estoy presentando a mi Policarpo de una manera más ordenada y más sabi. No es un libro de poesía, no es una novela, ni yo mismo sé en qué género se encuentra.

Disfruten, serán los primeros en deleitarse con Policarpo y su sabiduría de topo. Digo de topo porque es de un hombre subterráneo de un hombre de las oscuridades, es la sabiduría de un hombre del subsuelo.

Policarpo era un hombre solitario, un hombre lleno de soledad, pero en su rostro se podía ver el mensaje que traía. Se podía ver en su fisionomía las palabras que tenía en su boca, pero nadie podía saber lo que hablaría. Todos lo comprendían porque todos conocían de su estado solitario.

Todos sabían que su mejor compañera era la pluma, y su mejor amigo el papel, en los alrededores de su casa se veían hojas volando por el aire, y en ellas palabras plasmadas como si fueran escritas por los dioses, o como si Dios tomara la mano de Policarpo y pusiera en ellas esos grandes proverbios.

Por eso las personas fueron hasta donde vivía el sabio; llegaron hasta su casa porque querían alimentar sus corazones, querían depositar en sus almas las palabras atascadas que tenía Policarpo en su garganta. Ellos sabían que él no era un salvador, ni mucho menos un redentor, pero sabían que la soledad lo había preparado para un momento como este, en donde todos los seres humanos estaban en un declive social, en donde la humanidad, había olvidado el humanismo. Ellos tenían en cuenta que este poderoso sabio lleno de oscuridades y atormentados por los demonios tenía las palabras precisas para regar los espíritus de esos pueblerinos.

Así que todos juntos llegaron hasta la casa de Policarpo, y un hombre con voz granulosa gritó:

Sabio, sal. Te hablamos a ti, hombre de las soledades. Policarpo te pedimos que alimentes nuestros corazones con tus palabras.

El hombre salió; y su aspecto era descuidado, con los ojos hundidos y bolsas que colgaban debajo de sus ojos, las cejas totalmente desarregladas, la nariz puntiaguda y fina, labios cubiertos de resequedad y mejillas grises o tal vez blancas, pero se podía percibir que no había visto luz desde hace muchos años.
En su mano se observaba un pergamino y en la otra su pluma goteando tinta, como si lo hubieran interrumpido en pleno proceso de destellos de sabiduría. Pero cada vez que se acercaba a las personas del pueblo se le dibujaba una mediana sonrisa debido la grata sorpresa de sentirse valorado por aquellas personas.

Policarpo dijo:

"De que otra cosa les puedo hablar, sino de la vida y su belleza"

Las personas se alegraron por la salida del hombre;

Y un joven dijo:

Si, Policarpo háblanos de la vida.

Y el sabio de las soledades respondió:

¿Habéis pensado que es una suerte haber nacido? - Pero yo hoy digo que es una bendición, es el acto más lleno de amor que nos ha obsequiado el universo esta vida, Pero solo han tenido conciencia de una sola vida, el acto más bello es cuando somos consciente de todas las vidas que hemos tenidos, sí, es verdad, hemos tenido muchos cuerpos, pero una sola alma.

Nuestra alma nos revela quienes somos en realidad y lo que le podemos aportar a este grato mundo. Hoy vienen a mi porque piensan que la humanidad está en declive, pero mientras su corazón se mantenga firme a sus convicciones la humanidad siempre estará en sus mayores alza.

Han escuchado por allí, incluso han recitado aquellas viejas palabras que dice, ama a tu prójimo como a ti mismo, y yo les digo hoy, no las reciten más, sino que accionen esas palabras, porque quien vive de lo que se dice muere incrédulo, en cambio quien vive en la acción ve las manifestaciones que se le presentan en esta vida.

Tomen la mano de aquel que tienen a su lado, y vean sus ojos y se darán cuenta de que la vida se trata de observar, y quien más observa es quien más vive, porque vive bajo la experiencia de un buen observador. Se dice que Dios está en el cielo, pero yo hoy les digo que Dios habita en sus corazones, sería una afrenta en contra de mi propia divinidad sino les digo esto: Ustedes son divinos, son uno con Dios, y Dios es uno con ustedes alegrense que cuando se contentan sonríe.