La despedida - Relato de un suicida.

Fuente

Aún tengo el sabor de tus labios sobre los míos, recuerdo claramente cuando te acercaste a mi y posaste tu boca húmeda sobre la mía, yo sabía que ese era nuestro último beso. Pero ignoré el tiempo y el espacio, y lo que estaba por ocurrir por solo vivir ese momento contigo.

Aquí me encuentro bajo la sombra de árbol desnudo; te traigo en mi memoria, y te sostengo con mis párpados. ¡Vaya! que locura y desdichado este amor que siento por ti. Cuando no estás mi mundo florece, como las flores del campo. Pero cuando llegas mi corazón se desploma, y te conviertes en mi Diosa donde yo soy tu esclavo y todo lo que sale de tu boca yo solo tengo algo que hacer y es obedecer.

Tengo la clarividencia de que volverás a mi. Cómo lo has hecho cientos de veces, pero esta vez, será la última vez. Ya no te esperaré, viviré mi vida. Ya no te daré mis mejores momentos, ya no te regalaré un minuto más de mi tiempo. ¡Estás son las frases que uso cuando no estás conmigo! Pero cuando llegas, mis ideas y pensamientos se disipan.

Yo no sirvo para despedirme en cambio tú lo haces tan natural, te surge de una manera tan maquiavélica que me dejas estaqueado allí en el sitio sin poder caminar y continuar. Sales por la puerta sin mirar atrás, con tu cara erguida y tu cejo fruncido.

Siempre escribo estás líneas, y siempre las quemo. Me pregunto en ¿que brazos estarás ahora? ¿a quién le estregas tu corazón? Mi amor por ti es tan puro; y a sí mismo te lo entrego, pero tú no sabes distinguir la pureza, sólo percibes lo del momento, lo banal.

Espero nunca más volver escribir estás líneas, esta será mi última despedida, ahora sí. Ya conozco la manera de que no vuelvas interrumpir en mi vida.