Por qué mi niño no crece? Parte 1. Aclarando inquietudes más frecuentes.

Una de las interrogantes que se le presenta a todo padre es estar seguro que su hijo está creciendo adecuadamente. El crecimiento longitudinal es un indicador de salud, y el que un niño no crezca adecuadamente es un indicador de que algo no anda bien. Pero en todo este proceso también se presentan muchos mitos, así como factores que son modificables y otros que no.

Este es un indicador muy importante, ya que cada individuo se debe comparar con otro de su misma edad y sexo. Sin embargo, al revisar las diferentes curvas de crecimiento nos damos cuenta que a determinada edad puede haber una variabilidad de estatura normal que promedia los 20 centímetros, por ejemplo un niño de 9 años puede medir normalmente entre 120 y 140cm, en promedio 130cm. Un indicador mucho más importante es cuando el mismo niño en el mismo grupo pasa progresivamente a ser de los primeros en la fila por orden de tamaño, ya que podría traducir que va a un ritmo más lento que los demás.

Esta observación es definitivamente sugestiva de evaluación, ya que incluso estamos en presencia de dos individuos con el mismo potencial genético (hijos de los mismos padres), sin embargo tampoco es determinante inequívoco de patología, ya que entre hermanos del mismo sexo podría haber una diferencia en talla final de hasta 16 centímetros, por lo que en determinado momento dos hermanos de 1 a 2 años de edad de diferencia podrían tener estaturas similares. Otro aspecto que influye, en especial en varones, es el llamado “Tempo para crecer”, este concepto se relaciona con el ritmo de maduración de cada individuo y el momento que inicia su pubertad. Un niño, madurador temprano, puede mostrarse como uno de los más altos en relación a su edad, inicia su pubertad a los 9 años y termina de crecer a los 15 años en una estatura promedio; otro, madurador tardío, es de los más pequeños, inicia su pubertad a los 13 años y termina de crecer a los 20 años, ambos terminan con la misma estatura final, solo que tuvieron “Tempo para crecer” diferentes.

El principal determinante de la talla es la genética, por lo que está en relación a la estatura de los padres, este aspecto es inmodificable. Sin embargo esto no quiere decir que todos los hijos de padres pequeños son pequeños, existe una variabilidad hasta de 10 cms para determinado sexo. Por ejemplo, un hijo varón de una madre de 156cms y un padre de 176cms, se estima que de adulto puede medir entre 162 y 182cms.

Esta inquietud es cada vez más frecuente, y si fuera así de sencillo no existirían deportistas bajos. A muchos igual le indican hormona de crecimiento sin tener indicación formal, y cuando terminan de crecer, (tomen en cuenta el ejemplo anterior) si miden 182cms afirman que fue por la hormona de crecimiento, si miden 162cms dicen no respondió a la hormona. La realidad es que esa resultaría ser su estatura definitiva independientemente de la hormona de crecimiento.

En conclusión, al evaluar el crecimiento de un niño, hay que individualizarlo, para poder determinar si tiene o no criterios de patología. Por esto es muy importante el control del pediatra incluso si el niño está sano, es el único que pude determinar si un niño está o no creciendo adecuadamente y determinar cuándo referirlo a un especialista.