Fuimos a Morimoto y Steemit invitó. TG # 73

Amigos de Steemit,

La semana pasada decidimos sacar algo del Steem que hemos ganado gracias a su apoyo a nuestras publicaciones y nos quisimos dar un gusto visitando Morimoto México. Luego les contaremos del proceso para cambiar Steem a pesos mexicanos, que en realidad fue muy sencillo y rápido. Lo hicimos por medio de Bitso.

Como buenos fans de la comida japonesa, nos interesa conocer desde los lugares donde se hacen las preparaciones más apegadas a la alta cocina del país de oriente, hasta aquellos donde las recetas tradicionales son reinterpretadas y adaptadas al paladar mexicano, incorporando ingredientes locales. Tal es el caso de Morimoto México, uno de los diez restaurantes con el sello del chef Masaharu Morimoto, que muchos recordarán como uno de los mejores en el programa Iron Chef.

La decoración del lugar es sencilla, pero con detalles distintivos como un gran sillón rojo a la entrada, una barra bastante larga donde puedes ver cómo se efectúan algunas de las preparaciones de la cocina fría, y nuestra parte favorita, la terraza, que se distingue por su techo alto, luz natural y colores cálidos que te hacen sentir en un ambiente diferente y un tanto más acogedor que el que se vive en la parte de adentro.

El servicio es atento y esmerado. Desde que llegamos nos ofrecieron bebidas y nos sugirieron qué deberíamos probar de acuerdo a nuestras preferencias. Elegimos un sake burbujeante con un toque de cítricos. Ligero, fresco, y que en verdad se sentía como una fiesta en nuestra boca.

Probamos también una cerveza Rogue Ale de la línea del chef Morimoto, que tenía toques de café y avellana. Como era de esperarse, maridó especialmente bien con el postre.

En cuanto a la comida, aprovechamos la promoción de El Sabor de la Fórmula 1 para probar algunos de los platos más destacados de su menú a un precio un poco más bajo de lo normal. Como parte de este menú, pedimos una sopa ramen estilo Morimoto. En contraste con el ramen que encontramos ahora en muchos restaurantes (orientales o no) como parte de la moda que ha invadido la Ciudad de México desde hace ya varios meses (porque Ramen is the new Sushi), la propuesta de Morimoto es muy sencilla: un caldo suave y de sabor ligero, con fideos y algunos trozos de pollo. Pero no por ser sencillo queda a deber: al contrario, nos encantó la sencillez de la preparación que nos permitió apreciar mejor cada ingrediente, la textura especial de los fideos y el sabor del caldo.

Como segundo plato del menú de F1 -que hasta donde sabemos, estará disponible hasta el fin de semana de la carrera, que termina el 29 de octubre-, elegimos el Angry Chicken: medio pollo bañado en salsa de yogurt con especias varias, acompañado de medio limón amarillo rostizado y pimientos shishito también rostizados. Nos gustó, y sentimos que es un buen ejemplo de la fusión sutil entre la cocina oriental y la mexicana. En la salsa, detectamos especias locales combinadas de excelente manera con otras orientales. No nos decepcionó.

Por último, para cerrar el menú de El Sabor de la Fórmula 1, probamos un Whisky on the Rocks, que es un interesante postre con elementos muy diversos como helado de praline, un bocadillo también de praline, chocolate, tierra de toronja y perlas de café que al ponerlas en tu boca se reventaban y era tal cual como tomar un sorbo de café espresso. Además de que la presentación es muy linda, la combinación de sabores es algo que no nos hubiéramos imaginado y realmente te recuerda al sabor de un whisky on the rocks.

Pero éramos dos, y como saben, nos gusta probar la mayor cantidad de cosas posibles y como también saben, nuestra hambre es (casi) insaciable, así que además del menú, tuvimos oportunidad de probar algunos otros platos de la carta.

Para compartir y abrir boca, pedimos unas sliders de carne wagyu, que se sirven con un increíble aderezo de wasabi. La carne es muy buena y jugosa, pero para nosotros la mención honorífica se la llevó el aderezo. Incluso nos quedamos el poco que sobró de las hamburguesas para acompañar nuestro siguiente plato: la ensalada témpura de calamares.

Alerta: No se crean que por ser una ensalada se va a tratar de un plato ligero y pequeño. ¡No! Se trata de un plato completo de calamares témpura, con un poco de lechuga, quinoa y aderezo de miso blanco. El tempura de los calamares es crujiente y de buen sabor, y la quinoa le da un bonito toque aún más crujiente a la ensalada, que contrasta muy bien con la lechuga. Insider tip: no sabemos si el chef lo hubiera querido así, pero nos encantó combinar los calamares con el aderezo de wasabi de las sliders.

Por si parecía que no era suficiente comida, pedimos el Morimoto Pork Chop, que es una enorme chuleta de cerdo servida sobre una cama de arroz con kimchi y tocino. Como acompañante, para bajarle un poco a la densidad, se sirve con una ensalada de manzana y jengibre. Estaba tan buena como se veía. La carne estaba suave y jugosa, y el arroz combinaba bastante bien.

Nos encantó comer en Morimoto y probablemente sí regresaremos, pero seguro a la próxima no pediremos tanta comida. Es importante considerar que casi todas las porciones son grandes y fácilmente se pueden compartir. En nuestro caso, que como saben, somos de MUY buen diente, quizá la armábamos con el menú de la F1 (por dar un ejemplo), complementado quizá con las sliders o la ensalada de calamares, todo para compartir. Ahora lo sabemos, pero, de cualquier forma, no nos arrepentimos de nada.

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