Chiles en Nogada. En el Angelopolitano. TG # 51

elteamgordo (69)in #spanish • 7 years ago (edited)

Stemians!

Hoy les vengo a presumir una de las grandes joyas de la cocina mexicana los Chiles en Nogada. Y como cada año, este agosto comenzamos nuestra búsqueda del chile perfecto. La realidad es que hace algunos años lo encontramos y se trata de El Mural de Los Poblanos, en la ciudad de Puebla -a donde por cierto iremos en unas semanas-, pero nos gustan tanto, que continuamos probando y buscando nuevas alternativas.

Lo que ven arriba es la imagen del típico Chile en Nogada. Se trata de un chile poblano relleno de una mezcla de carne molida, frutas y nueces -similar al relleno de un pavo navideño-, bañado en una cremosa salsa hecha a base de nuez y queso, adornado con granada roja y perejil. Por sus colores este platillo representa la bandera de México y normalmente sólo lo comemos en temporada de gradada, que es de agosto a inicios de octubre.

En esta ocasión, decidimos empezar por el restaurante Angelopolitano, del chef Gerardo Quezadas, que desde su apertura hace aproximadamente cuatro años, se ha posicionado como uno de los mejores restaurantes de comida poblana de la Ciudad de Mexico, así que queríamos comprobar qué tan cierto es ese prestigio.

Llegamos a este pequeño lugar, ubicado estratégicamente en la calle de Puebla, en la colonia Roma, muy temprano y con reservación en mano. No nos encantó que no nos quisieron dar la mesa sino hasta que llegara la mesa completa, siendo que ni siquiera tenían tanta demanda al momento. Entre este y otros detallitos que vimos, le recomendaríamos al lugar poner un poco más de atención en la parte de servicio.

El lugar, por otro lado, es lindo y acogedor. Se trata de una casa adaptada, no muy grande, que con detalles pequeños te hace sentir por momentos en el centro de la capital poblana.

Pasado el trago amargo de la espera, pudimos ver que el Angelopolitano ofrece una carta extensa de platillos típicos poblanos como chalupas, cemitas, manchamanteles, champandongo, y una amplia variedad de mole en todas sus presentaciones. Además, cuentan con algunos platillos típicos de otras regiones del país, como sopa de lima, fideo seco o panchos.

Nosotros íbamos con un objetivo claro: el chile en nogada. Pero siempre hay un pequeño espacio para las entradas y las sopas, así que de entrada pedimos unas chalupitas combinadas de pollo y cerdo, que, aseguraban, son idénticas a las de los arcos del Paseo de San Francisco. Nosotros hemos probado esas chalupas, y la diferencia entre esas y las que probamos ahora, es la cantidad de carne. Mientras en las típicas callejeras te ponen literalmente una hebrita de carne, en el Angelopolitano vienen muy bien servidas. Además, las salsas están ricas y sí remiten a las chalupas típicas de la calle.

Pedimos también un fideo seco. Nos gustó la combinación tradicional de aguacate, crema y queso con un toque de chipotle y frijoles, pero para nuestro gusto estaba demasiado seco.

Por último probamos también la crema poblana con queso camembert y nuez. Nos gustó cómo se complementan los sabores y que se trata de una crema ligera (ideal para acompañar al chile en nogada), pero como que si extrañamos el toquecito del elote de las cremas más tradicionales.

Finalmente llegó el momento más esperado: los chiles en nogada. El Angelopolitano ofrece cinco variedades diferentes: el tradicional, que afirma seguir la receta original del ex Convento de Santa Mónica donde nació este platillo; uno relleno de cordero; otro de pato; uno de bacalao y por último, uno vegano relleno de quinoa y fruta, bañado en una nogada especial de leche de almendra y nuez de castilla.

Estábamos tentados a probar el tradicional pa' no errarle, pero decidimos arriesgarnos y probar el de pato y el de bacalao.

Nuestro favorito de estos dos definitivamente fue el de pato. La nogada es muy cercana a la tradicional, dulce, hecha de nuez de castilla pero con un toque de macadamia y almendras, y el relleno de pato está preparado de manera muy parecida al relleno tradicional, pero el sabor de la carne de pato le da un toque muy interesante que aunque suene raro, nos recordaba al sabor de la carne al pastor, pero dulce. Es difícil de describir, por eso les recomendamos que mejor lo prueben.

El de bacalao viene bañado en una nogada diferente, a base de nuez de macadamia. La consistencia queda perfecta, cremosa y espesa, y el resultado está más del lado salado que del dulce. El relleno de bacalao viene preparado con fruta, aceitunas y alcaparras, lo cual contrasta bien con la nogada pero por momentos sientes que estás comiendo dos platillos diferentes en uno.

No llegamos al postre porque ya nos había hecho ojitos La Pantera Fresca que está en la misma calle. Pero vimos que cuentan con opciones interesantes como natilla, flan de tequila y panqué de natas.

El precio en general, tanto de los chiles en nogada como del resto de los platillos, sin ser barato, no nos pareció exagerado. Los chiles en nogada nos parecieron un esfuerzo interesante pero no los mejores que hemos probado. Sin embargo, nos quedamos con las ganas de probar las especialidades de mole.